Correr o no correr, el viejo dilema...



Tenia ganas de colgar una foto de Paloma, aqui con una de sus antiguas motos, su querida y bella GSXR. Ella corrió durante algunos años con éxito en varios campeonatos. Seguramente los más veteranos la recordéis, no habia demasiadas chicas en los circuitos. Luego dejó las carreras por culpa de lo de siempre, la pasta, pero hace pocos meses sus mejores amigos la prepararon una bonita sorpresa, rodar de nuevo con la Suzzi, recordar esos días, esas vibraciones. Gran jornada aquella. Su historia es muy bonita, (la conté aqui, en este post http://blog.quieropilotar.com/2012/05/14/paloma-uceda-antes-tambien-hubo-otras/ ) y, desde luego, como ella misma dice, aquellos años son de los mejores que ha vivido. Baldomero Torres, el famoso speaker de Jerez, la llamaba "la boquerona Uceda" o "Penelope Glamour", por cierto... ;-)

Casi todos los pilotos te cuentan lo mismo. Lógico. La vida al máximo durante unos meses, unos años, una época... Algunos pasaron página sin mayor problema, a otros les costó un poco más, pero casi todos lo echan de menos en ocasiones. Y para los que quieren volver o empezar, a cierta edad ya, en estos grises días, el reto parece muy complicado. Si consigues triunfar ante el fabuloso y siempre presente obstáculo de la financiación necesaria para correr (base de toda la pirámide) todavía puedes encontrarte con algunas piedras en el camino… casi siempre relacionadas con que, obviamente, no es tu profesión correr en moto, que llevas una vida familiar y laboral, digamos, normal y que debes atender, sobre todo, otros asuntos más prioritarios. Aun así, la cabra tira al monte y piensa, desea, fabula, habla, escribe, comenta con los amigos… Sin querer, el martes por la tarde surgió el viejo debate de qué hacer si, milagrosamente, te lo puedes permitir economicamente pero ya no eres un jovenzuelo… Me lo comentaba el editor de una revista de motos, de esas personas sabias que sabe mucho de la vida y del motociclismo. Todo giraba alrededor a las intenciones románticas de algún pequeño descerebrado por querer correr el año que viene cierta Copa verde. Claro, hay argumentos a favor y otros cuantos en contra, todo tiene su matiz. ¿Por qué no hacerlo? No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, decía cierto refrán… sobre todo si es algo importante para ti, un auténtico desafío personal, o un viejo sueño. Es decir, no solo hacerlo por pasartelo bien, también como ocasión de superarte, de aprender haciendo algo que te gusta, de estar dispuesto a sufrir por ello... Pero los otros argumentos también son fuertes, razonables… cuando ya no vives solo en el mundo hay que minimizar riesgos, pensar las cosas “con cabeza”, racionalizar fuerzas, economías, posibles lesiones y dosificar el tiempo libre… el equilibrio, el complicado equilibrio de los que no vivimos solos en el mundo. La balanza siempre está llena a cada lado de argumentos de peso. Y más en los tiempos que nos están tocando vivir... No es de recibo, no es justo que algunos hablemos de estas cosas mientras miles y miles de familias no saben cómo llegar a fin de mes. Correcto. Pero aquí hablamos normalmente de motos y de pequeñas locuras, no de política, ni de economía.
Siguiendo el razonamiento del debate inicial llegué a formular la siguiente pregunta… ¿mejor a los cuarenta o a los cincuenta? ¿¿Einn?? Si todavía tienes reflejos para correr algo a los cincuenta (que los hay, podemos dar fe) quizá sea mejor opción esperar unos años: tus hijos ya serán más mayores, no dependerán tanto de ti, son como diez años en el futuro… da la sensación que a esa edad, en esas condiciones, tus posibles problemas no les afectaran tanto… creo que así es… pero como en esta vida nada es seguro, quizá esté equivocado y dentro de diez años hayan cambiado muchas cosas a peor o, simplemente, sigan igual que ahora, con la diferencia que tus huesos y tus músculos serán diez años más viejos y cualquier caída costará más tiempo de recuperar. O, simplemente, no lleguemos a cumplir medio siglo, por el motivo que sea. ¿Qué opináis vosotros? Aquí algo que escribieron ese martes pasado por correo…

En contra de correr:
“Si encuentras dinero, cómprate la moto, saldrás cada fin de semana que quieras y te ahorrarás lamerte tus heridas... Que a esta edad ya debes saber lo que corres tú y lo que corren los demás.”

A favor:
Dicen que la sinrazón es la primera idea lógica del corazón, así que... Pues a quemar adrenalina (y poco dinero), que si no se hace ahora con la última oportunidad no lo vas a hacer nunca jamás... Pero cuando sepas ya de verdad dónde estás, a tomarse con calma las cosas... Sino tocará cargar con las consecuencias.”

Y aquí la primera reflexión ante esos argumentos que expuse yo, que estaba metido en la conversación:
“Es una vieja batalla, corazón contra razón... sé que se lo pasaría bien y correría solo para divertirse, no suele sobrepasar sus limites, aún así obviamente pueden pasar mil cosas, ajenas o no, y terminar con los huesos por los suelos.... en fin, quizá toda esta conversación sea estéril porque si no se consigue money seguiremos todos como estamos…”

Y aquí su respuesta final, lapidaria, que siempre le agradeceremos:
Pero al menos lo intentará, así que a darle caña al corazón... Con una neurona de razón.”

Y en ese punto estamos. Escribiendo todo esto para reordenar la mente y el corazón aunque dudas, lo que se dice dudas de hacerlo si toca la lotería, hay pocas, aunque está la vieja cuestión comentada, la edad, los años...

La situación inversa, la de retirarse, la he vivido, desde fuera, varias veces. Ese amigo, conocido o familiar que corría, disfrutaba y hasta triunfaba. Algunos jovenes, otros con una edad "politicamente incorrecta" para plantearse vestirse de cuero muchos días al año. En todo caso, muchos de sus mejores recuerdos pasan por alli. Lo dicen todos. No hay nada igual si tu pasión es fuerte, inequívoca y el líquido que circula por tus venas se clasifica por su octanaje. Salvando las distancias, mirando a la élite, recuerdo el caso espectacular del viejo probador de Aprilia en el Mundial. Sí, Marcellino Lucchi. Ganó en Mugello incluso. Creo que tenía 41 años. Este afable conductor de camiones de basura había dado tantas vueltas al circuito italiano que siempre que corría allí subía al podio. El día que adelanto a Biaggi en la recta le saludó con la mano. Una vieja apuesta con sus mecánicos, si no recuerdo mal.


No, no hay muchos Lucchi entre nosotros pero sí hay gente espectacular, anónima, rapidísima, valiente, con muchos cojones u ovarios, aunque no salgan mucho en la prensa ni en televisión. Ese tipo de héroes son mis favoritos. Pero, como no viven de las carreras, las cosas se pueden complicar fácilmente. Llega una nueva lesión grave, una situación casi limite y, a pesar de las ganas, la cabeza empieza a gobernar. Como no vives de las motos, los lunes te esperan en tu oficina, en el almacén o en tu tienda… no puedes jugar con el pan, o simplemente no quieres hacerte daño más veces… casi siempre la presión familiar está ahí, en algunos casos solidaria, en otras taxativa. En algunos casos te empuja, te anima, en otros, te frena, te censura. Y hablando de retiradas, lo comenté hace algunos meses, casi nunca son definitivas. Lo he visto varias veces. Te retiras de las “grandes ligas”, de los desafíos serios, pero el gusanillo sigue ahi, latiendo. Antes o después vuelves, aunque solo sea para hacerlo puntualmente o por pura diversión. En todo caso, la retirada seria, la importante, casi siempre es dolorosa (no, en el caso de Stoner no lo fue, lo sabemos, ¡ya se vació lo suficiente!), sobre todo cuando esa retirada es forzada, cuando todavía tenias ganas y manos pero alguna lesión o impedimento grave te impide continuar. Es como terminar con una relación sentimental que, aunque agradable, te está gastando y te llevará a un callejón sin salida. Tan personal que nadie más debería decidir por ti. Volver a correr deberia ser algo parecido, algo muy personal. donde no intervinieran factores externos. Lamentablemente todos sabemos que no es así. Los requisitos, los  medios que hacen falta, no para brillar, sino para simplemente participar, son numerosos y costosos.

No puedo terminar sin mencionar a Begoña Loizaga, la valiente piloto de clásicas que muchos conocemos, la chica de la Impala. Por razones económicas nos ha contado recientemente que deja de correr.
¡Esperemos que solo sea un paréntesis, ojala volvamos a verte rodar!

Al final os diré porqué el protagonista de esta historia ha decidido tirar pa’lante si consigue pagarse las pajas mentales, perdón, las carreritas que ha vislumbrado. Lo hará por varios motivos, casi todos personales, o sea, egoístas, eso está claro, pero también para que sus herederos aprendan, viéndolo con sus ojos, que jamás debemos renunciar a nuestros sueños y al desafío personal, irrepetible, intransferible y duro de ser una mejor versión de nosotros mismos, en definitiva, de ser MEJORES. Gracias a todos los que lo entienden y nos apoyan. Así es un poco más fácil.

(¡gracias por el enlace, Gemma!)

Querido angel de la guarda...


Estimado vigilante en la sombra:
no tengo tu dirección y, que yo sepa, tampoco te veo frente a frente nunca (aunque se me ocurren algunos candidatos). Solo me queda este rincón para ponerme en contacto contigo con la esperanza de que, en algún momento de tus horas libres, eches un vistazo y te arranque una pequeña sonrisa.

Sinceramente, hacia tiempo que quería darte las gracias por todos tus servicios. De verdad, sin peloteos, ni chorradas, es de agradecer. No te preocupes, no espero respuesta, como tampoco la espero de los gañanes o de la gente desagradecida. En tú caso es muy distinto, está justificado, creo que nos separan varias "capas" y hay que guardar las formas, supongo. Espero que tengas tu tiempo libre, que te distraigas con tus "clientes", que no todo sea cabilar, preveer o actuar por culpa de nuestras meteduras de pata. Nuestra imperfección natural genera lo mejor y lo peor de nosotros, imagino, por eso quizá nos vigiléis.

