Regresión positiva (toma 2)


Después de una primera jornada esencialmente urbana, tocaba probar la XJR en otro escenario más atractivo, concretamente en carreteras de curvas con asfalto decente. ¿Como se comportaría esta preciosa classic muscle-bike apurando sus prestaciones? pronto lo sabría... todavía me quedaban varias horas con ella y el cielo pintado de azul venia escoltado con una agradable ausencia de viento. Llegaba el momento más deseado. Por otra parte, no daba tiempo para meternos por comarcales de cabras ni de probarla por autopista, aunque esto último no me preocupaba mucho, imaginaba que su suave motor empujaría perfectamente kilómetros y kilómetros, eso sí, contando con las singularidades propias de motos sin carenado pero gran cilindrada. Antes nos cansaríamos nosotros que ella, seguro...

Por cierto, este modelo de Yamaha está englobado en la familia Sport Heritage (junto a la custom XV 950 Bolt, la SR400, etc) y algo que nos preguntamos cuando salió fue si presentaba muchas diferencias en comparación con el modelo anterior de XJR... El motor, que yo sepa, no ha variado. Seguramente la última modificación importante fue la del año 2007, cuando se incorporó la inyección, por lo demás solo podemos decir que es el "viejo" propulsor de aire, con una estructura clásica DOHC, con tanto par como imaginarás cuando recuerdas sus 1300cc para unos  comedidos 98 CVs declarados... pero vayamos al grano...

Salí en compañía de Pedro y su flamante ER6 camino a San Martin de la Vega. Alli echamos sopa en una de las que patrocinan a Marc y a Dani. El depósito de la XJR no es muy grande, no llega ni a quince litros. En el anterior modelo la capacidad era mayor y más lógica. De las pocas pegas que le pongo a la moto por el momento. Hasta esa mañana no habia reparado en su consumo, imaginaba que durante aquellas horas tendria buena constancia de ello..., me quedaba corto con ese pensamiento.

Dejamos atrás el pueblo y comenzamos a rodar por las curvas suaves y con visibilidad que nos llevan a Morata de Tajuña. Por fortuna, al ser viernes, apenas encontramos tráfico y tampoco los peligrosos pelotones de ciclistas habituales por allí durante los fines de semana. Por fin teníamos tierra a la vista para estrujar sin miramientos el poderoso pero suave motor de nuestra protagonista. Ni un titubeo ni un bache en su curva de potencia. Repetidas aceleraciones interesantes, algunas a punto de llegar a la zona roja mientras la sonrisa del día anterior crece bajo la visera. Las glorietas que me encuentro son perfectas para probar en serio los frenos, primero en linea recta, luego, apurando de verdad, con la moto tumbada unos cuantos grados. Para no llevar pinzas ni bomba radial solo puedes decir que la frenada es estupenda y es un dato muy importante porque esas inocentes pinzas tienen que parar muchos kilos. Pruebo el trasero y me llevo otra grata sorpresa, es potente y dosificable, nos puede salvar de algún apuro aparte de servir de timón cuando toque, otro acierto de esta moto. Dejamos esas primeras pruebas de "dragsters" y, mientras el terreno se hace por fin más abrupto, empezamos a evaluar su estabilidad y su agilidad...

Cuento con la ventaja de conocerme la carretera. Antes de llegar al desvío que nos llevará a Chinchón y sus curvas más lentas y complicadas, apretamos un poquito mientras noto lo bien calzada que va la "Gordita". Pin pan, pin pan... la agilidad es abrumadora, algo desconcertante, a pesar de las inercias a partir de cierta velocidad. Su estabilidad me deja con cara de tonto, ¡no se altera!, es cuestión de mirar y apuntar.., o no apuntar bien y rectificar, no problem..., sobre raíles. Curioso, con la novedosa y potente GSX1000S de Suzuki me quedé alucinado de muchas virtudes de ese bonito pepino pero no de su estabilidad...

Volvemos con la de los diapasones, sí, ágil y estable, divertida. No hablo de la diversión pura y dura de una deportiva de alto nivel pero sí de otra diversión más atemporal, más conocida, más "humana"... Sí, entre unas cosas y otras parece que esta moto es, realmente, una máquina muy manejable en carretera abierta también, mucho más de lo que aparenta en parado, por ejemplo, moviéndola en la acera. Seguimos medio emocionados mientras intento jugar con el cambio... ¿podré pasar esas curvas en tercera, incluso en cuarta? pues sí, un toque de gas y la moto responde desde abajo, sin dudas, sin vibraciones... insisto, en todo lo que os he contado hasta ahora, varias veces y no encuentro ni una pega... El par motor es tan generoso que si quieres, como se suele decir, te puedes olvidar del cambio. Llego al desvío que nos llevará a Chinchón y paro unos minutos mientras observo los bonitos relojes analógicos con clásica satisfacción interna. Percibo con dificultad el sonido casi inexistente de su motor refrigerado por aire (recuerdo de nuevo este "detalle" anacrónico). Sigo quejándome mentalmente de que el manillar es muy alto para mi gusto...



