Grillaos en Cogolludo (parte 1)



Se está convirtiendo en una tradición saludable que, cada equis meses, nos reunamos algunos miembros del grupito "Panda de Grillaos que algún día irán al TT"..., nombre desenfadado para un grupo que inventé hace tiempo en Facebook sin ninguna pretensión seria, solo por diversión y afición a las road races. El nombre salió "solo", indicaba muy bien dos cosas que siguen vigentes. Primero, que hay aficionados que "estamos grillaos por el TT" y, segundo, que "algún día iremos".. eso está claro, aunque algunos no sabemos cuando será (esperemos que en el centenario). Y con esos dos "mantras" activos ahora tenemos un grupo de más de 3600 miembros aunque a mi eso de acumular numeritos, batir records o tener mucha o poco audiencia, sinceramente, me importa poco... eso se lo dejamos a los millenials o a los adolescentes ansiosos de Likes...

Gracias a los medios digitales debo reconocer que he conocido en los últimos años a gente acojonante, incluso nuevos amigos, asi que no voy a hablar del mal uso que algunos hacen del mundo virtual... más bien de lo contrario, de lo que facilita a veces ciertos descubrimientos personales. Vamos allá con la crónica de nuestro último encuentro de los "Grillaos", el tercero...

Esta vez no se celebró en un pueblecito de Avila como aquella primera vez (diciembre 2014) donde contamos con la participación de Abelardo Rendo y un montón de amigos norteños (Dani, Beto, Brus, Marcos, etc) ni en el hotel motero de Brus (Cano Alto, en Galicia), no, esta vez finalmente fue en una localidad llamada Cogolludo, en la provincia de Guadalajara. Cuando empezamos a hablar de un nuevo encuentro enseguida fijamos la fecha para intentar reservar ese weekend con tiempo y luego pensamos en un lugar que pudiera ofrecer algunas rutas y paisajes pintorescos, para el domingo post-cena. Enseguida me vino a la cabeza la zona de los "pueblos negros" por su riqueza paisajistica y cultural. Era una primera idea válida y decente pero quedaba lo importante, localizar un lugar concreto apropiado para celebrar la cena, el encuentro y que contase con alojamiento cercano. Con la ayuda de Alvaro (Kerker), un día de marzo, nos fuimos a recorrer algunos pueblos "candidatos" para encontrar el sitio adecuado. No voy a decir que tardamos mucho, no, una mañana tan solo, enseguida vimos uno que reunía lo que buscabamos, un pueblo pequeño y tranquilo, con un buen mesón donde nos darian cancha para reunirnos sin agobios y charlar largo y tendido, antes y después de la cena, y muy cerca de la zona "negra" que antes mencionaba. Ese pueblo era Cogolludo y el dueño del mesón, Jesús, nos dió todo tipo de facilidades para reservar con antelación sin saber todavia el número de asistentes a la cena. También nos brindó la opción de guardar muchas de las motos en su garaje y más detalles de agradecer. Para dormir nos aconsejo un hotelito cercano de un pariente que resultó todo un hallazgo. Asi todo quedaba en familia pero a nosotros eso no nos importaba... 


Fuimos hablando del tema en el grupo y al final hubo como unas dos docenas de miembros interesados en asistir... Como en cualquier quedada era imposible que a todo el mundo le viniera bien la fecha o el sitio. Asi que el interés se fue "filtrando", como siempre, y al final conté unos 18 interesados de verdad, la mayoria de no muy lejos. Echamos de menos a los gallegos, principalmente, pero había que entender que los pillaba bien retirado... Kerker y yo teniamos claro desde el minuto cero que este encuentro no podría superar en éxito del segundo, el que se celebró en Galicia, en el local de Brus, porque por lo visto (por un tema familiar no pude asistir en el último momento) allí se montó una cena antológica y una postcena muy líquida... ¡como senti perderme aquella fiesta!


