Quedaba por contar la última carrera del año, la que se celebró en el circuito internacional de Zuera, una pista que no conociamos ni de espectador. Después de un cambio de fecha que le vino mal a algunos amigos clásicos de las clásicas (Xose, Edu, etc) me empeciné en acudir a esta cita que cerraba el Cto. Norte (que consta de dos pruebas en Zuera, una esta), la de Cintruénigo que celebramos y otra en Motorland, donde, incrompresiblemente los monocilindricos tienen que aguantar sin gripar las largas rectas de una pista que, a todas luces, nada tiene que ver con estas motos). Hubiera estado muy bien correr todas estas pruebas pero la primera de Zuera nos la perdimos por un problema logistico de última hora (alguno se acordará, fue en abril). Una pena porque aquella prueba fue bajo lluvia, flag to flag, y sé que hubiéramos olido podio, sí, aunque suene flamenco decirlo, ja,ja...
Como contaba, me empeciné en acudir a la carrera aunque cayera el diluvio universal, aunque hubiera un terremoto o aunque fuera a pie hasta la pista esta de las narices (no sabia ni donde estaba exactamente). Por este motivo no fuimos a Colombres, la hucha no da para tantas fiestas, ni tampoco fuimos a otras exhibiciones que habia ya planeadas por Almansa o por pueblos de la costa. Seria el tercer intento y dice la tradición que con ese número lo consigues. De todas formas no sabia qué podia ocurrir. Casi cada dia miraba en la federación el número de pilotos inscritos porque si solo fueramos 4 o 5 entendia que no se celebraria la prueba (¡o sí!, en todo caso, seria con ese número una carrera algo "aguada"). Por fortuna al final fuimos una veintena, ¡menos mal! También contábamos con el aliciente de una prueba especial de la Copa CBR250 donde los jovenes pilotos habituales compartirian carrera con viejas estrellas del nivel de los Cardús, Torron, Champi, Miralles, Hernández, etc...
Ya habíamos cambiado el piñón de salida de la Ossa para acortar el desarrollo y no perder tantos metros una y otra vez en cada carrera, ¡muy mala cosa no hacerlo antes! Por desgracia, la rosca de la tuerca que sujeta ese piñón no parecía estar bien, luego nos daríamos cuenta que es la del eje del motor la que está pasada, ¡tema jodido!...
Llegamos el viernes a la hora de comer (pero no comimos). Pague para poder entrar esa tarde y rodar para conocer la pista. El tiempo era ideal, ni frio ni calor. Nos costó un infierno arrancar la moto, muchisimo, en frío ya se sabe, es costoso lograrlo, mucho. Mientras, llegaron algunos amigos y desconocidos, alguna supermotard (sin saber qué tipo de trazadas harían, las nuestras o las de barrer pista, grrr) , niños de esos que dices "joder, ¡ya verás con el jodido niño ese!", más la gente de los karts (algunos con motor Yamaha) que ya estaban por alli, en sus celdas. Uno era un auténtico dandy con su deportivo BMW, gafas de sol, traje sin corbata y pelo medio engominado. Le ayudamos a guardar su kart y a cambio le pedi unas bridas y algunas cosillas más ja,ja... La agradable sorpresa fue descubrir a Juan, de los MOCLAVA, que parece que, afortunadamente, se ha librado de sus graves problemas de salud. Ya ha vuelto a enfundarse el mono y su Montesa, con su característico dorsal 20, fue buena compañía, además su presencia nos recordó a nuestros añorados amigos de Moclava que tan pocas veces vemos ultimamente...
El circuito estaba muy solitario y empece a rodar despacito. Descubrí dos partes muy diferenciadas. Por un lado la parte final y el principio, rapidillo y técnico, curvones interesantes y curvas enlazadas muy chulas... por otro lado, descubrimos una parte central del circuito muy ratonera, al menos para mi, de karts pura y dura, donde apenas disfruté, y donde más sufría. Como luego descubrií no era el único que pensaba así. Por ejemplo, en la curva a izquierdas mas retorcida e infinita no tiene sentido ceñirse al piano, ni buscar su ápice, hay que entrar abierto y retardar la entrada para que el resto de la curva sea más digerible. Tarde algunas vueltas en ver cual seria mi trazada. Luego empecé a jugar con el cambio. La mayor satisfacción fue ver que podía hacer la rápida curva de final de recta, "el curvón", practicamente en cuarta a tope, salvo unos instantes donde repeles un poco para "estabilizar la moto y tu trayectoria"... no me flaneaba todavía la Ossa, como pasaría el sábado pero era un subidón happy. También destacar las dos curvas de derechas enlazadas que había casi al final del circuito. Observé, desde mi modestia, que habia que hacerlas con una solo trazada, muy inclinado y con el gas a medio punto. Creo que es la parte que también hacia bien porque el sábado nadie me adelanto allí, salvo Bultó al poco de entrar en la primera de las dos (primera manga).