Insisto, al relentí apenas vibra, su escaso sonido casi me hace creer que se ha calado... ¡qué tonteria! Metes primera sin oír el típico "clonk" (tampoco lo hizo en frío), otro interesante detalle. Reanudamos la marcha sabiendo que ahora las curvas son mas cerradas, muchas ciegas, y con desnivel, una zona muy conocida para los moteros de Madrid, como ya dije antes. Como no hay tráfico te puedes concentrar en tus trazadas. Normalmente en segunda es suficiente para abordarlas con una más que notable precisión. Con mi Fireblade lo haría peor, sobre todo por la posición y por el manillar, pero con esta negrita, ¡como ayudan esas palancas...!.. cuando toca porque, insisto, mucha veces no hace falta hacer palanca, una mirada y un movimiento de cuerpo y la moto se endereza o se tumba casi dócilmente, obediente, ah, claro, que Yamaha siempre fue y es famosa por sus buenos chasis, ¿verdad? será eso...

Al final juegas con el cambio para "darte vidilla" y apurar un poco. Por cierto, un cambio bastante preciso, con el recorrido justo, ni de moto de carreras ni de moto-vacas... Los que conocéis estas curvas sabéis que algunas son realmente puñeteras, a la par que bellas en otros tramos, dónde siempre sobra el maldito guardarraíl y una lógica prudencia aconseja no apurar más de lo racional, acorde al nivel de cada uno... porque la moto siempre me demuestra que va un paso más, que aguantaría manos más expertas en este delicado circuito de colinas. La distancia al suelo es amplia, permite una tumbadas de alucine si te cuelgas un poco de los puños. Hacemos algunas fotos "dinámicas", Pedro se esfuerza pero mi cámara es una "patata" y por mucho que repito la misma curva o salen movidas, o lejanas o algo desenfocadas, vamos, que no nos coronamos hoy como fotógrafos, una pena, nos hacia ilusión... os tendréis que fiar de mis inocentes palabras me temo.

Llegamos agradecidos hasta la primera glorieta del famoso pueblo madrileño. Sin duda, hay una primera verdad global que resume bien este modelo: es una moto noble, manejable y divertida, ¡quién me lo iba a decir la primera vez que vi una foto suya!... y escuchando los comentarios de propietarios del antiguo modelo creo que Yamaha lo ha conseguido: la ha mejorado.


Hoy en la plaza del pueblo no hay burritos dando paseos a jóvenes jinetes, tampoco vemos muchos turistas, solo furgoneta de reparto, algunos lugareños, los lógicos hosteleros y dos tipos con cascos, esos que han aparcado dos motos con personalidad a escasos metros, y de color negro malote... Tomamos unos refrescos sin apenas acompañamiento mientras repasamos situaciones y arreglamos un poco el mundo. Las motos están legalmente aparcadas en unas plazas de parking que han habilitado hace pocos meses, cerca del centro, para las motos. Cualquiera de allí, o de fuera, sabe que muchas pasan por el pueblo los fines de semana, tanto por lo que ofrece la localidad como por las carreteras que rodean su ubicación. Cuando nos ponemos el casco volvemos por otro camino, por Titulcia, otra vez curvas más suaves y tramos de media y alta velocidad. Rodamos en tercera y cuarta casi todo el rato.. cuando meto quinta en las zonas rápidas apuro de verdad y, de nuevo, el motor obedece sin titubear hasta la zona "comunista" del tacómetro. Quizá si sonara más daría mayor sensación de velocidad pero no es así... vigilo también el velocímetro y solo me preocupa una cosa: que no me cace ningún aparato del mal (por lo demás me lo estoy pasando pipa). Meto algunas reducciones serias pero la rueda trasero apenas se inmuta. Cierto que esta moto cuenta con cierto freno motor, lo cual ayuda lógicamente a parar su tonelaje, pero lo que me maravilla es que sigue siendo una conducción suave y fluida, que me recuerda a nakeds de menor cilindrada de hace diez o doce años, por ejemplo, una referencia que recuerdo bien...Y la palabra "divertirse" entra en acción en mi corazón con esta moto, ante todo y sobre todo, porque con mi actual Fireblade, con casi 120000 kms, pocas veces puedo estirar en carretera abierta sus marchas largas hasta zona roja, con la XJR sí se puede, es una moto más "humana" y amigable que cualquier deportiva seria, claro, más comedida, más "procesable", y a mi eso también me sube la adrenalina, ¡se nota con más cercanía y salud los molinillos bajo tu culo!

