Querido angel de la guarda...


Estimado vigilante en la sombra:
no tengo tu dirección y, que yo sepa, tampoco te veo frente a frente nunca (aunque se me ocurren algunos candidatos). Solo me queda este rincón para ponerme en contacto contigo con la esperanza de que, en algún momento de tus horas libres, eches un vistazo y te arranque una pequeña sonrisa.

Sinceramente, hacia tiempo que quería darte las gracias por todos tus servicios. De verdad, sin peloteos, ni chorradas, es de agradecer. No te preocupes, no espero respuesta, como tampoco la espero de los gañanes o de la gente desagradecida. En tú caso es muy distinto, está justificado, creo que nos separan varias "capas" y hay que guardar las formas, supongo. Espero que tengas tu tiempo libre, que te distraigas con tus "clientes", que no todo sea cabilar, preveer o actuar por culpa de nuestras meteduras de pata. Nuestra imperfección natural genera lo mejor y lo peor de nosotros, imagino, por eso quizá nos vigiléis.

Principalmente, quería agradecerte tu ayuda y tu inmensa paciencia... He notado tu presencia en tantas ocasiones que pocas veces he dudado de tu existencia. No sé cómo funciona el invento o de qué depende. No sé si sois siempre seres invisibles o encarnáis en algún humano. De esos que siempre te apoyan o te ayudan sin pedir nada a cambio (¡que, aunque parezca mentira, los hay!) No sé desde cuando estás ahi o cuanto tiempo seguirás cerca de mi, pero me alegro mucho de que hayas acompañado mi vida tantas veces. Sobre todo cuando me doy cuenta de que tú u otro compañero del gremio se encarga de algún ser querido, como cuando mi hijo casi muda los dientes y la madíbula después de aquel mítico hostión o cuando partió con la nuca el cristal de la mesa del salón sin mayor tragedia que un llanto largo. Con Ricardet tenéis curro...

Sin duda, los motoristas os damos mucho trabajo ¿verdad? Huir de la vida regalada, como decía el sabio don Quijote, es lo que tiene, que antes o después, los riesgos afloran o vuelan a nuestro alrededor con facilidad. Y más con tanto enlatado taciturno e irresponsable que solo sabe responder, con cara de pena, después de cualquier suceso, eso de "perdona, es que no te vi". Pero no nos confundamos. Todos conocemos casos es que la desgracia viene en un auténtico momento de calma, de tranquilidad, caminando, hasta durmiendo... no, no voy a poner ejemplos, duelen. También los hay que parecen que busquen su final antes de tiempo...

En general, algunos dicen que no todos tenemos un angel de la guarda. Y que nos libráis de todo mal grave mientras tenemos una "misión" en este mundo, algo importante que acabar, descubrir o crear. Yo no lo sé, tampoco sé qué me espera en el futuro, solo sé cómo voy a seguir viviendo. Te haré alguna crítica constructiva: echo de menos que el angel de la guarda de algunos amigos trabaje mejor... hay casos que son de juzgado de guardia. ¿Hacéis huelga allá arriba también?, ¿no hay suficiente personal en plantilla, quizá? espero que nunca os lleguen los recortes... No, no es que nosotros seamos inocentes de toda culpa, para nada. Estoy convencido de que forjamos cada día buena parte de nuestro destino, fabricando muchas de nuestras recompensas y muchos de nuestros castigos, presentes o futuros.


Cuando volamos a ras del suelo creo que nos acompañan dos personajes invisibles atrás, tú y la parca negra. No sé si para compensar o porque las cosas son así, el eterno equilibrio que sostiene la existencia, el bien y el mal, y ese péndulo que oscila de un lado a otro en el mundo, entre las personas, cada día. No sé qué os mueve a actuar pero sí sé qué nos identifica a los humanos, qué marca la diferencia. Nos diferencia las decisiones que tomamos. Porque es la elección humana lo que nos distigue de las piedras o de los árboles. Nosotros podemos elegir, hasta en las peores condiciones. Y elegimos lo que, casi siempre, acabamos haciendo u omitiendo. No es justo culpar a otros siempre...