Principalmente, quería agradecerte tu ayuda y tu inmensa paciencia... He notado tu presencia en tantas ocasiones que pocas veces he dudado de tu existencia. No sé cómo funciona el invento o de qué depende. No sé si sois siempre seres invisibles o encarnáis en algún humano. De esos que siempre te apoyan o te ayudan sin pedir nada a cambio (¡que, aunque parezca mentira, los hay!) No sé desde cuando estás ahi o cuanto tiempo seguirás cerca de mi, pero me alegro mucho de que hayas acompañado mi vida tantas veces. Sobre todo cuando me doy cuenta de que tú u otro compañero del gremio se encarga de algún ser querido, como cuando mi hijo casi muda los dientes y la madíbula después de aquel mítico hostión o cuando partió con la nuca el cristal de la mesa del salón sin mayor tragedia que un llanto largo. Con Ricardet tenéis curro...

Sin duda, los motoristas os damos mucho trabajo ¿verdad? Huir de la vida regalada, como decía el sabio don Quijote, es lo que tiene, que antes o después, los riesgos afloran o vuelan a nuestro alrededor con facilidad. Y más con tanto enlatado taciturno e irresponsable que solo sabe responder, con cara de pena, después de cualquier suceso, eso de "perdona, es que no te vi". Pero no nos confundamos. Todos conocemos casos es que la desgracia viene en un auténtico momento de calma, de tranquilidad, caminando, hasta durmiendo... no, no voy a poner ejemplos, duelen. También los hay que parecen que busquen su final antes de tiempo...

En general, algunos dicen que no todos tenemos un angel de la guarda. Y que nos libráis de todo mal grave mientras tenemos una "misión" en este mundo, algo importante que acabar, descubrir o crear. Yo no lo sé, tampoco sé qué me espera en el futuro, solo sé cómo voy a seguir viviendo. Te haré alguna crítica constructiva: echo de menos que el angel de la guarda de algunos amigos trabaje mejor... hay casos que son de juzgado de guardia. ¿Hacéis huelga allá arriba también?, ¿no hay suficiente personal en plantilla, quizá? espero que nunca os lleguen los recortes... No, no es que nosotros seamos inocentes de toda culpa, para nada. Estoy convencido de que forjamos cada día buena parte de nuestro destino, fabricando muchas de nuestras recompensas y muchos de nuestros castigos, presentes o futuros.


Cuando volamos a ras del suelo creo que nos acompañan dos personajes invisibles atrás, tú y la parca negra. No sé si para compensar o porque las cosas son así, el eterno equilibrio que sostiene la existencia, el bien y el mal, y ese péndulo que oscila de un lado a otro en el mundo, entre las personas, cada día. No sé qué os mueve a actuar pero sí sé qué nos identifica a los humanos, qué marca la diferencia. Nos diferencia las decisiones que tomamos. Porque es la elección humana lo que nos distigue de las piedras o de los árboles. Nosotros podemos elegir, hasta en las peores condiciones. Y elegimos lo que, casi siempre, acabamos haciendo u omitiendo. No es justo culpar a otros siempre...

Creo que es cierto eso que dicen que muchas veces en cinco minutos a tope sobre nuestras motos vivimos más que otros en media vida. Posiblemente. Sin embargo, no es eso lo que me mueve, no buscamos titulares ni records. Es la sensación de libertad. Esa menguada sensación que apenas percibimos ya cuando nos bajamos y volvemos a ser peatones... Es como una pequeña droga de la que dependemos para no caer en la miseria. Quizá nuestros actos no sean los más razonables, seguro que no. Si te parases a analizar y evaluar algunas acciones no harias muchas cosas de las que haces pero, claro, el mundo de la moto no es racional en casi ningún aspecto. Desde el momento de la compra hasta cuando apuras más allá de tu límite. Casi siempre nos mueve el corazón y no el raciocinio. Y entre esos bastidores te encontramos. Cuando la vida se condensa en pocos segundos, cuando solo está la carretera o la pista frente a nosotros, y nuestra mente solo pueda pensar en seguir hacia delante y mantener el equilibrio, la existencia se simplifica a ese escenario, a ese momento presente, no existe nada más. Ni familia, ni amigos, ni recuerdos, ni responsabilidades, ni obligaciones, ni estatus, ni historia... estamos desnudos, solos ante el peligro. Eso pensé al principio pero quizá, seguramente, no estemos tan solos en esos instantes infinitos de locura y satisfacción vital. Por eso quiero agradecerte tu paciencia, tu presteza y tu compañía. Quiero darte las gracias por habernos ayudado aquella vez en Francia, aquella en Villacañas de niño, aquella vez de adolescente en la glorieta de Embajadores, aquella noche de los hielos en el 2009 y todas aquellas ocasiones de riesgo en que ningún coche nos ha pasado por encima después de besar el duro asfalto.


Como no, agradecerte también todas esas veces que, seguramente tú más que nuestra propia habilidad, nos salvaste de estamparnos con las ya famosas vacas marrones que nos esperaban detrás de alguna curva ciega subiendo Morcuera o por las curvas míticas de Gredos. A cambio de tantos favores creo que es de justicia que nosotros intentemos no correr más que vosotros, como se suele decir, y que dejemos claro nuestros próximos objetivos o movimientos, todo sea por facilitaros en trabajo.

Darte las gracias también por ayudar a muchos amigos mios de un desastre gordo como el que casi sufre Julito aquella tarde volviendo de Javalambre, como el de Isma bajando del Bol d'Or o, hace poco, llegando a su tierra desde Palencia, como los que vi con Jorge "el Pelón" y su ThunderAce varias veces, o el de Gregg y Helena hace apenas unas semanas. Gracias por evitar que mi padre aquella noche maldita en la A40 cayera con nosotros, y que siga rugiendo todavia después de castigar tanto su cuerpo... En mi caso concreto, agradecerte que este verano pasado, en Potes, aquella puerta metálica del camión, la que se abrió en marcha a apenas un metro de mi cabeza, no me golpeara. Fijate que actividad más "delictiva" estabamos haciendo, ¡tomando el vermú con la familia! Vi como quedó la silla en mitad de la calle, un poco más cerca y creo que se acabó el blog de los... ja,ja

Fuera de bromas, no escribo esto para pedirte nada para mi, solo para darte las gracias. Ahora bien, si quieres escuchar alguna petición, te daré una sin rodeos: ojala puedas ayudar un poco a los que ahora lo están pasando mal. Visita a mi madre si puedes, te lo agradecería infinito. Y encargate tambien de las que son más jovenes, de las valientes que tienen toda una vida por delante que disfrutar ¿vale? yo ya estaré pagado de sobra con eso.


"Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir".
Gregorio Marañón.

Malos tiempos para la lírica




Saberlo no es lo mismo que experimentarlo. Aún así, si sabes ya que tus padres nunca fueron superhéroes pero sí lo fueron por ti muchas veces, que casi nada es eterno, ni siquiera el amor sincero, que nada dura para siempre, ni siquiera la mecánica alemana, que el Bien es un principio activo y que si no actúas todo va a peor, si sabes que somos tan imperfectos que, en ocasiones, somos expertos en desechar de nuestras vidas a los mejores, si sabes todo eso y lo tienes asumido, lo tendrás más fácil, sufrirás menos. Algunos se pasan de vueltas y llegan a la otra orilla, viviendo cada minuto como si fuera el último, huyendo hacia delante para evitar la tristeza, las responsabilidades. Es otra opción pero no es la que me gusta. Eso sí, aprendemos cosas across the long road. Lágrimas las justas... solo las justas, ni una de más, ni una de menos. Risas, todas las posibles, todavía son gratis...

Malos tiempos corren, ya lo sabemos. No nos deberíamos quejar mucho con la que está cayendo ahí fuera pero, ciertamente, después de un año tan jodido dan ganas de coger la moto y perderse en el fin del mundo... pero está tan caro echar sopa... ¿hasta dónde llegaríamos? Demasiado cerca... Nos recortan nuestros viejos derechos y no quemamos los bancos ni el Congreso en su hora punta, la prima de riesgo y unos gobernantes que ya solo nos ven como cifras en grandes ecuaciones europeas, campan a sus anchas, en la calle, algunos que llevan casco (y no van en moto) golpean a los que juraron proteger. Enciendo la caja tonta para evadirme y soñar un poco y veo que la electrónica y la pasta reina en el viejo paddock. ¿Viejo?, no, como decía Oxley, esto ya es otro mundo, aquí no ves mecánicos con manchas de grasas, los boxes parecen escaparates de centros comerciales...  Enciendo el ordenata, como siempre, y veo que, demasiadas veces quizá, nos felicitamos porque nos avisa un calendario electrónico o una red social. Ok, no todo es malo, ¡verdad!, no vamos a exagerar, claro que hay cosas buenas, pero a veces parece una excepción, un accidente... eso sí, los buenos permanecen. De lo poco que queda. Lo que pasa que también ellos, antes o después, van desapareciendo, nada es eterno... Tengo tres buenos amigos que se nos van, en varios sentidos. Dicen que no nos pongamos tristes, que no es para tanto. Ojala fuera así. Avisan que es culpa de este puto otoño, otro otoño que se percibe gris y solitario. Que no es grave. 

Recuerdo la primera crisis de uno de ellos. Toda una auténtica historia de amor entre moteros, entre dos personas muy parecidas, entre buena gente. Fue breve, corta pero intensa. Al menos él vivió flotando entre nubes de felicidad y esperanza. Hacia tanto, tanto tiempo que no vivia algo así... Lo malo es que se estropeó antes de comenzar en serio. Al final, adelgazó y le salieron canas, parece que fue ayer. Nuestro amigo apenas podía disimular el tormento que le quemaba por dentro pero lo intentó al principio. No era culpa de nadie, ni siquiera era culpa suya. Rodaba más rápido pero perdió su finura. No fue lo único que perdió, también perdió su habitual sonrisa. Lo intentamos pero no fue suficiente. Quedaron cicatrices. Otra amiga, común, nos recordó que las malas relaciones pasadas dejan marcas. Te borran un poco tu sonrisa, tu naturalidad y, lo peor, te hacen ser desconfiado, demasiado... serlo hasta cierto punto está bien, es útil, serlo en extremo te amarga un poco, te confunde a veces y, antes o después, hace que paguen justos por pecadores. Mi socio lo sufrió en sus carnes. Ella se cruzó tarde en su vida, muy tarde, ni en mil días podría compensar tanta desventaja. Una mujer realmente maravillosa, singular, inteligente, bella, princesa por dentro y por fuera, pero princesa herida... ya estaba cansada de recibir palos, y ante la duda pensaba en negativo. Otro moscón, imaginó. 