Seguimos probando los frenos, el delantero con dos dedos es suficiente, el de atrás frena tanto que a veces parece que va a clavar. Este modelo no incluye opción con ABS. Me parece correcto. Para motos modernas con inventos modernos ya tenemos muchas en cualquier catálogo, seamos "atrevidos" y aventurémosnos sin ABS. He endurecido un punto la horquilla y se agradece, de atrás no puedo más que elogiar los dos amortiguadores a gas, ni un bamboleo, aunque me quedo con las ganas de "toquetear".. el caso que están en ese punto intermedio entre confort y deportividad.

Llegamos a meta con otra sonrisa... aunque se tuerce unos segundos cuando veo que estoy ¡¡en reserva!!, vale que hemos apurado el motor pero muchos kilómetros no se puede decir que hayamos recorrido.. pues sí, amigos, entre que el depósito es pequeño y que es un motor "antiguo", doy fe que si lo llevas con alegría casi ves bajar la aguja del nivel (simbólicamente) en marcha cada minuto, bueno, ves bajar los cuadraditos digitales en todo caso... Acudimos a otra estación de servicio mientra me pregunto por tercera vez en dos días porqué no metieron más capacidad a esta bonita "cantimplora"...

Moto para lucir y posar, sin duda, en parado también nos habla... atrae miradas, fotos en blanco y negro quedan de maravilla por cierto, casi las pide a gritos. Sí, claro que esta moto no está sola en el mercado, tiene algunas competidoras directas, muchos tendréis en mente cierto modelo de Triumph que es preciosa y, seguro, divertida. Hay otras, claro, también la Honda CB1100 EX, que pesa 20 kilos más y lleva bonitas llantas de radios, entre otros datos, pero qué quieres que te diga, intentando ser objetivo a pesar de que es complicado, me atrevo a decir que la Honda no es tan divertida, me apuesto los dedos del freno delantero si me tientas...

Otro asunto. En mi opinión este tipo de motos modernas retro quedan mejor, quedan homogéneas con pinzas de frenos convencionales, con horquillas convencionales, y ya puestos, con depósitos en forma de lágrima... Cuando veo la preciosa Triumph me aturde ver esas pinzas radiales, esa horquilla invertida... me parece una "interferencia", una mezcla demasiado descarada entre lo clásico y lo moderno, hasta me parece que la resta personalidad y se queda en tierra de nadie... pero, de nuevo, sobre gustos... Lo que sí es un hecho, es que estas motos también frenan bien con un sistema de frenos eficaz pero clásico y con una horquilla convencional de calidad... no son ni están concebidas para hacer carreras.. en teoría, claro... dudo que la mayoría de futuros de usuarios se queden por encima de las prestaciones de estas motos tan bien estudiadas. Y hablando de la XJR me gusta todavía más la versión Cafe Racer, aunque sus semi manillares sean criticados por algunos.. pero yo vengo de una R pura y lo poco que he probado esa versión (en parado, ¡cachis!) no me ha parecido tan radical... Esa versión especial tiene todavía más personalidad pero es más cara. Incluye una controvertida cúpula, otro escape más rabioso (o al menos, sonoro, ¡un Akra!), el colín y los mencionados semi manillares, para mi, casi la moto perfecta para uso polivalente.



Y concluyo con aquel avancé que publiqué.. ¿Hay motos modernas para los que pasamos de los 40? (con todo lo que esa barrera supone...) Seguro que muchos modelos así lo parecen, así son o así lo intentan... pero a veces las apariencias engañan... y aunque lleguen a ese público no excluyen a otro más "quemao". Sí, la pasión no sabe de edades... ni de kilos ja,ja... ¿Cómo puede ser tan divertida una moto con ese peso, con ese chasis clásico doble cuna, con dos amortiguadores, sin horquilla invertida, sin frenos radiales (ni ABS) y gastando más gasolina que un Cadillac? quizá porque, sencillamente, es una moto muy bien parida, Yamaha style! Sí, me ha gustado la "gordita tebana", más de lo esperado, pero no creo que me la regale los japos por publicar este post, ja,ja... dudad de todo y no me hagáis mucho caso, si la probáis cada uno al final tendrá su propio análisis redactado por su cabeza y, sobre todo, por su corazón. Todavía quedan motos con alma en venta...