Llegó la fecha del encuentro y, como me habia avisado una persona del ayuntamiento días antes, ese sábado estaba el pueblo en fiestas y había... ¡¡toros!! en la plaza mayor, justo donde ibamos a cenar y aparcar las motos. Asi que, como ya lo sabiamos, después de tomar algo en un bar con Alvarito y Rosa (que fueron los primeros en conquistar el pueblo), la mayoría nos dirigimos directamente al hotelito que no estaba lejos, más bien todo lo contrario,a escasos cien metros de la plaza. Alli fuimos guardando las motos gracias a la simpatia de los dueños del hotel que se desvivieron por ayudarnos. Por fin, en mi caso, conocería a Jose Trejo y a Alberto, los vascos, los miembros que de más lejos venian a Cogolludo, ¡todo un honor! Enseguida apreciamos tambien sus bellas máquinas, una blanca Hayabusa a la que no le falta detalle y una fantástica VTR SP1 roja.


Subimos a las habitaciones y quedamos prendados por su mimo y limpieza. Poco a poco fueron llegando el resto de "inscritos". También contábamos con la presencia estelar de Rosi y Luis del motoclub El Foro y con la de mi padre que se animo a venirse en la Fazer (primera rutilla post operación, todo un éxito). Por mi parte, acudía con Inma, que esta vez se animaba a venirse de pkt por ser un trayecto corto desde casa (apenas hora y media) y es que ella, acostumbrada a viajes más largos, se niega a repetir ese tipo de viajes en nuestra Fireblade.. y la entiendo..., mucho valor y coraje requieren los sufridos pkts en las deportivas cuando se trata de viajar. Y hablando de sufridos pasajeros, terminaron los toros y Sergio & algunas "rezagadas" llegaban en sus deportivas ruteras... 


Bego y una dolorida (por el "asiento" de la CBR) Yoli llegaron a la plaza mayor del pueblo, atravesandola y esquivando al público congregado todavía en la zona. Fue verlas y pensé que si todavia hubiese algún toro por alli suelto habriamos visto quizá una prueba de aceleración muy divertida, ja,ja.... quién sabe, lo mismo teniamos que haberlo programado, hubiera sido un momento de lo más perdurable ;-)


El caso es que, una vez reagrupados, nos fuimos al mesón con ganas de juerga. Después de poner la bandera del triskel de Rosa en la pared, gracias a ella y al bueno de Napo, comenzamos a sentarnos. Primero, charlita sobre Santiago Herrero by Rosa Arrate, tal como esaba previsto. Fue emotiva y muy interesante porque enlazó su experiencia personal con la isla con la figura del mitico campeón español. A su alrededor, casi dos docenas de amigos y conocidos la escuchábamos atentos, rememorando otros tiempos, otras hazanas, y otros pilotos. Es muy loable, siempre lo digo, este tipo de homenajes, pequeños o grandes, modestos o virales, porque la memoria histórica no es algo de lo que podamos alardear mucho en nuestro país, asi que... cada pequeño gesto cuenta. Durante su speech algunos amigos conocieron detalles y sucesos que no conocían, otros rememoraron en su cabeza viejas crónicas o momentos vividos, todo cuenta, sobre todo cuando quién lo cuenta es alguien tan apasionada como nuestra Rosa y con una oratoria que para si quisieran muchos profesores...


Una vez concluida la bonita charla de nuestra amiga, llego la cena, divertida y llena de momentazos. Buena carne y buenos caldos.. total, las motos estaban bien aparcadas..., solo algunas chuletas se perdieron por el camino o, mejor dicho, no encontraron a su destinatario, por lo demás, un diez. Casi terminando la cena apareció Javi34 que se apuntó a las horas finales de la velada. Después de la cena, en la misma mesa, celebramos un pequeño sorteo de regalos que fue muy entretenido (¡agradecer a José la cantidad de buenos obsequios que se trajo del norte para el sorteo!) y donde practicamente todos los comensales pillaron algo (gorras, pegtinas molonasT, entradas antiguas del TT, calendario racing, etc) ... sin olvidar el puntazo de regalos que me habian enviado días antes David de Valladolid: ¡unos pines pesonalizados con el nombre de nuestro grupo!, (ver foto de encabezado), pines que entregué después del sorteo a cada participante del encuentro, ¡vaya chulada!  To be continued...



GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...