Mi colega, buen tipo, exclamó eso de "¿Como pudo sucederme a mi?", la clásica pregunta que todos alguna vez nos hemos hecho. Gran dilema, dificil respuesta. Todo había sido tan natural, tan hermoso, tan humano que era injusto que, al final, se encontrarán, los dos, otra vez solos, ¡vaya luces! El estaba dispuesto a cambiar varias cosas en su vida por estar con ella pero ella nunca lo supo, por unas cosas u otras, nunca tuvo ocasión para contárselo bajo la luna o en una barra. No fue culpa de ella, fue una metedura de pata del fiera. Si os pasa a vosotros... no esperéis mucho tiempo, forzar el momento si hace falta, si queréis a una mujer, y lo tenéis claro, decírselo cuanto antes, no esperéis demasiado, suele ser un error. Y asi nos encontramos en aquellos tristes días... Quizá seria injusto pero era algo natural, sucede a menudo, cosas de la vida, no podía reprochárselo al destino, no era el primero, no seria el último... Desgraciadamente, parece que nos hemos acostumbrado a que, porque sucedan cosas terribles todos los días, nos comportemos casi como seres insensibles. 

Al final, escondió las fotos y los planes, y los mapas, y, sobre todo, los sueños... ¿de qué valen tantas buenas ideas si ella no está? y se levantó, como siempre, sin ganas de caminar pero con cierto propósito de hacerlo... Y miró a su alrededor. Y vio que casi todos vivían más o menos felices en su sencillez, en su rutina, en su comodidad, con su contenta resignación, en su nulo afán por vivir con mayúsculas... no era la solución pero, desde luego, funcionaba. Los problemas de los superdotados en clase siempre son así, destacan demasiado, el mundo habitual no está diseñado para ellos. Lo pasan mal. Durante algún tiempo se preguntó si esa solución podia valerle. Se intentó convencer, bajar de revoluciones, ser más mediocre, más materialista, más simple, encoger su pecho... pero en su interior sabia que no. No, él no era así, no podria cambiar ni en un millón de años.. asi que tuvo que negociar con su corazón y tomar algunas medidas.  La cosa funcionó pero, no hace mucho, volvió a pasar algo parecido, ¡hostias Pedrín!
Aquella vez, "originales" los dos, fuimos de bares y de rutas cortas para ahogar sus penas. Todo era divertido pero, en el fondo, ligeramente vacío. Ni con ellas ni sin ellas, ya sabéis. Vaya racha aquella...  Preguntamos a los maestros y nos explicaron cómo mitigar la chapuza, como distraernos, que el tiempo lo cura casi todo... el concepto lo pillamos rápido, aplicarlo era más complicado porque en aquellos días éramos ya algo idealistas y al final, en la habitación, por ejemplo, por la mañana, el techo era nuestra única pareja. Gilipollas románticos, sí. Corazones fuertes, corazones débiles, todo en uno. Cuanta energía desperdiciada, cuanta lírica tirada a la basura...


Recordamos en los desayunos las vacas marrones que nos encontramos por el camino, como una maldición segura, en Morcuera o subiendo por el Roncal hacia la piedra de St. Martin, entre nieve, ausencias y ese aire puro que te sacude el cuerpo y te recuerda que estás vivo. Recordamos las veces que empujamos las motos porque se negaban a arrancar "solas". De muchas ideas y de algunos viajes simplemente irrepetibles. Vivir solo de recuerdos es un coñazo, un desastre, solo mola en dosis pequeñas. Y ahora, sin embargo, será distinto, peor. Y creo que no podremos hacer mucho por ayudarle, por ayudarnos. Esta vez todo es más complicado. Demasiadas intromisiones, demasiada vida burguesa, demasiadas responsabilidades... Hemos llegado tarde esta vez, hemos perdido los dos...

Y, como si fuera un maldito guión bien estructurado, otra persona importante, una amiga grande de corazón y de sonrisa, nos confiesa en voz baja lo mal que lo está pasando y qué implacable es su rival. A veces no se puede luchar contra ciertos enemigos. Como es una mujer valiente y fuerte, confió que al final vencerá esa batalla, con su discreción habitual, su coraje, sus ovarios y su clase. No lo dudo. Pero por el camino lo pasará mal. Eso me jode. En ambos casos me pregunto lo mismo, ¿por qué la vida a veces es tan injusta? Y miro hacia dentro, egoísta. Cuando mejor estamos mentalmente llegan estos palos. Lo peor no es el receso, la mala racha, no, lo peor es la sensación de que solo es el principio de una etapa oscura, solitaria y rancia. Saberlo, comprenderlo, ayuda pero no mitiga del todo ese rechazo a una futura soledad que llegará antes o después. Otro irremplazable compañero de aventuras comienza a salir ya menos también. Como lo echo de menos... Era previsible, ley de vida y todo eso, sí, lo sé. Los papis se hacen mayores, aprovechemos ahora cada día... Algunos imponderantes son dificiles de batir, más complicado que en su día batir a Doohan. Maldito otoño gris. Voy a dejarlo aquí...

Decía hace poco el bueno de Miquel Silvestre que está un poco harto de hablar de sus viajes, de sus obligaciones casi diarias con los medios digitales, de su exposición pública, de su fama, de ver también como nuevos aventureros emprenden viajes ya con la idea prioritaria de montar grandes crónicas y darse a conocer..... sic........ el mundo al revés, sí. Nosotros no queríamos viajar o llegar lejos para luego contarlo, no, aunque uno de ellos escriba este blog. No queremos ser conocidos más que entre nuestros amigos o conocidos. Con las fotos pasa lo mismo, nos gusta hacer muchas, sí, pero intentamos no perder el norte, el objetivo, vivir eso que luego fotografiamos, no a la inversa. Porque sin objetivo no somos nada... Eso era lo que nos impulsaba, los "proyectos", las ideas, horizontes a la vista. Sin objetivos no habia motivación. No, no íbamos a ir al gimnasio, ni coger la bici, ni dar vueltas y vueltas para que todo cuadrara.

En agosto celebramos entre amigos una boda motera genial, llena de momentazos y alegría, se nos casaba nuestra Martita-R6. Lucía un precioso "Dainese" blanco y hubo motos, antes y después de la ceremonia. Ocupamos media ciudad durante horas. Motos y guitarras, risas y amigos, sucesos únicos y sentimientos a flor de piel. Sabemos que los protagonistas se lo pasaron de maravilla, asi que cumplimos con la "misión". Fue sencillamente cojonudo pasar día y medio con los novios y con Edu, Sara, Itzy, Isma, Rosy, Ray, Kike, mi padre, uffff... ¡simplemente espectacular! Pero no pudo terminar perfecto ese primer fin de semana del mes. Una vieja amiga me llamó entre sollozos. Se nos habia matado un amigo común irrepetible, el loco maravilloso de JC Nokalkorretant. Pensé que soñaba, que era una broma sin puta gracia. Había hablado con él apenas unas semanas antes para quedar en Barna. Un maldito guardarraíl nos lo arrebato cruelmente, allá en su tierra, en Galicia. Ya no volveremos a brincar juntos nunca más en este mundo, ni a tirar petardos, ni a tomar una penúltima copa. Pero volveremos a vernos algún día, estoy seguro. Ahora el cielo es un lugar más divertido y la Tierra un lugar un poquito más solitario. Aquí nuestra última foto juntos, en el Detroit, con Juanki y Pedrito, seriotes, para disimular un poco...


Y hace pocos días, no pude evitarlo, pensé a dónde huiría, cobarde, para esconderme o lamerme las heridas... Las ideas brotaron con energía, no falla, en eso estamos doctorados. Solo contaré dos de esas ideas aquí, los grandes viajes son largos de contar, incluyendo esa llamada del desierto que sigue viva... Pensé en Piper, Lobo y los demás polacos, de viaje por Tallin en esos días, visitando el lugar donde cayó en el 2000 el gran Joey. Sin duda, esa tierra, esa maldita carretera franqueada por demasiados árboles cercanos, seria un buen punto de descanso en mi viaje a ninguna parte. Presentaría mis respecto a unos de mis grandes héroes como, algún día, espero hacer en la milla 13 de mi isla favorita.