Regresión positiva (toma 1)


Hace pocas semanas tuve ocasión de ver en el taller, a muy corta distancia, la nueva ZX10R, una moto llena de tecnología, pasión y una pinta de carreras que asusta.. pero que lleva matrícula, faros e intermitentes. Su tren delantero según me confirmaron cuesta más que el PIB de algún pequeño país asiático.. o casi. Me encantó. ¿Existe alguna Kawa fea en el mundo? En marcha debe ser la bomba, pensé... sacarla partido de verdad, eso ya... al alcance de unos pocos talentosos. Aún así, no pude evitar pensar qué haría yo con ella si fuera mía... ¿me atrevería a rutear o solo saldría de curvas con ella... o, puestos a tener más de una moto en casa, reservarla exclusivamente para tandear en circuito? ¿Con una moto tan bonita de carreras se puede ir a por el pan o al cine con tu chica detrás?, ¿asumiría los baches de las penosas carreteras nacionales con valentía? ¿podría luego pagar su mantenimiento? Por fortuna, aunque vendiera ambos riñones, no podré conseguir semejante pepinaco por lo que todas aquellas preguntas "vitales" no progresaron... ni progresarán. No importa pero es un curioso ejercicio de supuestos.

De nuevo en el mundo real seguimos con nuestros "hierros" pero, mira tú por dónde, Tomás de Moriwoki.com me preguntó un día si me apetecería volver a probar una impoluta XJR 1300 que le cede Yamaha. Aunque tenia la agenda muy "petada" hice un "esfuerzo" y quedé con él y la joya de los diapasones. En total, pasé con la japo dos días, sí, unas 48 horas de feliz convivencia. Por desgracia, no todas esas horas estuve encima de ella.. pero casi.. aquí una pequeña crónica...

Ley de vida, muchas cosas se vuelven hermosas cuando las miras con calma. Con esta XJR todavía es más fácil. Ya hace un año, durante aquella breve rutilla por la sierra, me pareció una moto fantástica, muy noble y con una personalidad aplastante. En marcha me sorprendió el comportamiento de su parte ciclo pero tampoco pude emocionarme mucho más, cuando empezaba tuve que devolverla.

Esta vez todo fue distinto. Se trata de una unidad negra de la XJR con apenas dos mil y pico kilómetros. La versión Cafe Racer me tiene loco, pero esta no se queda muy lejos de esa vibración. Casi huele a nueva todavía... Siempre impresionan las dimensiones y el motorako de estos "viejos" pepinos tetracilindricos enmarcados en un clásico chasis doble cuna, con ese manillar ancho y alto como cuernos tejanos, con esos detalles exquisitos tan propios de Yamaha, y el largo escape oscuro...

En esos momentos, por ejemplo, puedes preguntarte con sinceridad... ¿hay motos pensadas para los gustos de los moteros que han pasado la barrera de los 40 años y quieren dejar atrás sus Rs.. pero sin meterse en el masificado pero atrayente mundo de las trails...? Bueno, es una buena pregunta... También hay scramblers, nakeds comedidas, cafe racers, roadsters, etc, pero casi todos los que dejan atrás una deportiva terminan, por lo que veo, con una trail asfáltica famosa... Llegado el momento, en mi caso, buscaríamos seguramente otra cosa...

El sol alumbraba a intervalos grises cuando arranqué la japonesa para que se calentara mientras me ponía, con calma, el casco y luego los guantes. Voy de negro sin pretenderlo, pero veo que es lo que, estéticamente, toca hoy, bonita coincidencia. El sonido que sale de su escape cuatro en uno no es muy glorioso, y en decibelios creo que batimos record.. pero por abajo. Para los que no conocéis este modelo de la marca de Iwata comentaros que se trata de la nueva versión de la XJR 1300, ahora con regulación en su horquilla convencional, con dos preciosos y efectivos Ohlins traseros dorados, con un motor revisado, nueva decoración y carrocería (incluyendo unas vistosas y originales placas porta números a los lados) y muchos detalles que la diferencia del exitoso, pero más clásico, modelo anterior.