Sigo dando vueltas para quitarnos las telarañas..... ¡¡¡aaaah, qué pena que no podamos rodar más a menudo...!!! Al rato de repente noto que no tengo embrague.. miro y veo la tapa del motor algo desplazada!!!! paro y camino hasta "boxes"... los malditos tornillos que quisimos sustituir han cedido, la rosca que llevan tampoco es una maravilla.. solucionamos el asunto aprentádolos otra vez y sujetando con una brida gorda la tapa al chasis.. creo que es esto ultimo es lo unico que nos garantiza que no se volverá a soltar. No vamos a aplicar fijador, se cambiaran por roscas de acero y tornillos decentes este invierno. Tendremos que consultar a Hierro Feroz.
Tambien descubrimos que el soporte que sujeta el vaso de expasión se habia roto... de frenos parece que no hay problemas, ¡menos mal! la horquilla.. una barra sigue perdiendo... es el ultimo finde que vamos a rodar con la moto, tendrá que aguantar y yo con ella. Jugamos a cambiar dos veces los chicles para hacer mejor la parte lenta, acertamos a la segunda, dejamos un 330 puesto (bajamos diez puntos, por cierto, ¡en Mikuni las numeraciones son asi de altas!), con el 340 iba mejor en alta pero fallaba (demasiado gorda, la bujía parecia un zulú) en baja, con un 320 hubiera ido mejor todavia pero justo ese chiclé no lo tenemos.. y con el 310 ya va demasiado fina).
Se da la salida y esta vez, por primera vez en mi vida, lo bordo, ¡sin exagerar, sí que lo bordo! Casi siempre suelto el embrague con el cuerpo erguido, sin sentarme en la moto, por lo que ayudo a que durante unos instantes el motor solo empuje el peso de la moto, no tanto el mio, pero aparte de esta "tontá" que me enseño mi padre y Carlos Morante hace mil años, el caso es que salgo a full y no dejo de dar gas mientras entramos a mogollón en el curvón de final de recta, ya sabéis, mi curva favorita del circuito. Miedo me da decir la verdad, pero leches, es que casi no me lo creo... hago un por fuera antologico y adelanto minimo a seis o siete, hostia casi se me pone dura je,je, perdón!!!, luego sé que la mitad me pasaran pero durante unos cientos de metros estoy justo detrás de los cracks de la prueba, je,je. Como os decia antes, una táctica obvia en estas carreras es apretar al principio porque al final pocas posiciones cambian... y en eso estoy, me adelantan, adelanto a alguno, asi pasan la vueltas y pienso que voy sexto o séptimo (de mi categoria) mientras trascurren los minutos.
De repente veo una bandera azul, eso es que nos van a doblar, luego veo otra agitada, asi dos veces más, empiezo a comerme el coco demasiado, mal, muy mal por mi parte... me empieza a dar cosilla seguir al mismo ritmo y miro pa tras. Veo un par de motos cerca, me abro un poco y me pasan las dos... ¡pero una de ellas no iba en cabeza, es la Impala de Juan!, más listo que yo aprovechó el tema para recuperar la posición que le robé tres o cuatro giros antes.. ¡¡cago en to!! he pecado de lechón e inocente, luego mirando los tiempo veo que subi cinco segundos en esa vuelta, ¡demasiados!
Apenas queda vuelta y media y no hay manera de rebasarle facilmente. Tengo un punto preparado, sí, el famoso "curvón" pero cuando por fin me acerco a el en la recta, acelerando tanto que casi me duele la muñeca (jajaja, ¡es retórica!) y entro casi sin mirar por dentro (al endurecer los amortiguadores la moto va mucho mejor aunque de delante va muy blanda) me doy cuenta que NO HAY mas vueltas.. me mira Juan.. supongo que diria.. ¡¡a donde vas, hombre, si esto se ha acabao ya!! me quedo con esa espinita clavada.... vuelvo contentillo a boxes. Mi padre, que no es hombre de facil piropos, me dice que me ha visto muy bien y que la Ossa iba mas estable en las zonas rapidas... que habria que practicar más para fundirnos a cuatro o cinco mas de estos, je,je.. me encanta cuando le sale ese instinto killer que siempre tuvo... en fin, bueno.. quién sabe lo que pasaria... Al final octavo en la clasificación final, nada del otro mundo, pero cierto que me lo he pasado pipa.
Siempre diré que la emoción de una carrera, sea la que sea, el hecho de luchar con otras motos, el rodar a tu limite junto a otros tipos que buscan lo mismo que tú es de lo más bonito y emocionante que he vivido en mi vida, porque encima te abstraes de todo lo demás y solo hay una cosa en la cabeza, solo un objetivo. Las ambiguedades y los problemas domesticos desaparecen, el futuro y el pasado también, los instintos toman el mando, solo hay una meta en las tripas. Todo ese "pack" ¡me encanta! :-)
Nos espera un invierno con muchas horas de entretenimiento y diversos arreglos por cumplir, con estas motos casi nunca se para... Si encontráis mi viuda rica decidla que me hace falta, ¡que va en serio! ja,ja, necesito unos calentadores, un arrancador y un caballete delantero... además quiero volver a llevar un casco con mis propios colores, o sea, tocaría comprar un casco nuevo (el de Barry además empieza a pedir "pista"), un casco con los colores que tenia de peque... y ¿casualidad?, sabéis cuales eran... blanco y verde, como la HermOssa...
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