También pensé en la vieja-nueva idea loca de correr con alguna "clásica" más moderna el año que viene en alguna prueba de Francia. Sí, con un hierro de los años 80. Tengo un colega alicantino que es la bomba, viejo rockero y gran motero, Jesús. Tiene su propio equipo particular, dónde corre su hijo. Seguro que, antes o después, haremos alguna aventura motera juntos. Ya hemos hablado hasta de varios detalles. También estamos viendo algunos modelos (por mirar, ná más) que venden en el segunda mano. Solo falta lo de siempre... la viuda rica que haga de patrocinadora o el premio de la lotería (a pesar del peñizco del Estado). El problema de fondo, siempre lo digo, es que no somos inmortales. Cuanto antes, bien hecho, mejor... Enlazado con esto pensé en el Bol d'Or para "clásicas" que se celebra en esa tierra donde ser motard es un orgullo y no un sinónimo de casi-delincuente. Hemos visto las fotos recientes... esas Kawa de principios de los 80 que nos volvieron majaretas en Montjuic, esas preciosas Suzuki Yoshimura, esas rojas Honda RCB como las que pilotaron Chemarin o León, etc, ufff, demasiadas babas por el suelo.... http://www.boldorclassic.com/index.html


Y, durante estos meses, inevitable no pensar en el valiente piloto galo que cayó en Suzuka. La idea de subir a Osny y rendir homenaje al, para muchos, el mejor piloto de Endurance de la historia, el mítico Christian León, estaba en la mente desde antes del verano. ¡Como le quieren en su tierra! que envidia sana me da... Pues nada, Osny está al norte de Paris, no está lejos pero, otra vez, miras lo que te vas a gastar en gasolina y te cambia la cara y el cuerpo. Si alguno podéis ir, no dejéis pasar esta oportunidad. Se trata de una exposición y homenaje. Estará muy bien organizado, lleno de actividades y recuerdos. Una gozada para los nostalgicos o veteranos. Ah, y "Entrée libre". Os dejo el cartel:



Para rematar el ambiente, el otro día viendo otra "carrera de Dorna" percibí, a un nivel ya "preocupante", que empiezo a tener pocas ganas por ver las carreras. Me levanté de madrugada y me perdí casi toda la carrera de Moto3 pero, salvo la primera vuelta de Marc en Moto2, el resto del Gran Premio me pareció un coñazo. ¿Qué está pasando? Jamás he pasado por ese "trago"... no estoy acostumbrado, me parece raro. El "trenecito" de la categoría reina (¿reina?) lo podemos medio soportar (bueno, son los mejores pilotos del mundo, aunque no se adelanten mucho, digno de ver) pero, a veces, me aburro también en las otras categorías... joder, ¿seré yo que estoy cambiando, haciéndome un aburrido? Menos mal, que días antes, enchufe Eurosport y vi la última manga de SBK. Queríamos muchos que ganara Sykes y nuestro equipo de Kawasaki pero el viejo pirata Biaggi, al final, no falló. Medio punto, por medio punto consiguió su segundo título de 4T. Sí, yo creo que la suerte de los campeones existe. Si hubiera ganado el británico... que mejor homenaje de su equipo y de él hacia su compañero Lascorz, ¿verdad?

Y casi sin querer, volvimos a viajar en el tiempo hace unas semanas, quizá para refugiarnos. Disfrutamos del Jarama Vintage y de su ambiente gentil, racing, alegre y dicharachero. Me lleve un número de "Motociclismo" de junio del 82, con Freddie y su Honda en la portada. Después de esperar unos fantásticos minutos el gran Spencer me lo firmó. No sé cuantos millones de fotos le pudieron pedir en ese rato. Demasiadas sin duda. Jamás dejó de sonreír el superdotado. Su historia deportiva es tan acojonante, tan de película... Poco más tarde se enfundó su mono moderno, se subió a su mítica Honda con dorsal 19 y salió a pista. Vimos también, de nuevo, a Read, a Lavado, a Champi.. vaya tres grandes de verdad.. Vimos a los clásicos, a muchos amigos, pilotos, aficionados o mecánicos, viejos mecánicos, muchas motos antiguas, nacionales... vi y escuche vibrando algunas MV... y las RG500 de Barry, Parrish, Hennen, Herron y demás fieras de los años 70...  aqui 24 gloriosos segundos... saben a poco, sí, la cague con la cámara, tenia que haber grabado más...
http://www.youtube.com/watch?v=XJsBEV60rqI&feature=youtu.be

Y hablando de esas carreras, de esos mecánicos con manchas de aceite (de nuevo el ejemplo más descriptivo) ahora veo en los boxes y en los paddock demasiadas caras largas, demasiados egos, demasiada tonteria, demasiados intereses, demasiado marketing... Lo romántico está desapareciendo a tanta velocidad que empieza a dar miedo... ¿os acordáis de la aventura de Aprilia en 250 en los ochenta, con Loris, el valiente Reggiani, por medio? La primera victoria de la casa de Noale, en Italia (bueno, San Marino), fue mítica, apoteósica, humana, histórica... cuantas lágrimas derramaron.. sí, eran otros tiempos, 1987. Y era una fábrica pequeña... Davit contra Goliath. Ahora algo parecido parece inconcebible.


No quiero terminar sin mencionar la bonita iniciativa del calendario de moteras asturianas (¡y madrileña!, que por ahi está en el mes de abril nuestra guerrera Amara) que un grupo de chicas comprometidas pusieron en marcha este verano. Todo lo recaudado irá a parar a la Fundación Nacional de Pararapléjicos (http://www.infomedula.org/).  Seguro que lo habéis visto en las revistas o en Facebook. Ojala el ejemplo cunda y se hagan más cosas así. Podéis pedir los calendarios (una pasada de fotos y moteras) en distintos puntos, quizá el más fácil sea vía Facebook, buscad Calendario Moteras Asturias

Casi se me olvida, quería agradecer a Sara Gixxer su bonito mensaje en la web de los amigos de Moclava, con motivo de la carrerilla de Cintruénigo. Aunque exagerado, siempre viene bien para la moral leer cosas así, ¡gracias tesoro, siempre destilando clase y simpatía!, besos...


Cierro el grifo ya... El título de este post no sé si lo he repescado sin querer de alguna canción antigua, de algún poema, de algún libro, creo que sí, da igual, viene que ni pintado. No todas las historias que empiezan bien terminan bien, no sé dónde estará el matemático que decía otra cosa, ¿le conocéis alguno? No todas nuestras buenas ideas nos llevan por caminos alegres, llenos de cachondeo, besos u olor a gasolina. Sí, sé que lo sabéis. Lo sabemos. Pero saberlo no ayuda demasiado...

Salgamos a rodar, a fijar la vista en la cinta negra de nuestro destino y vivir cada segundo sin ira, sin pena. Seas rutero o tandero, de verano o de invierno, paquete o tapado. Una moto, un viaje sin rumbo, cielo azul, ¡dinero para echar gasolina!, montañas, valles, llanuras, costas, todo es más bonito si no vas solo, sí. Quizá algún día vuelva a ser así, amigos míos. Mientras, no queda otra, siempre adelante, aunque cabalguemos solos.


¡Gracias, banda, por estar ahi, aguantando el temporal! ¡Hasta pronto, Juan Carlos!


"Todos tenemos un propósito en la vida.. un don único o un talento especial que dar a los demás. Y cuando mezclamos este talento único con el servicio a los demás, experimentamos éxtasis y júbilo en nuestro espíritu, que es la última meta de todas las metas..."
Dr. Deepak Chopra

Un sueño que se hizo realidad (crónica del VI Gran Premio de Cintruénigo)



¿Cómo no contar lo que vivimos durante aquel glorioso fin de semana de junio? Obviamente, no pasará a la historia, ni se pretende, pero ha sido una modesta experiencia personal emotiva y cañera, grabada a fuego para siempre en el alma de un viejo idealista que ya no tiene nada que perder por intentar, cuando puede, alcanzar sus pequeñas metas. Una más de tantas historietas casi anónimas que pueblan este mundo de las dos ruedas. 

Aviso que este post es MUY largo. Ojo. Aspirinas a mano si pretendes acabarlo...

Cuando miro a mi alrededor no dejo de descubrir grandes historias de pilotos, viajeros y apasionados casi desconocidos pero que encierran la verdadera esencia de esta pasión casi irracional. Esta vez me toca a mi contar la mía y bien sabe San Brembo (el único santo al que rezo) que no es afán de protagonismo precisamente lo que me mueve a hacerlo. Bien vale contarlo para no olvidar nada y por si sirve para que algún amigo o desconocido se anime a hacer algo similar. Además, toca ser agradecido con toda la gente que nos ha ayudado.

Pues sí, a veces las ideas se materializan. Lo que es la vida, justo tres años y un mes después de que me explotara la idea en el cerebro (mientras comíamos con los amigos del Team Moclava en un mesón de algún lugar de la provincia de Cuenca), al final descubrí “mi” hermosa Ossa 250 de carreras. Por fin iba a participar en una auténtica carrera de clásicas, donde como era de esperar, no faltaban muchos de los ases de La Bañeza o del Cto. de España de la especialidad, casi ná. Sabía que el nivel era alto y que quizá, posiblemente, me estuviera tirando a una piscina sin agua pero así son las cosas, las oportunidades no afloran cada día y a cabezón pocos me ganan, ante la duda siempre tiro pa’lante (así me va…), pero había un motivo importante para participar en este desafío, claro que lo había...

Suelo pensar que en esta vida casi todo es mentira salvo cuatro o cinco cosas sagradas. Una es el amor, otra la amistad, por supuesto tu palabra... otra es la de cuidar y proteger tus sueños, grandes o pequeños. Para mi volver a correr una carrera (y hacerlo con una clásica) era un sueño muy dulce. Ese sueño aglutinaba varias cosas, el desafío de ver si estaba a la altura o no, la simple satisfacción de hacerlo, pagar alguna "deuda" antigua, divertirnos, quemar adrenalina... Para mi gusto ha tardado mucho en llegar pero así funciona este mundo ¿no? Dicen que las cosas buenas se hacen esperar, si llegan…

La idea era correr alguna carrera a la antigua usanza, es decir, en un circuito de antaño, urbano, entre balas de paja y farolas, con el público a pie de pista y cruzando pasos de peatones como si fuera el último día de tu vida. Rememorar esos días, esas motos, esos circuitos… Sentir esa esencia, esa pasión que viví de joven, pero ahora desde dentro, como pilotillo. Sentir esa tensión que todavía recuerdo y que a veces vivo en ciertas circunstancias “piratas” con la moto. Esa sensación de no guardarte nada, de intentar ser quién crees que realmente eres, de darlo todo, de no pensar en nada salvo en el presente. Y quería hacerlo con una moto de las que me fascinaban de pequeño… bueno, y de mayor, una Montesa o una Ossa, las marcas que mamé de crío en casa de mis padres. Quería hacerlo por mí, obviamente, pero también por mi padre... no me equivoqué, ¡cómo disfrutó! También por mis dos grandes ídolos nacionales, vinculados con la marca del trébol en algún momento: Santi Herrero y Ricardo Tormo. También me acordé esos días de mi amigo Gerard y su Ossa, otro maestro...