Me siento en ella y me noto cómodo. Las estriberas por fortuna no están muy adelantadas pero cuando voy a posar mis manos tengo que levantar los brazos un poco más de lo que, mentalmente, esperaba y me gusta. Los relojes me encantan, dos esferas plateadas (¡seria un pecado en una moto así plantar una pantallita digital de esas de la Play!) cuyas agujas prometen emociones nobles, interesantes pero comedidas... ah, inocente de mi... en el medio un pequeño display que informa de varias cosas, principalmente el nivel de gasolina, algo que luego agradeceré... Miro por los espejos retrovisores y veo que por mucho que los "adapte" a mi altura no son demasiado útiles. Las manetas están bien y meto primero. Salgo con una sonrisa pintada en la cara recordando que calzo buenos Dunlop. Dejó atrás (temporamente) a mi querida Infinita mientras empiezo a recorrer metros con la "Gordita" (el alias surgió espontáneo mientras descubría en parado sus dimensiones bajo el depósito).

Esa tarde toca tramo urbano y aunque al principio confieso que voy algo estático y prudente, por Madrid descubro uno de los primeros secretos que no conocía de esta moto (claro, ¡es la primera vez que callejeo con ella!), resulta que ahí donde la ves... a pesar de sus 240 kilos, de pesada o torpe, ¡nada!, y me podéis creer, a mi no me paga Yamaha ni ninguna revista por alabar ninguna moto... ¡vale, soy alto!, nunca he tenido problemas para maniobrar remando entre coches o esquivando atascos frente al semáforo pero no me refiero solo a eso, me refiero a moverme ágil entre filas de coches en marcha, esquivar camiones que frenan dónde quieren, codos de noventa grados o menos, baches inesperados, ya sabéis... incluyendo aceras con bolardos para aparcar... increíble su ángulo de giro, agradable sorpresa. En marcha, circulando, pensaba que tendría que hacer palanca con el generoso manillar pero no hace falta, con las rodillas y el cuerpo es suficiente, la XJR obedece de una manera impecable... pero si es muy ágil quizá luego adolezca de ser muy estable... todavía no lo sé... Vuelvo a casa y el único tramo rápido no presenta curvas dignas de mención...


Llega el jueves y después de trabajar tengo otra cita.. vamos a acudir al famoso bar Motor B en la calle Santa Engracia. ¡Oh, sorpresa!, lo cierran... nos cuesta de creer... sin duda no es una buena noticia, ¡cuantas veladas agradables hemos pasado allí entre amigos y motos! Bajo al garaje y arranco de nuevo la Gordita. Sus esferas se iluminan con premura, como su faro redondo. Digamos que ahora tendré la experiencia de callejear con pocos coches. La sensación de agilidad "alegre" aumenta, la sonrisa de mi cara empieza a exagerarse. ¿Y el motor? pues como era más predecible, no le falta nada, ni potencia ni par. Tiene cinco marchas, tampoco necesita más... aunque no pasaría nada de contar con otra (quizá como "super-directa" para viajes largos y "chupar" menos). Acelera alegre, empujando sin titubeos ni baches, gracias a su grandes cilindros, todos esos kilos que ya comentaba antes. El motor es divertido, por supuesto no es tan nervioso (ni lo pretende) ni tan racing como el de su hermano moderna MT-09, la rabiosa tricilindrica que probamos hace tiempo  (por poner un ejemplo de la marca) pero es que la XJR va de otro palo... aún así, la nueva sorpresa es que esta moto presenta un motor lleno y divertido,  no rabioso pero sí divertido. Y estamos hablando de un motor... ¡refrigerado por aire!, que alguno no se lo cree, y con muy pocas vibraciones. Si pensabas que es una moto para "abuelos" ojo con ese dato que  comento; hay que estar atentos, la moto se embala a la menor insinuación, sube de vueltas con bastante alegría. Claro, no es un pepino de 160 CVs, no es mi Fireblade tampoco, obviamente, pero no es una moto torpe ni vaga ni pachorra, tiene buenos genes... Las agujas suben obedientes y las avenidas más o menos despejadas del centro de Madrid son suficientemente amplias para comprobarlo. Llego al Motor B en un momento. Con pocas ganas de bajarme de ella lo hago y cambiamos de tercio... Por cierto, otra sorpresa que avance párrafos atrás: el ángulo de giro de la dirección es abrumador, muy útil para momentos de estrecheces...


El día de San Patricio (o mejor dicho, la noche) será otra jornada memorable entre nuestra panda de "Los Cariñosos", por varios motivos que no vienen al caso... En la calle, antes de que nos echen, hacemos las fotos de rigor. Pido a mi amiga Nei que se haga algunas conmigo y nos despedimos toda la cuadrilla pensando dónde volveremos a encontrarnos...

