Dónde habitan los sueños…


Escuchar a Julito indicarnos qué hacer con el aceite de la Ducati, hace dos domingos en el box 31 del circuito de La Torrecica, es de esas cosas que no tienen precio. Mejor no contarlo, ¡nadie nos creería! Escuchar los consejos de mi padre y percibir la gigantesca ilusión de Isma, tampoco tienen precio pero sí se pueden contar. Ver la alegría de mi hija al ver a su padre disfrazado de pilotazo tampoco tiene precio. En fin, podríamos subtitular este post como aquella película de los hermanos Marx o aquel gran dísco de Queen, “un día en las carreras”, por todo lo vivido en aquellas escasas horas. Al final nos estamos saliendo con la nuestra, con jugar a ser pilotos, modestamente claro está, aunque no precisamente gratis en tiempo o medios. ¡Qué cara es esta pasión!, ¿verdad? No, no nos vamos a quejar, nadie nos ha obligado. En todo caso, ¡como disfrutamos con los amigos de MOCLAVA y sus tandas “primaverales” ese domingo!, el mismo día que se corria el Mundial en Jerez.


Normalmente estas tandas son los “IRTA” de los pilotos españoles que participan en carreras de Clásicas aunque no es nada extraño ver en “parrilla” algún veterano foráneo. Ducatis, Ossas, Montesas, Bultacos… hasta alguna añeja Lube como la que a veces pilota todavía el gran César Gracia. No es raro encontrarte en las tandas de MOCLAVA a grandes pilotos veteranos como él o don Paco Román. Todo un lujo. Juventud y experiencia, veteranos, novicios y los que estamos en el “tramo medio”, todos compartiendo la misma afición, una y otra vez. Qué bonita canción… Si lo piensas fríamente la situación es paradójica, como casi siempre. El futuro del planeta está, como de costumbre, en entredicho. La capa de ozono ha vuelto a menguar. El paro sigue campando a sus anchas. Nos va a costar años recuperarnos de la famosa crisis. Todo pinta un poco negro. En fin, podemos seguir un buen rato recordando malos rollos, por no hablar de los pobres japoneses… y mientras, en La Mancha, una banda de locos vuelven a jugar a las carreras. Como los niños pero con más canas, palabra que rima con ganas, por cierto.


Pues sí, a pesar de los cielos (y nunca mejor dicho), ¡por fin estrenamos nuestra “perla negra”!, esa Ducati 900ss que estamos comenzando a conocer y a mimar. Solo pretendemos divertirnos (claro, ¿qué otra cosa podemos pretender, melón?) y para ello tenemos que comenzar por el principio. Cuando miramos el calendario y las rodadas pensamos ¿qué mejor escenario que rodeado de los amigos valencianos (Paco, Alberto, etc) de MOCLAVA? Pues hacia allí que enfilamos muy temprano, con ganas aunque no todo fue tan sencillo. Vaya unas semanitas de glorioso infarto. Que si la batería está muerta, que si faltan tornillos, que si la aguja del cuentavueltas va loca… en fin, todo eso eran bobadas, fáciles de solucionar. Que si vueltecita por el polígono para probarla, a la antigua usanza, mientras me ven los Civiles y, poco después, nos localizan y me preguntan qué es “aquello”… Y el “gran” problema de esos primeros días… el colín es pequeño, ¿tan grande tenemos el culo? no, pero si nos comparamos con sus antiguos dueños... pues sí. No podemos movernos, vamos sentandos como aquellos viejos clics de Famobyl en sus caballos ¿os acordáis? Pues algo así. Bien para ir en linea recta pero chungo para moverte un poco en los virajes. Luego el tema logístico… que si el coche y la bola lo pone fulanito y nosotros el remolque… que si tenemos que revisarlo porque tiene una pinta dudosa, que si se confirma el coche y la bola pero tendremos, primero, que llevar su moto hasta la nave… todo entre semana, buscando huecos a lo largo del día y coordinando a tres o cuatro personas, ¡entretenido!


Todo eso mereció la pena. Escuchar el sonido atronador de la Ducati (¡Akras recortados!) dentro del box fue un subidón increíble de emociones. Fue como darte cuenta que es verdad, que no son ilusiones imaginadas las pajas mentales del último mes, que esas semanas de incertidumbre han sido fructíferas, que toda la movida ha valido para algo. Por supuesto, se suele mitificar y exagerar las sensaciones pero, esta vez, creo que estoy siendo bastante literal. Yo tenia una curiosidad infinita por ver cómo rodaríamos con la “perla” pero, aún así, cedí amablemente “mi” turno a Isma, para que la estrenara él en pista. Total, yo ya la había probado en el polígono de Valdemoro. Además, con su feeling de circuito sabia que nos podría transmitir un primer balance general del estado de la moto bastante concreto. Así que, tras muchas risas y su típico ritual para ponerse el mono (o la funda, según se mire, ja,ja) el figura salió al pit lane y la música celestial de la italiana arrasó todas las melodías japoneses habituales que intentaban reinar en el ambiente.