Al final lo hicimos, sí, pero, obviamente, no sin ayuda. El año pasado lo intenté, quería correr en la prueba de Xátiva en agosto, pero fue imposible. Aquel día fue muy triste por varios motivos. Esta vez ha sido distinto. Y todo, sin duda, gracias a Paco Motos, un tío muy grande, que me envió un correo apenas dos semanas antes de la carrera con el sugerente título de “Una proposición indecente”… Como sexualmente no tenemos feeling, je, je, ya imaginé que era algo relacionado con las dos ruedas y los tubarros. Acerté... Existía la posibilidad de “alquilar” una Ossa de carreras… ¿y cómo fue posible todo esto? pues no fue por pasta, no, fue por una de esas cosas que ya no estamos acostumbrados a escuchar: fue un trato entre caballeros, a tres bandas. El momento era la carrera de Cintruénigo. A mí se me abrieron los ojos como platos… y empezó la cuenta atrás, la fecha estaba a tiro de piedra. Como hacía en otras “épocas”, tuve que sacar la bici del trastero y ponerme las pilas con una dieta que me paso una amiga nutricionista. Solo quedaban doce días, no podía perder el tiempo.

Viernes 15 por la tarde. Empiezo a ponerme un pelín atacado, con la cabeza trabajando ya a medio régimen para que no falle nada que esté bajo mis manos... Atrás quedan dos semanas de trámites federativos, muchas llamadas, algunas visitas para ver monos de segunda mano de una pieza (que encuentro baratos pero que no puedo comprar), de hacer algo de bici casi cada día, de hartarme de verduritas y lechugas, de nadar entre la ilusión y el ligero nerviosismo nocturno, de preguntarme si la cosa irá rodada o no… Cuando me dicen que estoy más delgado, me lo creo, cuando me pregunta algún amigo si estoy "entrenando" o machacándome duro con la bici le digo la verdad: cojo la bici, sí, pero tampoco estoy haciendo etapas del Tour precisamente, básicamente me ayuda que estoy siguiendo la "dieta del cucurucho" y, la verdad, creo que funciona, ja,ja, no, en serio, cuando uno tiene la motivación adecuado, un objetivo claro y atractivo, puede cambiar sus malos hábitos habituales, en mi caso soy un ejemplo viviente como bien saben mis amigos.

Sábado 6h00... me pongo en pie y voy preparando los desayunos mientras repaso mi mochila por enésima vez (joder, ni que me fuera al TT, aquí cada loco con su tema...) Levanto a la tropa que está en coma, claro. Salimos del garaje (el coche lo cargue ya el viernes) justo a las siete dirección Medinaceli. Luego alcanzamos el pueblo de Agreda donde ya nos esperan mis padres en el hostal donde han descansando esa noche para evitar el mega madrugón, mejor. Llegamos pronto a Navarra, esa tierra tan rica en matices, y a las once ya estamos en la vieja estación ferroviaria de este pueblo de nombre un tanto complicado de pronunciar las mil doscientas primeras veces: Cintruénigo (cerca de Tarazona y Tudela, para que os hagáis una idea). Al rato encontramos ya las carpas de los valencianos. Está Paco Motos, por supuesto, y alguno más que no conocemos o que solo conocemos de vista, de alguna tanda en Albacete, de fotos, etc. Son Angel, Juan, Mohedano, don Eduardo... Como era fácil adivinar, todos son grandes tipos y unos pilotos todavía rápidos en estos escenarios… me meo de risa en los que piensan que estos "abuelos" se pasean por los circuitos. Cuando te enteras del "curriculum" de la mayoría de ellos te lo explicas... qué envidia, qué vida llena de pasión, gasolina, amigos, carreras, alegrías, luchas y también sinsabores.

Por supuesto, también descubro, enseguida, “mi” Ossa verde y blanca, naked, con el dorsal 52. Tiene una pinta de pura sangre que quita el hipo. Lleva el puchero de la phatom y está bien preparada para las careras, poca broma con la “niña”, posiblemente del año 71. Paso de cadena fino, aligerada, estriberas retrasadas, colín, carenado opcional, semi manillares, carburador Bing ¡de 54!, una joya… Enseguida le quitamos su dorsal y ponemos el que yo quería, el 31, el que llevo mi padre en su primera carrera allá por 1964, hace “dos días”. Su dueño, “Comandante”, tiene un carácter de perros, no habla, ladra, pero en el fondo es un buen tipo, eso es lo importante. Me pone las pilas enseguida pero yo esquivo sus ataques ja,ja, iremos paso a paso. Mi padre no puede hacer maravillas con el nuevo dorsal, dice que le tenía que haber avisado, hubiera preparado uno de los suyos. El ambiente es cojonudo, hay risas pero también un poquito de "tensión", genial...

Antes de comer con la family, me paseo por el paddock con la Ossa para empezar a conocernos. Cuando escucho su música una parte del cerebro se refresca, me lleva a otra época, cuando era adolescente. El viejo sonido "de carreras", sí señor. A partir de ese momento ese "sonido" me irá haciendo mella, el corazón irá a ritmo. La miro por los cuatro costados, es toda una señora con garbo, algo peculiar de conducir pero también noble y ligera. Delante lleva una goma inglesa, una legendaria Avon, detrás un Bridgestone que no conozco. Me siento y me acomodo, la presento mis respetos. Noto que es tan ligera como había imaginado, que frena poco (como era de suponer, creo que son los de serie o poco más) y que tiene un sonido fenomenal. El tubarro es casi como un jamón, ja, ja, ¡menuda panza! La posición es cómoda para ir de paseo pero no me viene del todo bien para guerrear ya que el colín se cierra enseguida y voy un poco encajado (bueno, con la Ducati es mucho peor por culpa de la altura de su depósito). Ojala llevara un sillín de paseo, voy algo presionado pero, bueno, qué le vamos a hacer. Por lo demás, voy fenomenal, las estriberas y el manillar hacen juego y en recta puedo ir acopladito. Pasamos las verificaciones con un humor envidiable, vaya banda… Mi Laura me ayuda con el material, botas, casco, mientras yo empujo mi montura.. Paco va delante con la suya… las risas son constantes, buena señal. Me miran dos mil veces el AGV para ver si está "homologado", del mono de dos piezas no dicen nada, curioso...



15h30. Entrenos libres. No hay romance sin problemas, ¿verdad? Para empezar, no recordaba una jornada con tanto calor desde la visita a Motorland hace justo un año, cuando, de grada a grada, creíamos divisar oasis o camellos. Con el calor me baja la intesidad, comprobado. Ufff, ¿por qué no habrán venido los dioses de la lluvia, Edu y Julito, para aliviar este ambiente cargado? No podían, lástima. También echo de menos a Raquel, a Martita, a mi meca, el Julito, al maestro Roskachapa y a mi brother, el Isma, pero tenía tandas ya pagadas. No me estoy quejando, todos me han animado estos días, lógico, ¡nos solemos cuidar bien entre nosotros! Agradecer especialmente la ilusión y los ánimos que me ofrecieron amigos como Edu, Raquel, Noe, Santi, Sara y Amara, ¡así da gusto plantearse aventuras! Tampoco podían venir a la carrera los "Tortugas", ya tenían comprometido ese fin de semana con otro sarao motero, una pena. Kevin-Santi vendrán el domingo posiblemente, ¡genial!

Va llegando la hora del entreno. Paco nos hace toda una exhibición de cómo ponerte un mono en apuros ja,ja, luego unas flexiones antes de montarse en su moto, unas de esas famosas flexiones "a lo Rossi"; joder, las risas no paran, vaya banda.. Miro a ver si hay alguna nube en el cielo, negativo. No queda otra, me visto de romano. Estoy algo más en forma estas semanas por la “dieta” y la bici, he bajado incluso algunos kilitos y me noto más liviano, el mono y su cremallera lo agradecen je,je, pero, vamos, que no lucimos cuerpo Danone precisamente ja,ja... Enseguida estoy listo. Salgo al entreno con ganas para comenzar a conocer la Ossa y el circuito. El trazado me lo sé un poco de haberlo visto en papel, en vídeos, lo típico... La recta de meta, una calle de unos 370 metros, mola y termina en una curva de izquierdas tipo garrote (bueno, casi todas las curvas son así de retorcidas; normal, estamos bordeando calles, nada de avenidas) pero es genial, si la haces bien y fuerte, en la misma trazada puedes hacer la siguiente curva, también de izquierdas. El circuito urbano tiene 1400 metros. Los buenos tardan poco más de un minuto.

Empiezo a dar vueltas..., ¡qué sensación más anacrónica! En parte me acuerdo de cuando era el típico motero callejero de quince años que iba medio-aterrorizando a coches y peatones por Madrid. Se trata de ese estilo, el callejero-reventón, el “noble arte de doblar esquinas a toda hostia” (risas). Ahora soy más “razonable”, voy más despacio, ese es el problema. No consigo pasar rápido por ninguna curva, bueno, ni por ninguna recta en todo este primer entreno. Me siento un puto paquete. La moto gira bien pero tengo un serio problema con el gas... problema mío, no de la moto, quiero decir. No sé dónde está el límite del motor de la Ossa, el de los frenos sí. Acelero con ganas pero no es suficiente. Sigo dando vueltas y me voy cansando, no entiendo… Encima, empiezo a ver que esta gente anda un huevo, o huevo y medio. Sí, aquí corre fuerte casi toda la banda, desde gente de 17 años hasta los “abuelos”.

Honestamente, veo que solo estoy conduciendo, nada de pilotar, voy de pena. Ya no me siento un paquete, lo soy totalmente, un rato amargo. Termina el libre, llego a nuestra carpa totalmente destrozado física y moralmente, no me salen las palabras por el cansancio, el sudor me empapa la cara. ¿Cómo puedo estar tan cansado? Lo flipo. Apenas pienso todavía. ¡No me puedo bajar de la moto ni quitarme el casco!, no exagero nada, me dio una pájara cinco estrellas. El mundo se me cae un poco. Fue el peor momento de todo el weekend. No soy demasiado tonto, sé que si esto sigue así voy a hacer un ridículo espantoso e histórico.

