Mayo, el mes de las flores...y algunas rutas.


Mi mes favorito suele traer buen clima en general aunque siempre regala algún día de calor o arrebatos inesperados como alguna tormenta no invitada a la fiesta. Con tanto hambre de kilómetros había docenas de ideas en la cabeza pero, como casi siempre desde hace unos años, el filtro a aplicar reduce mucho las opciones realmente viables. Esta vez contábamos con un fin de semana y el inicial viaje de retorno a la zona de Cazorla se transformó, días antes, en otro distinto, no muy lejos de la zona mencionada, más al norte, para disfrutar de otro reducto rural y serrano espectacular: la Sierra de Segura.

Quería comenzar por Riópar, cerca del pintoresco pueblo de mi madre, Bienservida, una vez atravesada la llanura de La Mancha, claro, porque había que llegar primero a la zona elegida. Habíamos visitado alguna vez el nacimiento del río Mundo y sabia que toda esa comarca en moto tenía que ser divertida, por curvas y paisajes. De los previstos al final, como casi siempre, nos quedamos solo Julito y yo para hacer este pequeño "tour".

Salimos el viernes después de comer, parando en Manzanares para saludar a unos amigos del Facebook que todavía no conocíamos en persona, Mariàn y Oscar, que, con su VStrom, nos esperaban en la entrada del pueblo. Gente maja que encima nos llevó al viejo castillo de Pilas Bonas, una fortaleza del siglo XIII rehabilitado ahora en un magnífico hotel, enclavado dentro del pueblo. En total, casi un par de horas de disfrute, ¡habrá que volver con menos prisas! 


Después de echar gasolina en Villanueva de los Infantes (¡mi depósito es ridículo!), por fin dejamos los llanos y empezamos a ver ondulaciones en el terreno, mientras comenzaba a declinar el astro rey. Llegamos al límite de Andalucía, cruzando un pequeño río (Guadalmena, creo) por una zona ya interesante de curvas y escaso tráfico. Llegamos a la general, la N-322, la que incluye los desvíos hacia Bienservida, dirección Villapalacios y Reolid. Pronto anochecería y se notaba que había bajado la temperatura. Con mi chupa de verano se percibe fácilmente. Y llegó una agradable sorpresa. Saliendo de Reolid encaramos unos últimos kilómetros de ruta fabulosa. Resulta que nos internamos en una zona boscosa llena de curvas y agrestes paisajes, era un puerto, el de Las Crucetas, en la CM-412, ¡menudo descubrimiento! Solo algún inoportuno coche nos arruinó un tramo perfecto. Curiosidad: posiblemente estábamos en al Sierra de Alcaraz... pero el letrero que vi ponía Sierra de Segura. Para gustos...

Nos alojamos y cenamos en el hostal rural que había reservado días antes. Nos trataron de maravilla, hasta modificando a nuestro favor, la reserva que teníamos (en teoría era para tres personas) para luego dar un rulo por el pueblo y tomarla en un bar con marcha que encontramos. Yo tenía ganas de que amaneciera para seguir ruteando por esa zona hermosa y sinuosa que se antojaba.

El sábado llegó soleado y pacífico. Después del obligado desayuno racing, dimos un breve paseo por las afueras del pueblo y luego ya nos despedimos de él haciendo una breve parada en Riópar Viejo, una especie de pedanía antigua llena de casas de piedra, atalaya que había vislumbrado la noche anterior cuando llegamos a la zona. Subimos por una carretera estrecha en buen estado y disfrutamos de muchas vistas estupendas. 


Luego volvimos a bajar y nos dirigimos al nacimiento del río Mundo y... ¡¡menuda ambientazo de motos había por la zona!! Increíble, me parecía estar casi en la Cruz Verde un domingo. Deportivas, nakeds, trails... pilotos con monos de cuero de colores, algún acelerón sonoro y algún jaco, vamos, muy entretenida toda esa área para público y participantes... Echamos caldo en una gasolinera y a ocho kilómetros paramos cerca del parking del nacimiento, donde comienzan algunas sendas para visitar tan magnífico lugar. Como íbamos vestidos "de romanos" no nos golpeó en el pecho las ganas de ponernos a andar. Además, por lo visto, eran casi ocho kilómetros en total. Estuvimos un ratillo sentados en una mesa de madera respirando un poco de aire puro mientras familias y parejas, con sus mochilas, cruzaban por allí dispuestos a caminar y hacer ese tipo de cosas sanas que tanto recomiendo yo mismo al personal...


