La Vuelta a los Puertos LF de la región de Madrid fue una ruta que se inventó y popularizó mi padre a finales de los años setenta y durante los ochenta. No digo que ningún otro motorista no hubiera trazado la misma ruta pero, desde luego, nunca conocimos a ninguno que lo hiciera en su extensión y le pusiera además ese nombre. Con los años, mi padre la dibujó y la explicó muchas veces entre amigos y desconocidos. Yo de chaval fui testigo de esas explicaciones y fui de paquete con él en numerosas ocasiones en sus motos, junto a sus amigos en cualquier estación del año (a veces me cuesta explicarme cómo fue posible que nunca pasara nada).
Basicamente, saliendo de la ciudad, la ruta "circular", arrancaba en Las Rozas para poner rumbo hacia Torrelodones, Hoyo de Manzanares y Colmenar Viejo, como primera "etapa", por aquella carretera tan peculiar, estrecha y plagada de curvas. Hace algunos lustros la arreglaron, ensanchando la calzada como un metro. Aún a día de hoy es un tramo técnico, bello y delicado. Desde Colmenar se dirige nuestra ruta hacia Soto del Real y la hermosa localidad de Miraflores de la Sierra. Desde allí, como sabréis muchos, tenemos dos magníficas opciones, dos puertos estupendos y míticos: Morcuera y Canencia. En la Vuelta diseñada por el máster hacemos el puerto de Morcuera para luego bajar hacia el pueblo de Rascafría, en pleno valle del Lozoya, para subir a Cotos y llegar hasta el mítico puerto de Navacerrada. Para terminar la última parte de la Vuelta seguíamos hacia el pueblo de Guadarrama para subir al Alto del León (puerto de Guadarrama) y meternos por la vieja pista que une el puerto con Peguerinos (ahora totalmente impracticable para motos de carretera), llegar a esa localidad y luego al mítico puerto de la Cruz Verde, de sobra conocido, donde se hacía una nueva parada. Desde allí empezaríamos a bajar hacia El Escorial y el puerto de Galapar para volver a llegar a Las Rozas, localización donde solíamos despedirnos los integrantes del recorrido.
Después de las fotos pertinentes y de varias charlas y alguna despedida, la mayoría pusimos rumbo a Rascafría para llegar como una hora después al pueblo de Navacerrada, concretamente, más abajo, dónde ya teníamos mesa para comer con las chicas que faltaban, Rosa y Rosi, que llegaron enseguida. También agradecer la presencia de Luisito ("Mudo") que haciendo un esfuerzo digno del titán que es, busco un hueco en su agenda para venir desde el museo de la moto de Alcalá para acompañarnos las horas de la comida antes de tener que regresar a su ciudad.
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