Creo que es cierto eso que dicen que muchas veces en cinco minutos a tope sobre nuestras motos vivimos más que otros en media vida. Posiblemente. Sin embargo, no es eso lo que me mueve, no buscamos titulares ni records. Es la sensación de libertad. Esa menguada sensación que apenas percibimos ya cuando nos bajamos y volvemos a ser peatones... Es como una pequeña droga de la que dependemos para no caer en la miseria. Quizá nuestros actos no sean los más razonables, seguro que no. Si te parases a analizar y evaluar algunas acciones no harias muchas cosas de las que haces pero, claro, el mundo de la moto no es racional en casi ningún aspecto. Desde el momento de la compra hasta cuando apuras más allá de tu límite. Casi siempre nos mueve el corazón y no el raciocinio. Y entre esos bastidores te encontramos. Cuando la vida se condensa en pocos segundos, cuando solo está la carretera o la pista frente a nosotros, y nuestra mente solo pueda pensar en seguir hacia delante y mantener el equilibrio, la existencia se simplifica a ese escenario, a ese momento presente, no existe nada más. Ni familia, ni amigos, ni recuerdos, ni responsabilidades, ni obligaciones, ni estatus, ni historia... estamos desnudos, solos ante el peligro. Eso pensé al principio pero quizá, seguramente, no estemos tan solos en esos instantes infinitos de locura y satisfacción vital. Por eso quiero agradecerte tu paciencia, tu presteza y tu compañía. Quiero darte las gracias por habernos ayudado aquella vez en Francia, aquella en Villacañas de niño, aquella vez de adolescente en la glorieta de Embajadores, aquella noche de los hielos en el 2009 y todas aquellas ocasiones de riesgo en que ningún coche nos ha pasado por encima después de besar el duro asfalto.


Como no, agradecerte también todas esas veces que, seguramente tú más que nuestra propia habilidad, nos salvaste de estamparnos con las ya famosas vacas marrones que nos esperaban detrás de alguna curva ciega subiendo Morcuera o por las curvas míticas de Gredos. A cambio de tantos favores creo que es de justicia que nosotros intentemos no correr más que vosotros, como se suele decir, y que dejemos claro nuestros próximos objetivos o movimientos, todo sea por facilitaros en trabajo.

Darte las gracias también por ayudar a muchos amigos mios de un desastre gordo como el que casi sufre Julito aquella tarde volviendo de Javalambre, como el de Isma bajando del Bol d'Or o, hace poco, llegando a su tierra desde Palencia, como los que vi con Jorge "el Pelón" y su ThunderAce varias veces, o el de Gregg y Helena hace apenas unas semanas. Gracias por evitar que mi padre aquella noche maldita en la A40 cayera con nosotros, y que siga rugiendo todavia después de castigar tanto su cuerpo... En mi caso concreto, agradecerte que este verano pasado, en Potes, aquella puerta metálica del camión, la que se abrió en marcha a apenas un metro de mi cabeza, no me golpeara. Fijate que actividad más "delictiva" estabamos haciendo, ¡tomando el vermú con la familia! Vi como quedó la silla en mitad de la calle, un poco más cerca y creo que se acabó el blog de los... ja,ja

Fuera de bromas, no escribo esto para pedirte nada para mi, solo para darte las gracias. Ahora bien, si quieres escuchar alguna petición, te daré una sin rodeos: ojala puedas ayudar un poco a los que ahora lo están pasando mal. Visita a mi madre si puedes, te lo agradecería infinito. Y encargate tambien de las que son más jovenes, de las valientes que tienen toda una vida por delante que disfrutar ¿vale? yo ya estaré pagado de sobra con eso.


"Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir".
Gregorio Marañón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu ángel de la guardia y el de tus seres queridos seguro han tomado nota de tus peticiones y han tenido en cuenta tus agradecimientos.
Besos

Ducatiana


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...