Por fin me bajo de la Ossa que está hirviendo. Me tomo lo primero que pillo, una Coca light medio caliente, “cojonudo”. Luego por fin respiro mejor y bebo agua fresquita, mucha. Estoy decepcionado conmigo mismo, bastante. Todos me preguntan qué tal. Lo tengo claro, entro medio bien en las curvas pero salgo de ellas “muerto”, fatal, en las rectas no paro de recibir “top guns” por todos lados. Si sigo así me van a abrir el culo en canal. Esta moto no tiene bajos, vale, lo sabía pero es que tampoco tiene medios, no corre nada si cierras un poco el gas, nada. Manos de pianista dónde estaréis…


Los amigos valencianos, perros viejos que se las saben todas, lo tienen muy claro, me han visto desde las aceras y me confirman mis sospechas. O subo más de vueltas el motor o no voy a ir bien en ninguna parte. Hay que subir de vueltas el imaginable tacómetro (no tiene) hasta que grite a tope, aunque parezca que vaya a salir una biela por un costado, que no tenga piedad, que se nota que voy conservando mucho la mecánica pero no hace falta, que es una Ossa de carreras, preparada para que la den mucha, mucha caña, sin concesiones. Ok, vale, tendré que entrar con un “hierro” menos en las curvas para no bajar de revoluciones el motor y así poder salir de las curvas con cojones porque la moto corre un huevo, me dicen, y no estoy aprovechándola. Que no me preocupe, que soy un novato, paso a paso... lo sé, eso está claro, llevo mil siglos sin rodar con una 2T, pero eso del paso a paso es buen método cuando hay más tiempo por medio…

De repente miro a un lado y veo dos caras conocidas, ¡son Marta y Josep!, vaya, ¡¡que sorpresa!!... han venido desde Palencia a vernos, ¡¡tela!! alucino... La visita me da buena suerte, empiezo a sonreír otra vez, hasta me calmo. Decido que en el crono oficial voy a salir a muerte y si me estrello pues al menos caigo con honor, cojones, porque con la que he montado para estar aquí, con la de personas que han venido a la fiesta, incluyendo a mis padres, a mis amigos, las molestias y las gestiones de Paco, etc, no tiene sentido rendirse tan pronto o salir a pasear el domingo.

Antes del crono, bajo la carpa, revisamos gasolina, repasamos tornillos y apretamos el amortiguador de dirección de la Ossa que se ha soltado por las vibraciones, ¡no será lo único...! Agradecer de nuevo la ayuda de estos locos valencianos, a todos los niveles. Sabíamos que eran la rehostia pero durante el fin de semana han superado todas las posibles expectativas, tanto dentro como fuera de la pista. Buena fiesta la que montan en el supermercado por no hablar del chillout nocturno que llegará esa noche... Y de historias de motos, de hazañas, vivencias y personajes ¿qué decir?, por ejemplo, está allí con nosotros don Eduardo Granell, un hombre entrañable, con 73 años que todavía pilota ligero, otro nuevo ejemplo. Es un placer escucharle y verle rodar. Don Eduardo apenas come, él sí tiene gasolina en las venas. Las motos y las carreras son su sostén vital. El domingo nos contaría muchas cosas, también recuerdos. Por ejemplo, que se retiró oficialmente del Campeonato de España en ¡1971!… también algunas de sus carreras contra el gran Santi Herrero, contra un joven Nieto, con los Cañellas, Bordons, Escuder… y la tragedia de su viejo compañero en Bultaco, Pedrito Alvarez cuando se mató por culpa de un puto perro en el circuito de Castellón.

17h30. Cronos oficiales. Pues nada, sobre las cinco y media salimos a los cronos buenos, ahora sí que hay que atarse los machos y echar el resto. Sigo preocupado por mi patético rendimiento. En fin, espero cansarme menos y, sobre todo, hacerlo mejor. Salgo y en la primera vuelta voy “calentando” mente y motor. Como estoy bastante cabreado conmigo mismo sé que algo mejor lo voy a hacer, pero no se trata de eso, se trata de hacerlo bastante mejor porque si no va a ser un puto desastre en todos los sentidos.

Termina esa primera vuelta y en la siguiente empiezo a estirar hasta el infinito cada marcha, el puchero parece que va a explotar, la releche la que se monta bajo mis testículos, menos mal que aunque va, digamos, fina realmente la carburación va un pelín grasa para evitar sorpresas desagradables. Aun así, dejo dos dedos en el embrague, esos tics que hacía de pequeño con mis motos de cross y que en las motos modernas hago sin darme cuenta y sin motivo. Intento ser mucho más agresivo. Como ya me sé el circuito y he pillado algunas referencias voy más suelto, me canso menos y ando más, lo noto enseguida. Desde las vallas me dicen algo como “¡así, así!”, les veo un instante aunque no les oigo.

Vuelvo a encarar la fantástica curva de entrada a meta, ¡fantástico viraje, como disfruto alli! Llego en cuarta a toda hostia a final de la calle de meta, perdón, recta de meta je, je, je, fácil a 145-150 km/h, y en los últimos 50 metros las vibraciones son enormes, gloriosas, no hay palabras, parece que se va a desmontar la Ossa, ¡¡sin exagerar, amigos, dejo de notar los dedos, la caña!! (Luego me dice Paco que es normal, que pasa en cada vuelta todo el mundo.) Lo flipo mientras me rio, freno como puedo tanto con delantero como con el trasero y me meto en el ángulo ciego (me recuerda al de Miramar de Montjuic). Salgo del garrote ya más alegre, el motor no se me va abajo y encaro la siguiente curva acelerando a saco. Ok, quizá todavía tenga esperanza… Repito jugada en todas las vueltas y noto que, además, no me estoy cansando nada. Llevo la visera un pelo abierta para “oxigenar” y veo que me pasa mucha menos gente que en la primera “tanda”, bien. Insisto: la curva de entrada a meta es la hostia, y rápida, disfruto como un enano. Si no fuera por el puto colín sé muy bien como entraría en esta rápida curva ciega. El próximo año si vengo más preparado (sobre todo físicamente) voy a rozar hasta con las orejas, ja,ja (bueno, perdonadme, ¡me tengo que animar yo mismo!). Saliendo me agacho sobre el depósito esperando mejorar mi “aerodinámica” (madre mía, lo que hay que leer…) pero no puedo girar la cabeza hacia el frente al mismo tiempo, joder, así que durante varias docenas de metros espero que no se cruce ningún bicho porque ¡solo veo el tapón del depósito!

Repito la táctica en cada tramo, en cada curva, intento cambiar pesos y descolgarme pero choco con el límite del colín, empiezo a agacharme y a disfrutar un poco… bien… Las ruedas tienen unas medidas de juguete pero dan seguridad. El chasis doble cuna es noble y robusto, mi padre me lo ha dicho tantas veces que no me sorprende, mejor que los chasis de las Bultaco o de las Impala que hay por allí, al menos de serie. Lo de las vibraciones traerá mucha cola, como luego veréis… Sigo dando vueltas como un poseso. Como cierres un poco el puño de gas estás muerto, hay que llevarlo muy abierto sino estas vendido. Bueno, lo importante es que me empiezo a divertir, la boca se me queda seca. Pasan los minutos en un instante, veo la bandera roja y me meto de mala gana… llego a la carpa y no digo nada, estoy radiante por dentro, me he sorprendido a mi mismo, solo paro y veo que respiro normal, no estoy apenas cansado, ¡acojonante! ¿cómo puede cambiar tanto un tipejo de una hora a otra?, me cuesta procesarlo. Pensaréis que estoy exagerando pero no, no me estoy llevando por la emoción, sucedió literalmente así. No puedo decir otra cosa, ni explicarlo, ¡no lo sé! En fin, ¡esto es vida y no lo que hago entre semana!
Pronto vienen hacia mi, como lobos, los valencianos... joder, sonríen y me dan palmadas, bueno, golpes en la espalda mientras dicen que “ahora sí, ahora sí vas alegre, nano” no es para tanto, pero agradezco sus palabras. Paco también me felicita, joder, me lo empiezo a creer. Qué subidón de moral me da todo esto, al menos creo que no terminaré el último destacado. Roskachapa me manda por SMS un buen consejo para la carrera, que no me desfogue en las primeras vueltas, que mantenga el ritmo. Más o menos lo que me dice mi padre que, luego, me habla con su sosegada firmeza habitual y me da su “ok”. Joder, ahora sí que me lo creo, él no regala piropos, lo sé bien, muchas batallas y broncas juntos. Mi hija, Laura, me felicita y luego la mamá, Inma, que por fin parece que disfruta un poco del jaleo. Mi madre se acerca también e intercambiamos palabras, mientras me tomo un “Aquarius” como hacen los deportistas de verdad, ja,ja... El resto de la tarde-noche lo pasaré más tranquilo porque ahora veo que quizá pueda hacer una actuación medio-digna el domingo. Revisamos la moto otra vez, la estribera izquierda anda floja, habrá que apretarla con fijador mañana, ok.

Se va casi todo el mundo, reina la paz en la vieja estación de tren. Mi padre se tira una hora larga con don Eduardo bajo la carpa, algo sucede. Algún volao le ha golpeado al pasarle por dentro en una curva en los cronos y le ha destrozado el tubarro, entre otras cosas. Menos mal que no se ha caído, eso es lo más importante. Encuentran un soldador portátil en una carpa y se lo apaña. La tarde va cayendo…

Después de pasar por la ducha del hotelito, regresamos y cenamos con mucha más gente en unas mesas largas instaladas en el paddock bajo la luz de las farolas y la luna. El rosado desaparece. Brindamos por la cocinera y sus pinches. Qué ambientazo. La carne con pimientos sabe a gloria y como dice Paco en esta tierra lo mejor es probar el rosado que está de p.m. y cuando se acabe pues… el tinto también estará de p. m. ja,ja,ja

De repente viene “Comandante”, el viejo dueño de la moto, amigo de Paco, gritando con sus modales de “Harvad-cete”, “Luis, oyeeee, ¿has quitado la trompeta del carburador????”… me quedo a cuadros, ¡pues no, qué voy a quitar yo!, contesto temiéndome lo peor… ¡¡pues nos la han robado!!, exclama… nos quedamos secos… ¿¿¿cómo??? ¡Allí no roban nunca! Pues el caso que el carburador ya no tiene trompeta. Mierda. Una media hora después uno del motoclub nos comenta que tienen una trompeta, que se le cayó a una moto en marcha... la nuestra, sin duda, ¡manda huevos!… no me di cuenta y no note que bajara el motor de rendimiento, debió ser al final, no lo sé. El domingo la pondremos pero con fijador y, como dice mi padre, con una abrazadera (iba a presión, y no muy de fiar).