Ya es viernes, las calles ahora sí que están despejadas y me ofrecen la oportunidad de apretar un poco más mientras vuelvo a casa. Con la compañía de Chema y su preciosa R1 abordamos algunas calles de Madrid dirección a la Ciudad Universitaria para enlazar luego con la M-30 y terminar conquistando la carretera de Toledo. Evitando peligros gratuitos, radares conocidos y sin hacer el tonto jugamos entre semáforos chequeando que el puño del gas es muy obediente. Quizá tenga un pelín de exceso de recorrido para mi gusto pero no pasa nada, ¡algún amigo me diría que me hubiera engrasado mejor la muñeca! Los frenos son suficientes, al menos hasta ahora y el trasero se agradece teniendo en cuenta el peso de la moto. Suspensiones... los suecos traseros van de fábula, la horquilla casi tan bien aunque seria mejor endurecerla un punto (es ajustable, a diferencia de la del modelo anterior). Da igual, no puedo evitarlo, casi en cada semáforo hago balance de lo ágil que es esta moto, parece que pesa cincuenta kilos menos. Además, empiezo a creer que su estabilidad también es prodigiosa... Cómico, yo tenia pensado concluir que le sobraban cuarenta kilos y le faltaban cuarenta CVs... quizá al día siguiente lo diga pero por el momento me cuesta mucho ponerla pegas. A la mañana siguiente digo porque, por fin, saldré con ella de curvas... por la bonita zona de la Vega, al sur de la Comunidad de Madrid.

To Be Continued...

Emoticón wink

Cada oveja con su pareja...


Desde antes de Navidad, por un motivo u otro, ha vuelto a surgir un pequeño debate entorno a las concentraciones, sobre las de ahora y sobre las de antes. Tenemos algunos amigos muy ruteros y, por fortuna, hay de todo: jóvenes, veteranos, normales, anormales, frecuentes, esporádicos..., hasta desaparecidos, por tanto, no es raro que aparezca el tema cuando, a la vista, se distinguen algunas invernales en el calendario. Y, como cualquiera, tenemos nuestra propia opinión aunque muchas veces se agrupan en "corrientes". No es un secreto que algunos echamos de menos ciertos sabores de antaño, más de una vez lo hemos comentado aquí mismo, sin olvidar que el presente es lo único real y a lo que más debemos prestar atención. Todo lo demás o se fue y no existe salvo en nuestra memoria, o todavía está por configurar... Pero si te preguntan o sale el tema... activamos el interruptor de la nostalgia comedida mezclado (no agitado) con una postura racional, basada en nuestras preferencias y en lo que vemos actualmente a nuestro alrededor...
 
Asi que en Diciembre nos tocó hablar de Arguis, la decana de nuestras reuniones, aquella que siempre se celebra (al margen del organizador, que a veces cambia) un fin de semana antes de Nochebuena. Esta vez no pudimos acudir a esta fiesta de "aberronchos" (dicho con cariño, ¡que yo soy uno más!) pero nos quedamos, como siempre, con las ganas. Algunos amigos ruteros sí acudieron y dejaron testimonio que alli, por fortuna, las cosas cambian poco. O dicho de otro modo: no hay lujos, ni niñ@s guap@s, ni quemarruedas, ni cortes de encendido, ni conciertos, ni postureo mediático, ni masificaciones incómodas, ni colas interminables para tomar un pincho... una vez más, la "selección natural" (como decía mi padre en un viejo articulo) se pone de manifiesto en los meses de invierno y aunque el "amariconamiento global" (como diría El Mudo) está haciendo que cada vez suframos temperaturas más templadas en los meses supuestamente fríos, a pesar de ello, de octubre a abril las carreteras se vacian notablemente y es más fácil evitar a esos elementos indeseados que en ocasiones empañan el buen clima humano de gente sana con sus salidas de tono, acelerones hasta el corte, ruedas quemadas (sin haber ganado ninguna carrera) y obsesión por el alcohol, esa subespecie mental de "espantaviejas" que tantos disgustos nos dan al mostrar algunas malas praxis por las que, al final, nos juzgan a todos.

Pocas semanas después de Arguis llegan dos de nuestras invernales favoritas (las que forman mi "trilogia" personal): Estrella de Javalambre y Riberas de Voltoya. De la primera hemos hablado muchas veces, durante años hemos vivido grandes momentos alli. La Estrella conserva intacto su esencia y aumenta, año tras año, su poder de convocatoria porque, casi sin querer, su fama la precede y atrae a un colectivo reposado que aprecia este tipo de reuniones "a la vieja usanza" y más con el atractivo de conseguir la medalla de recuerdo solo después de subir el domingo a por ella por la pista que conduce a Javalambre.