Era fácil detectarle, vuelta tras vuelta… ¡¡por ahí llega!! Pasaron los giros y los minutos bajo la ligera lluvia incesante y la “perla” y su piloto regresaron a boxes. “Se menea de delante”... vaya, algo tenía que pasar, era lógico, a saber cómo estaría el aceite de la horquilla, por ejemplo… y no teniamos tiempo para hacer muchos milagros. Los cielos pasaron del gris al negro y comenzo a llover un poco pero.. ¡no habia otros cielos opcionales! Dejamos de preocuparnos porque no conducia a ningun lado, solo habia que ser fino y comedido, total, ¡nos estábamos conociendo! Llego mi turno. Emocionado y espectante, como tantas veces. Sali bajo cuatro gotas que luego se multiplicaron (en Jerez, al mismo tiempo, en el GP de España, también llovia, y Rossi tiraba horas después a Stoner, ¡casi ná!) No vibraba tanto como imaginaba pero más que mis japos, claro. El sonido inundaba mi entorno. Fui tocando el freno un poco para ir "conociendolo", mientras me daba cuenta de lo agil que era la moto. Al primer aceleron serio comprendi que la tipica tracción Ducati, obviamente, ¡estaba alli debajo! Pasaron algunas vueltas tranquilas y luego comencé a apretar un poquito, prohibiéndome caerme. A final de recta varios latigazos consecutivos me obligaban a dar un golpe de gas en vacio obligado en cada vuelta mientras reducia marchas, esas cosillas que haces a veces por instinto pero que con según qué motos es obligatorio. Terminó la tanda y regresé feliz. Buenas sensaciones, el chasis es una tabla, los frenos una maravilla, moto casi de competi, con alma, pelín guerrera, justo lo que buscábamos desde hace ya muchos meses…¡espero!, bueno, de acuerdo, no corria mucho, pero como llovía, yo al menos no busque limites, rodábamos en dos minutos casi todas las vueltas, unos lentorros, sí. Vale, no es una Superbike moderna, tampoco nosotros somos muy modelllnos pero algo vamos a disfrutar. Piano, piano…

Al margen de la Ducati, y de esos pequeños grandes momentos, cuando montas los calentadores, revisas el aceite, poner nuestro famoso dorsal número siete (por Barry, por Checa), etc, etc, grande fue convivir un día entero en ese “hábitat” lleno de amigos, quemaillos, sonidos de otros tiempos y piques. Destacar la labor y el humor de Paco Motos, ese monstruo que igual corre en La Bañeza que prepara, sin descanso, año tras año, estas tandas para sus amigos. También señalar a mi padre, una vez más, con su cronometro Heuer colgado del cuello, el mismo que usaba en sus buenos tiempos de regularidad. ¡Qué haria sin mi "Team Manager"! A Santi y a Juanmi con ganas de quemar gomas (¡no pudo ser, sobró agua!), a Paquillo con su insuperable afición y tenacidad; a los expilotos de velocidad que pudimos ver, a los pilotos de las RDs y RGVs, a los guiris como Mick, el que corrió algún T.T., que se reía de nuestra preocupación por la lluvia… Aqui una foto con él y Paco, que buen ratillo, señores...


Sí, grandes momentos, que pena que duren tan poco, un día, una jornada. Sabíamos que el día anterior y el posterior a ese domingo iba a lucir un sol de p. m. y así fue, claro, nos miró quizá un tuerto pero no era suficiente para cancelar nada, claro.Y que bonito que la familia te acompañe, o parte de ella. ver a mi padre y a mi hija Laura disfrutar de cada minuto me daba unas "revoluciones" extras pintándome una sonrisa en la cara, ¡ojala lo repitamos muchas veces!


La verdad que no puedo contar mucho más sin repetir palabras. Nos faltaron horas y un poco más de sol. (También unos muelles de horquilla, ya puestos). Los tiempos fueron mejorando a medida que pasaron las tandas aunque, en mi caso, no me encontré en ninguna del todo cómodo por los vaivenes de la horquilla y los inesperados rebotes del amortiguador. Sí, ya estamos con excusas, ja, ja, ja, pero, eso sí, una vez en curva, disfruté como un enano, es una moto que gira fácil y rápido… claro, es Ducati, al menos las de este nivel giran bien, seguro que Rossi tiene más problemas con la Desmosedici pero, bueno, su ritmo creo que es un “pelín” más alegre. Me encantó el pique sano de la última tanda entre Santi, Juanmi e Isma. ¡Pena no haberlo grabado! ¿Dónde habitan los sueños? Siempre lo hemos dicho, en los corazones. 


De izquierda a derecha en la foto: Paco, Santi, Juanmi e Isma. Terminó la jornada y me toco traer a Madrid la Gixxer 750 de Juanmi ya que el carro se lo llevaba Isma con la Ducati y aquel tenia que conducir su coche. No problem, me abrigué un poco y salimos hacia Madrid. El problema fue que la ligera lluvia se incrementó y antes de llegar a Tarancón estaba un pelin calado. Luego, llegando a Madrid vi como apuraba demasiado la reserva de gasolina. De repente surgio la alarma mental, ¿y si no llegaba "vivo" a Moratalaz...? Muchas ganas de buscar gasolineras no teniamos, habia sido un día muy, muy largo... pero llegamos al garaje y por fin cada mochuelo se fue a su olivo.


Ya llegando a casa recordaba a varias amigas piloto que andaban lesionadas, ¡qué duro es correr! A nuestro nivel la cosa cambia, claro, aunque estamos ansiosos por seguir “leyendo” el nuevo capítulo de la novela que nos hemos inventado gracias a la “perla negra”. Un abrazo en especial para Julito, Santi y para Isma, mis tres compañeros de aventuras racings en los últimos tiempos. Grandes, un honor compartir tantas cosas con ellos. Casi cada día pensando un poquito en la próxima… por culpa de esa biela loca que sube y baja justo dónde habitan los sueños.

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...