Luego se monta la de Dios, los valencianos comienzan con la fiesta, una especie de “ruta del Bacalao” que arranca con fuerza justo después de la cena “aburrida” y “formal” que degustamos todos juntos. Después de subirnos al podio para hacer el gañán, comenzamos tomando carajillos en el bar de la vieja estación donde me encuentro con Andrés el gallego, uno de los pilotos, un tío majo, el número 36, solo nos conocíamos por internesss. Allí duramos poco rato, los valencianos montan un auténtico chillout en la carpa, junto a las motos, con velas, mojitos, música y cachondeo inenarrable. Son dos horas de puro vicio y descojone general, y digo dos horas porque fue lo que aguantamos los madrileños, allí se quedaron armándola hasta altas horas de las noche ellos y algún otro noctámbulo.

Domingo, 7h15. Los dos “LF” madrugamos mientras dejamos a la family en el hotel durmiendo a pata suelta. Inauguramos el bar de la vieja estación antes de las ocho. Luego recogemos lo que nos encontramos bajo la carpa. Vaya fiestón… del chillout todavía queda hierba en el suelo, y colillas, y vasos, y hasta el martillo para picar hielo (solo faltó esa noche la Sharon Stone de Instinto Básico). Recuerdo que grabé varios minutos con la cámara… será gracioso verlo en casa días después, seguro. A ver si lo subo al Youtube... Bueno, terminamos de recoger la basura y, algo después, con ayuda de otro crack valenciano, Juan, que nos presta su pequeña radial, mi padre hace un cortecito en la trompeta para que luego enganche bien la abrazadera que piensa poner. Lo monta echando un poco de loctite y arreando. La estribera también queda apretada… demasiado. Empiezan a llegar el resto de valencianos, sus caras lo dicen todo, no han dormido muchas horas ja,ja, hala, ¡a correr!

9h25. De repente veo una cara conocida, es Santi, ¡qué grande, ya está por aqui! Confiesa que ha pasado frío a primera hora encima de su bella Fireblade 929. Ya se calentará, el día va a ser otra vez caluroso, se nota. Salgo al Warm-up. Empiezo bien pero enseguida veo que me escupe la tercera, dos veces por vuelta, hostia, qué pasa, ¿qué estoy haciendo mal?, aguanto, aguanto pero me vuelve a escupir y, peor, no consigo cambiar a segunda, ¡¡no hay juego en la palanca de cambio, no retrocede!! Son dos vueltas infernales, me meto a “boxes”. Lo miramos. Está demasiada apretada, no hace juego. Se desmonta y la dejamos un pelin “bailando”, lo justo para que no se repita el “agarrotamiento” ni se caiga en marcha con las vibraciones. Quizá faltaba una grupilla… no hay tiempo para detalles LF, otro día.

Primera Manga. Me pongo la camiseta de Santi Herrero, la que nos dieron el día de la inauguración de su curva en La Torrecica. Alguno pensara que son gilipolleces pero a mi estas cosas me llenan. De paso, si me da fuerzas o me inspira un poco… no me vendrá nada mal. La temperatura dentro y fuera de mi cuerpo sigue subiendo a marchas forzadas pero tengo la mente en otros mundos. Nos amontonamos en la calle de salida, pasan los minutos, me lo estaba imaginando, saldremos con retraso, más emoción y puteo. El otro Juan, el afamado preparador de Ducati, me dice que esté tranquilo y que pare la moto mejor para no calentarla en exceso. La paramos y nos tienen esperando unos cinco minutos más que se se hacen eternos. Por fin nos dejan salir, arranco con ayuda de otra “radial” en el suelo que hace de arrancador de motoGP, je,je, y Juan se sube para “probarla”... veo que se aleja unos metros, yo detrás, vaya cuadro...¡coño, que me “roban” la moto!, enseguida se detiene y me la cede a pie de pista.

Salgo a meta y busco mi posición, una retrasada posición 29, de cuarenta, bueno, no es para tirar cohetes precisamente pero los paquetes también tenemos derecho a participar y soñar ¿verdad? Realmente, me importa poco el número y la posición, lo que quiero es zumbar bien, terminar las mangas y remontar lo que pueda, luchar y meterme en la pomada que me corresponda por ritmo, no sé si me explico.

Damos una vuelta de “calentamiento” (toda una paradoja) y por fin salimos. No salgo mal del todo pero se me encabrita un pelo, me pasan dos o tres motos de las filas de atrás pero al llegar al “ángulo”, al embudo mejor dicho, paso a dos. Luego me pasa otra moto, me acerco otra vez, etc, así andamos durante dos o tres vueltas, mientras los que van rápidos de verdad se alejan ya en la primera vuelta. Nos vamos emocionando un poco y enseguida algunos vamos rozando las balas de paja entrando a meta. El público apostado en las aceras y en la tribuna debe estar entretenido con nosotros. Salgo de esa curva con el motor a tope, a menos de un metro las otras balas donde están atentos Santi, Laura, mi padre, Marta y Josep, con las cámaras en mano… está todo controlado, esa curva me encanta, agacho la cabeza y me tumbo sobre el depósito mientras las vibraciones inundan mi mundo y llego a final de recta a una velocidad inimaginable para mí un día antes y sin ningún tacto en los dedos... ¡¡ah, qué maravilla de minutos!!


Freno de “oído” y entro como puedo mientras paso por fin a un tipo que me está haciendo de tapón ¿será Barros o Haslam? y luego a otro par. De mi “grupo" creo que nadie me pasa ya en toda la manga, “solo” nos doblan los líderes y los outsiders, habrá que aguantarse. Salgo de varias curvas picando embrague para que no decaiga la alegría del puchero que atrona entre mis piernas mientras veo como van algunos fieras. Observo cuando me pasan y alucino. Algunos pilotos (seguramente los más jóvenes) practicamente rascan las curvas también con los codos, y a medio metro de los bordillos, verlo desde dentro es fantástico. Ahora bien, me jode que me pasen, claro, pero como soy realista no me voy a picar con tíos que me han doblado y que me sacan ocho o nueve segundos por vuelta como poco. Intento hacer mi carrera y, sobre todo, “pequeño detalle”, no doblar la Ossa porque como la doble entonces sí que va a ser “gracioso” el finde y la factura final del weekend…

Malas noticias, de repente veo a Paco, que salía como dos filas delante de mi, parado en una curva hablando con un bandera. Por lo que veo no se ha caído, menos mal… Termina la manga y damos otra vuelta para saludar a la afición. Como mola, la gente del pueblo y los miembros del motoclub Cirbón son muy simpáticos, da gusto estar aquí. Estoy viviendo mi sueño y por el momento todo va mucho mejor de lo esperado, quién me lo iba a decir a mi unos días antes… Encima en cada salida con la Ossa vuelvo menos cansado, ¡guay! Por lo visto luego, he terminado el 19. Bueno, al menos han quedado unos cuantos detrás y, lo importante, me he divertido como un cabronazo. ¡Como hecho de menos no habermelo currado más y venir más en forma!, como se nota en directo que te cansas, que echas en falta tener más "pulmón".. así es la vida, si se repite algún día la experiencia tendré que ponerme "serio" conmigo y espabilar más.. bueno, y que haya más tiempo para prepararnos, claro.

Segunda manga. La Ossa de Paco ha dicho adiós, algún piñón del cambio debe estar frito, ¡qué putada!, no va a poder salir más. Regreso a mi Ossa. Después de mirar la moto y echarla unos litros de mezcla por si acaso (realmente, chupa muy poco, pero no me quería quedar tirado) volvemos a salir a parrilla y esta vez con la idea de salir mejor. Dicho y “hecho”... esta vez salgo peor, mucho peor, no me quedo clavado pero casi, todos los que llevo detrás salen a lo Pedrosa o Rainey, lo flipo, no me lo puedo creer, me pasa tanta gente que cuando llegamos al embudo veo dos espaldas conocidas: la del del grandote de negro que corre con una Montesa y la de la chica de la carrera, Begoña, habitual del Cto. de España de Clásicas. No me lo puedo creer, ¡si estaban detrás de mi seis segundos antes! Salir del embudo se hace eterno, perdemos tiempo de narices en ese rato. Empiezo a remontar… Dos vueltas de infarto. La bota izquierda la voy a tener que tirar cuando termine el día, buena señal. Algún que otro adelantamiento emocionante que hago y, sobre todo, que me hacen, claro, mientras seguimos explotando las posibilidades del motor de la Ossa. El calor aprieta algo más pero hay más público, todo compensa. Pasan algunas vueltas y me da la sensación que todos vamos un poco mejor que en la primera manga, más finos, se ven menos cosas raras pero hay varias caídas o roturas, casi en cada vuelta veo alguna moto parada o apoyada en un muro. De repente casi me como una pared de balas de paja, entre muy alegre pero sin talento, me lo reprocho porque quiero terminar.

Llego hasta el grandote que me paso fácilmente en la salida. Llegamos a recta de meta y luego, “sin manos”, hasta el ángulo, me lo calzo por fuera pero no se despega mucho. Enseguida llego hasta la Impala que corre que se las pela. En la salida ni vi cómo me paso, alucinante. Enseguida adelantamos a otra moto y ya estoy cansado de estar detrás, me pongo a su rueda y casi me precipito y la toco, mal, muy mal, no quiero tirar a nadie por supuesto. Mientras “espero” en las rectas de atrás, miro hacia atrás y veo que se acerca uno de los Top.