Aparte de los veteranos y los habituales, cada año me doy cuenta que también incluye entre sus inscritos algunos moteros más jovenes un poco hartos de los belenes modernos (no porque yo lo diga, sino porque te lo comentan). Sin duda es de los mejores lugares para volver a encontrarnos a esos grandes amigos que vemos al año pocas veces, o sea, los Tortugas de Barna y los Moclava de Valencia y Utiel, o dicho, de otro modo, de disfrutar de la compañía de Paco MotosGregg, Tomás, Alberto, Toni y los que se presenten con ellos...  ¿Y qué programa ofrece la organización de la Estrella? pues el suficiente para no aburrir ni para convertirse en un circo. Modesto, sin shows, sin grandes aspavientos pero lleno de moteros de primera, mires por dónde mires. Encima, desde hace algunos años los sábados por la tarde presentan a un artista invitado, un rutero o grupo de aventureros, y nos cuentan su experiencia. Este año vinieron los ruteros que han recorrido medio mundo en sus Montesa Impala, famosos sobre todo por su viaje en Impala2 hasta Japón (entre ellos el viejo campeón de España, Edu Cots). ¡Una reunión de motoristas hablando de motos y viajes! Pardiez, a veces se echa de menos algo tan básico...¿me explico?, ¡pues en la Estrella lo encuentras! Y no, no me llevo comisión por alabarles...


Con Riberas de Voltoya, de nuestros queridos amigos del M.C. El Foro, pasa algo parecido: es otro reducto irreductible (al estilo de la famosa aldea gala) donde puedes saborear, respirar y beber efluvios de otras décadas, donde puedes dejar las llaves de la moto puestas sin miedo a que te la roben, o el casco sobre el asiento sin miedo a perderlo... Detalles así son parte de lo que diferencia una reunión donde los motoristas son los protagonistas o una reunión donde los shows están por encima de los reunidos. Siempre es de agradecer a estos madrileños, en especial a Rosa y Luis, su dedicación y buen hacer, nos hacen sentir como en casa... su fogata nocturna es ahora mismo mi fogata motera favorita (¡quedan tan pocas...!)... ¿Y qué mejor reunión de moteros sin brillantina que esta para reunir a muchos amigos de los buenos y dar un pequeño homenaje a mi padre ese domingo? pues alli fueron desde Madrid varios colegas entrañables solo por ese motivo. Tengo que agradecer una vez más su presencia a Yoli, a Antuan, a Juanki, a mi brother Carmelito, a super Nei (nuestra reina del Norte cada día más madrileña), a Racing Rose y Alvarito por su calidez, al Hondita, a Miguel Angel Fernández, a los Tortugas... fue estupendo pasar esas horas con todos ellos y emocionar al "abu" que no se esperaba aquel detalle.

Tomás, de Super7moto.com, me pidió hace semanas hablar sobre la invernal de Voltoya en su programa de radio y fue imposible no mencionar brevemente también la reunión de Arguis y la pasada edición de la Estrella. Estoy de acuerdo que la palabra "auténtico" (y quizá también el término "esencia") se usa demasiado a la ligera en estos días, perdiendo por ello su verdadero valor de distinción, pero en estos tres casos sin duda es de justicia aplicarlo. Pero para comprender el presente hay que echar un vistazo al pasado, rememorar el principio, el origen, aunque sea brevemente...

En nuestra piel de toro, allá por los años 70, al margen de los eventos que organizaba la federación, se comenzaron a celebraron las primeras concentraciones de motos organizadas por pequeños moto clubs y amigos, mirando de soslayo lo que se cocía en el país vecino más intenso en esas lides: Francia. Por supuesto, se celebraban en muchos otros sitios pero los "motards" nos pillaban cerca y eran unos especímenes atronadores en todos los sentidos. En ocasiones se hermandaron rapidamente con los de aquí, entre ellos mi padre (con camisa a cuadros en la foto de abajo) y otros veteranos ilustres como Rafa Lombard (también en la foto, con casco puesto). Quién vivió aquellas reuniones de Andorra (a mediados de los 70) por ejemplo da fe que, a los españolitos de aquella época de monocilindricas nacionales y sufridores de carreteras & mecánicas precarias, descubrir a aquellos gabachos con sus japos tetracilindricas  y su sentido de la libertad, impresionaba mucho y calaba hondo... no era para menos. Ya sabemos todos que, por entonces (no sé si ahora también), Los Pirineos marcaban la frontera entre Europa y nuestro país...