Cuando arrancamos coincidimos con dos GS en ruta. Una de las modernas y otra más talludita que lideraba el improvisado grupito. La abuela y su piloto iban de lujo, el de la GS moderna iba algo colado y me retiré unos metros para no atosigarle. En dos curvas limó arcenes de mala manera y casi freno para evitar posibles consecuencias. Luego paramos nosotros para hacer fotos (y alguno para fumar) en un tramo solitario en mitad de la nada donde solo se veía naturaleza bajo un sol comedido. Queríamos visitar el pueblo de Ayna, en la zona llamada "la suiza manchega", dentro de la provincia de Albacete. La excusa era ver la famosa Vespa en el mirador, homenaje a la antigua peli "Amanece que no es poco". Aquella Vespa salió varias veces en la película surrealista de José Luis Cuerda. Antes de llegar al mirador pudimos disfrutar de unos tramos estupendos y una orografía alucinante, pequeñas montañas altas y parajes solitarios, pequeños desfiladeros incluso con apenas tráfico y agrestes curvas que no invitaban a salirse del trazado...


El calor ya apretaba. Había motos y gente en el mirador pero tampoco demasiados. Hablamos con una pareja madurita que acababan de parar con su flamante R 1200 RS. Los confinamientos habían provocado que no se hubieran visto durante meses pues vivían en Murcia y Alicante, respectivamente...y nada mejor que coger la moto y disfrutar de la libertad de viajar a dúo con ella, claro.  

Mirando hacia arriba se veía que la carretera se elevaba unos metros hacia algún destino desconocido para mi. Nunca habíamos pasado por toda esa zona. Decidimos subir por allí y seguir hacia algún lugar que no fuera plano, quizá hacia Alcaraz donde, seguramente, pararíamos a comer... y a repostar la burra (la mía sobre todo, claro). Y todo eso fue, exactamente, lo que hicimos. Yo pensando que tendría que haber alguna gasolinera en ese famoso pueblo, claro. Y sí, había, después de un tramito interesante que disfrutamos sin coches. Estaba siendo un sábado racing y ameno, ¡menos mal!


Después de comer decidimos que pasaríamos la noche en algún sitio chulo. Nos acordamos de las lagunas de Ruidera y busqué con el móvil algún hostal. Había pasado dos veces por ese pueblo en mi vida pero jamás había visto las famosas lagunas. Salimos sin prisas por otro tramo tranquilo desviándonos cerca de un pueblo solitario para meternos en una especie de bosque sin humanos donde volvimos a parar para fumar, mirar y esas cosas... 

Luego arrancamos y llegamos enseguida al turístico pueblo. Nos cambiamos de ropa para dar un buen paseo (yo tuve que comprar unas chanclas porque no llevaba otro calzado en mi macuto). La verdad que no sabia que estuvieran localizadas las lagunas tan cerca del pueblo. Muy bonitas y grandes. Por desgracia, me dio una pequeño ataque de alergia o algo así porque me tire más de media hora estornudando mientras miraba el paisaje bucólico y el agua tranquila que los rayos del sol alumbraban con gracia...mientras yo buscaba más clínex o pañuelos. Luego para ahogar las "penas" nos tomamos unos buenos helados. Por lo visto, hay muchas heladerías en estos pueblos.. 


La velada fue interesante, charlando y tomando algunas raciones en la terraza de una plaza cercana. Acordamos madrugar un poco para llegar a casa el domingo a media mañana (temas personales) y, de paso, poder ver ya puestos un par de carreras del GP de Italia, en Mugello. Yo había prometido llegar a casa sobre las 11 y al final lo cumplí de sobra. 


Saliendo de Ruidera hacia Tomelloso hay un tramo muy divertido que no conocía tampoco. Desayunamos en otro pueblo cercano, donde estaban todavía cerrados la mayoría de bares. Allí un par de fotos divertidas con los iconos de La Mancha, sí, efectivamente, los personajes del "Gordo" y del "Flaco", tal cual.


El resto de viaje no tuvo misterio alguno salvo que mi retrovisor izquierdo volvió a aflojarse en marcha varias veces. ¿Le echaremos al final Loctite? Ultimo café cerca de Seseña y para casita... Ya lavaríamos la moto cuando se enfriara... En suma, un placer de viaje, de paisajes, de tramos y todo lo demás disfrutados con alegría con mi compadre, ou Yeah! ...y primer viajecito con mi robusta y ágil XSR. A pesar de su escasa autonomía, ¡¡un placer montarla!! 

No hay comentarios:


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...