Llegamos a la zona más lejana del circuito y en una curva a izquierdas que no me gusta nada porque se cierra muchísimo oigo perfectamente cómo llega el figura (creo que fue el que quedó segundo). Se nos mete por dentro cuando ya estamos nosotros en la curva, a mi me pasa muy justo, quizá demasiado pero no me cabreo, el problema es que se va largo, no aguanta su propia trayectoria el…, la Impala “Turbo” se tiene que abrir para no comérselo pero, "a cambio", se come las balas de paja, rebota y plafff, me encuentro la Montesa en mi trayectoria, tumbo pero no es suficiente, contacto, al suelo los dos… se me cae la Ossa en la pierna izquierda, que puta mierda. Afortunadamente, no pasa nada grave. Rapidamente, los "marshall" nos empujan. Salimos. Bueno, un lance de carrera, no ha sido nada, las motos vuelven a rugir… he perdido (por lo que vi luego) unos 45 segundos en total… uff, a la mierda la clasificación… Quedan dos vueltas más y ya no pillo a nadie, me dedico a aguantar sin percances lo que queda, a disfrutar el resto de la manga, la que puede ser, seguro, mi última carrera en mucho tiempo. Dan banderazo y nos despedimos saludando a toda la afición que, desde sus casas, desde las aceras y esquinas aplaude a todo el mundo, incluso a mí, ¡qué pasote!

Llego a la carpa tranquilo. No tengo palabras (ja,ja,ja, ¡quién lo diria ahora!) Boca seca, buena señal. El sábado pase de la miseria al optimismo en pocas horas, hoy he viajado por las nubes. Sé que voy a despertar pronto, que el sueño está acabando pero no me puedo quejar, ¡para nada! Enseguida veo muchas caras sonriendo, los amigos y la family, lógico. Vemos el podio y aplaudimos a los mejores, devolvemos los transponders y nos despedimos de algunos amigos del motoclub. (Dias después vi en las clasificaciones que mi mejor vuelta la piqué después de aquella pequeña caída. Otro clásico de los LF, ¡no falla!)


Comemos sin los valencianos que están ya de “cata de vinos” en otra carpa, Paco me avisa que no comerán, que están entretenidos allí, qué monstruos… así que comemos sin su presencia mientras la pierna se me enfría y empieza un poco a doler, pero nada reseñable. El balance, huelga decirlo, ha sido positivo, estoy contento. Los amigos siguen alli, un lujo, tendré que cuidarlos toda la vida. Adivinan facilmente cómo me siento. Con mi padre ya hablaré más despacio estos días. Algunas ideas han surgido, era inevitable, era de suponer… Ha sido fantástico, he aprendido cosas, he recordado otras y hasta me he emocionado un poco. Mi padre está contento, eso me vale, esa era la otra parte del sueño: volver a correr juntos, como pilotillo y manager, como cuando yo tenía ocho, diez o trece años, cuando vivíamos por y para la moto pero no teníamos un puto duro. Mi madre ve todo este circo bien, alegre, tranquila, lo ve todo casi normal, es increíble, qué mujer todoterreno, ¡me encanta!, por lo visto no dudo nunca de que saldríamos contentos de la experiencia. Laura está también muy contenta, normal, espero que se acuerde siempre de estos momentos especiales. Fue la que mejor entendió este sueño de su padre. Ojala le sirva de ejemplo y jamás renuncie a los suyos cuando sea más mayor. Gracias especiales también para Inma, que se apuntó al sarao, como en otros tiempos, y hasta disfrutó, ¡espero que no sea la última vez!


¿Qué decir de la bella Ossa? Me gustaría seguir con ella, poder comprarla pero aunque su precio es bastante razonable, no hay money. En esas pocas horas juntos hablamos un poco, surgió la chispa, sí. Fue noble y agradecida, no la olvidaré. Realmente no debía sorprenderme tanto, Ossa es de esas marcas que siempre nos acompañó. Mi primera camiseta motera era amarilla y ponía Ossa. Era el verano de 1980, estaba empezando a aprender a montar en moto, hace toda una vida… mi padre ya había vendido su Ossa pero su recuerdo, su viaje a París y sus carreras eran el pan de cada día para mí. La senda estaba abierta… ahora la “deuda” ha sido zanjada, viajamos en el tiempo y funcionó. Ahora solo queda mirar hacia delante, como siempre. Ojala podamos repetir la experiencia no una sino muchas veces. Y ojala podamos hacerlo rodeado de grandes amigos como estos locos valencianos que nos recibieron con los brazos abiertos. Siempre adelante…

La Perla Negra y los piratas...

Llegó la primavera y nuestra querida y mimada Ducati cumplió un año con nosotros. Y llegó por fin la oportunidad de volver a rodar con ella. Ya iba siendo hora... Se intentó en febrero, en Calafat, pero algunos problemillas logísticos lo impidieron. Un poco antes, en diciembre, íbamos a rodar en Cartagena. De hecho, alguno fue, pero al final... ¡a pie, sin moto!, ¡se cayó del banco, allá en tierras polacas, pocas horas antes!, se nos fastidiaron los planes pero las "lesiones" fueron muy leves... En fin, sabíamos que íbamos a volver a sufrir con una Ducati pero lo teníamos asumido desde el primer día. Merece la pena, pocas marcas hay con tanta personalidad (y "cosillas") como una Ducati de este estilo y añada... yo la miro y ya disfruto de su belleza, de su porte, de su esbelta figura... La "Perla" estaba en fase de lifting. Correa, pastillas, tornillos y slicks nuevos, vamos, de estreno. Eso sí, falta rematar su decoración, poner alguna pegatina de algún "patrocinador" (detalle que siempre permite que una moto "gane" un par de CVs), volver a limpiarla a conciencia, mimarla un poco más, hablar con ella, abrazarla, notar sus vibraciones sin que se nos caigan los empastes...
 

La ocasión era realmente inmejorable. Resulta que, por cosas del destino, durante el último fin de semana de mayo se iban a juntar dos eventos muy guapos en la misma zona, en Albacete.

El sábado, amigos y muchos conocidos asistirían a una nueva edición (la octava ya) del "Encuentro de Grandes Viajeros" donde iban a disfrutar de las charlas de grandes aventureros. Lástima que nuestro amigo Gustavo Cuervo, organizador y alma mater de todos estos encuentros, estuviera esta vez ausente, de viaje por China. Nosotros no nos íbamos a inscribir porque llegaríamos por la tarde pero nos dió tiempo para  acudir a la filmoteca y ver la proyección del documental de la vuelta al mundo en Vespa en 79 días, la aventura de Antonio Veciana y su viejo camarada Santiago Guillén. Desgraciadamente nos perdimos la otra gran charla de esta edición, la de la mítica Operación Impala, de boca del gran Manuel Maristany, uno de los cinco miembros de aquella aventura africana.

Por otra parte, semanas antes, comprobé que este año las típicas tandas primaverales de los amigos valencianos de Moclava se celebraban esta vez ese domingo. Cuando miré el calendario y comprobé la feliz coincidiencia la idea estaba clara: ¡pasaríamos todo el fin de semana en Albacete! Poco a poco, como una bola de nieve, se fue formando el "follón" típico de encuentros y asistencias. Primero, la buena noticia que vendria mi family al completo conmigo a la tandas, incluyendo a mis padres, grande. El sábado estaba claro que veriamos al Mudo, casi ná. Y también, afortunadamente, por fin volveriamos a ver al bueno de Luis Dios que, desde Galicia y con su bonita Impala, haría parada en la ciudad en su vuelta vintage a la península, ¡menudo viaje más lírico se ha marcado el amigo, disfrutando de la Montesa, de la brisa y de cada etapa!


Para añadir más granos picantes a la "paella", desde Barna bajarian algunos Tortugas (bueno, ¡de Barna y de Murcia!, que tienen varias "delegaciones"), concretamente, el gran Gregg con Elena y desde la costa Xavi y Bego, genial. Y de polonia, por supuesto, bajaria Isma con la Perla y su preciosa Fireblade Rothmans pata-negra.

Desde Madrid, Bettor y Santi, ambos con sus Suzzis y con ganas de rodar. Para rematar, con ganas de juerga, un par de "managers" de lujo y perversión: el AvispaRoskachapa, en coche deportivo y sin demasiados achaques, ¡sin comentarios! Si a todo esto le sumas que el domingo estariamos todo el día con los locos valencianos, Paco, Alberto y demás, el resultado final no podía ser sino im-presionante. En lugar de hablar mucho y contar lo bien que lo pasamos en la cena racing del sábado y en la pista el domingo voy a publicar algunas fotos chulas, haciendo repaso a la tripulación y comentando algunos momentos...

Comienza la jornada del sábado y el Mudo ya tiene con quién combatir su famosa "timidez" verbal... Luis y su Impala ya estaban en Albacete, el día será largo...


Llega la cena racing... "las cuatro lunas de Jupiter se alinearon...", entre otros, cuatro Luises juntos. Algo de motos se hablaría, seguro...


Llega el domingo, las tandas de Moclava arrancan bajo el sol típico de estos lares. Aqui la famosa Impala rutera de Luis debidamente escoltada por Gregg, Alberto y el timido...


Para variar, estrenábamos slicks... así que terminamos de hacer las cosas bien y nos pusimos manos a la obra con los calentadores...


Roskachapa, ejerciendo de Team Manager, vigilando a los pupilos. Primera tanda, había ganitas... en dos vueltas llega el primer sustillo: ¡me quedo en un cilindro!, vaya, la pipa de una bujía se había soltado, ná...


Al papi se le caía la baba posando junto a los herederos, lógico (del cachorro de león no tengo constancia sanguinia)...

Foto de familia, ¡como debe ser! Uno que no sabemos quién es da la espalda pero de izquierda a derecha, de arriba a abajo, podemos señalar a Gregg, yo mismo, Alberto, Luis, Xavi (apoyado), Mudo, Avispa, Antonio, Isma, mi padre... y otro conocido que se agregó...


"Pepe y Pepa" aguantando el tipo con honor, ¡qué bien conserva el alcohol a algunos veteranos!...


Gregg y mi Ricardet comparando la evolución de la especie, ja,ja....


La tarde y la jornada concluyeron felizmente, la única nota negativa del día fue la leve caída del bueno de Santi, primero por la izquierda. Músico y un dedo tocado, mala combinación...


Dos niños, uno grande, otro más pequeño... a recoger los juguetes...


Bonito "colax" del fiera de Bettor, un experto en todo lo que sea multimedia. Mal día tuvo para rodar pero por lo demás se lo paso de vicio...

Imposible terminar sin agradecer hasta el infinito el buen rollo y la organización de nuestro crack valenciano, el gran Paco Motos!!!!....


¡HASTA PRONTO, BANDA!

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...