¿Para que se inventaron las reuniones de motoristas? Basicamente para que amigos que pocas veces podian verse pudieran reunirse alguna vez al año, para que desconocidos motoristas pudieran conocerse y ampliar fronteras, para disfrutar y padecer los viajes (aquellos viajes que por cortos que fueran a veces podian ser toda una pequeña odisea por los medios de la época), para charlar al fuego de una hoguera de motos y de viajes, de carreras y de personas, para divertirse también por supuesto, y para mantener, entre todos, aquella famosa camaraderia y hermandad que siempre unió y distinguió a nuestra "tribu". No se buscaban hoteles de cinco estrellas, ni se pensaba a qué artista famoso contratar para tener más eco en los medios... y más taquilla. La logística era mínima y nadie la echaba de menos. Los organizadores se desvivían por montar un fin de semana inolvidable, año tras año,  pero no pensaban en enormes montantes económicos, ni en intereses partidistas, ni en aparecer en cientos de fotos, ni en atesorar fama...No, nada de eso, todo era muy básico. Un fuego, unos caldos y una cena espartana, muchas risas, alguna avería que solucionar entre todos y un clima, muchas veces, aspero que aseguraba por fortuna que el que llegaba hasta allí era un rider de verdad. Y también, aunque suene tierno, otra cosa: el amor a la moto, a la tuya y a las demás. No se concebían las burradas que ahora vemos en cada evento, como si nuestras damas no tuvieran alma o no costaran una pasta... Pensemos pues cuantas reuniones actuales cumplen ahora estos "requisitos". Te gusten o no, si eres objetivo, sumarás muy pocas. Muchas lo dicen pero pocas cumplen lo de "una reunión como las de antes".

Todo cambió cuando el dinero hizo acto de presencia y empezó a ser una de las prioridades. Cuando aquellas reuniones de amigos se convirtieron en reclamos para hacer negocio. Y dónde manda el dinero se pudre la famosa esencia... en cualquier aspecto de la vida. Por supuesto, casi nadie reconoce que las cosas funcionen así pero, por desgracia, algunos lo vivimos de cerca y aunque siempre hay gente buena en todas partes, la "tendencia" se inclinó hacia la vertiente comercial del asunto, hacia lo que algunos llamamos el show-business, aderezado encima por los macrobotellones llenos de desconocidos, "campeones" del acelerón en parado, donde a veces tropiezas en cada esquina como si estuvieras en un atestado centro comercial un sábado por la tarde... por no hablar de las hordas de borrachos y payasos que parece que solo tienen una idea entre ceja y ceja, ponerse ciegos hasta las trancas de cubatas de garrafón y pasarse ocho pueblos aprovechando la cobertura del anonimato que ofrecen estas ocasiones... No nos extrañe que, tantas veces, desde fuera tengamos mala prensa. Aunque solo haya "cuatro" macarras en ocasiones, "cuatro" asi hacen más ruido que "cuatrocientos" sensatos. Y los medios  se cebaran en la parte gamberra del evento en cuestión, como en aquel famoso reportaje de Canal+, hace muchos años, sobre una de las ediciones de Pingüinos (quizá alguno lo recuerde) y esa parte, esa "foto" será la que recuerde la gente, perjudicándonos a todos al final...


Ni mis amigos ni yo pretendemos adoctrinar a nadie. No se trata de ser purista sino de intentar conservar las buenas costumbres que todavía agradan a una inmensa mayoria de moteros, veteranos y jóvenes, que ambicionan la calidez de las cosas pequeñas bien hechas, que disfrutan y entienden que no necesitan nada más que buena compañía... en suma, intentar que algo tan hermoso no sea destruido por las modernas luces de neón que convierten algunas "concentraciones" en discotecas rurales. Que cada uno vaya donde le de la gana, por supuesto, pero por favor que nadie, a estas alturas, nos intente convencer de que las actuales y famosas reuniones de miles y miles de inscritos conservan la "esencia", que son "auténticas", "genuinas" y encima "humanas". Asi que, por qué no, cada oveja con su pareja... total, aqui paz y después gloria. Salud y gasolina.

* * * *

P.D.: En la Estrella, cenando con toda la banda, pudimos cantarle el cumpleaños feliz (orquestado por Racing Rose) a Luis "El Mudo", ¡aunque parezca mentira cumple años como todos los mortales! Desde aqui volvemos a felicitarle cariñosamente, que para algo es nuestro niño-rutero favorito :-)



GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...