Osseando bajo el sol (parte II)



Ligeramente pasado por agua, llega el domingo racing. Recogo los dorsales y Rosa me ayuda a pasar las verificaciones. Me echan un poco la bronca porque la rueda trasera se mueve lateralmente más de lo consejable, será cosa de rodamientos o el eje, a saber, qué le vamos a hacer, ya no hay tiempo para andar trasteando. Por lo demás, creo que no miran ni los precintos. El briefing se retrasa varias veces,
empieza a llover un poco otra vez, Josón, Frank y los demás amigos del MC Pistón andán preocupados... no quieren que nadie se haga daño, lógico, y eso que la inscripción ha sido por invitación (entiendo que no viene ninguno de aquellos japos kamikazes del Mundial de 250). La verdad  es que hay muchos árboles y desniveles, unos cuantos baches (algunos por culpa de las raíces de los árboles que levantan el asfalto) y unos ordenados bolardos esperando firmes a la salida de una bonita ese. Tampoco es para tanto, personalmente todo eso me recuerda mis habituales recorridos por la sierra, pero ciertamente el suelo mojado aconseja cierta prudencia.
El circuito es una preciosidad, bucólico, rodeado por el mar, guiado por desniveles y curvitas guapas, no le veo pegas salvo que en la bajada terminan poniendo muchas chicanes construidas con balas de paja... Frunzo el ceño, entiendo la prudencia de los organizadores pero sé que no me van a beneficiar, no vamos sobrados de frenos precisamente pero es lo que hay... También nos avisan que sacarán bandera amarilla en el primer tramo de la subida para minimizar riesgos, dónde están los bolardos, una zona de pura aceleración... Ciertamente el evento es toda una fiesta para los sentidos. 
 

El mar azul parece fundirse con un cielo despejado que nos cubre sin nubes y sin viento. La lluvia ha cesado, ya es historia, empieza a brillar el astro rey. El verde decora casi todo lo que mi vista puede ver en tierra. Más cerca, en la zona de "paddock", miro a mi alrededor y no puedo más que sentirme un privilegiado. Por alli están, logicamente, la gente de Motorock, algunos pilotos conocidos como Julio, los asturianos Rodrigo & Jorge y el bueno de Andrés con el que hablo un buen rato, escuchando sus consejos de veterano. Tyto, el rutero infatigable, también aparece por alli, ¡demasiados argumentos como para no acudir!

En la lista de inscritos hay grandes sorpresas. Para empezar contamos con la presencia de toda una  leyenda: Sammy Miller, el mítico campeón de trial (el irlandés cuenta con más de 1000 victorias en la especialidad) que también destacó en su breve paso por el campeonato del mundo de velocidad donde se batio el cobre con pilotos de la talla de Surtees, Provini,Ubbiali, Hailwood, Masetti, Duke...¡y con casi ochenta años sigue dando gas!, esta vez le veremos a lomos de una preciosa BMW negra. Su presencia es muy valorada por cualquier viejo aficionado. Logicamente, es una de las figuras más fotografiadas durante todo el fin de semana. Aqui, por ejemplo, con mi padre y Rosa:

Pero eso no es todo, junto a él, contamos también con otro ilustre veterano de oro, más conocido por nosotros, don César Gracia, que una vez más se presenta en una fiesta de clásicas, ¡casi nada! Ambos van a participar muy activamente en las mangas del domingo. Solo tenéis que mirar los ojos de don César en la foto que pongo abajo. El que tuvo retuvo....


También contamos con la presencia del gran Emilio Zamora. Sus piruetas son tan esperadas como las carreritas. Tio simpático, tanto como talentoso, trae esta vez dos Ducati, una minimoto.. y al final hasta participa con éxito en la categoría de 4T, ¡grande! Entre esas máquinas de válvulas destaca una preciosa Benelli cuya sonido es simplemente celestial. Al lado de nuestra carpa prestada tenemos otra joya, una Laverda 500 (naranja por supuesto) que parece que ha salido de la cadena de montaje unos días antes.

Llega el primer entreno por fin. Hay cinco tandas distintas para las dos categorias. Yo salgo en T2 de las 3 que tenemos las motos de 2T. En la T1 salen los buenos. Arrancamos la Ossa y salgo del paddock para encontrar mi puesto en la fila. Salimos en intervalos de cinco segundos, tipo T.T. Todas las clasificaciones, entrenos y carreras, estarán basadas en los tiempos de cada piloto. La fórmula es muy acertada, sería peligroso (pero divertido) salir todos juntos ya que la pista es muy estrecha. Como poco, imagino, se montaria algún strike antes o después... Como no podía ser de otro modo la cago nada más llegar al control de salida,  no consigo meter punto muerto, da igual intentarlo en marcha, no lo pillo. Aguanto el embrague un rato largo, muy a mi pesar, sufro más que sus discos, pero por fin me toca, salgo. El suelo está húmedo, voy con precaución pero con ganillas, tengo curiosidad de ver el trazado desde dentro. Mi calma se arruina al poco de empezar: en cuanto abro con ganas el acelerador la moto da tirones, cuanto voy en baja recupera la compostura pero luego otra vez pide más caldo, un desastre. Aún así, doy todas las vueltas del entrenamiento, unas cuatro, cada vuelta es una milla... Me cambia la cara, ¡empezamos "bien"!, entro a la carpa muy preocupado, ¿qué será, solo carburación o algo más grave? Lo comentamos y da la ¿casualidad? que junto a nuestra carpa están los amigos de Vitale que escuchan el problema. Se lo comentamos y llegan a la misma conclusión que mi padre: hay que darle más paso de gasolina porque en baja va bien pero en alta va peor que justa, fatal (además la altitud es diferente a la habitual, aqui casi estamos a nivel del mar).
Ok, pero hay un problemilla... solo tengo otro chiclé, un 160, y el que está puesto es un 165... los amigos de Vitale dicen que no hay problema, que tienen escariador...¡estupendo!, dicho y hecho: lo cogen y me lo convierte en un 170. Gracias es decir poco... Cuando subimos la moto al arrancador y la aceleramos dicen que estemos tranquilos, que ahora irá mejor. El abuelo también confirma, empiezo a estar más tranquilo. Más cosas (¡imposible aburrirse!): también descubrimos que el depósito vuelve a rozar por delante, debido a mi peso voy empujándolo en marcha hacia la tija en las frenadas, qué pena, se está comiendo el borde.. otro tema a arreglar en casa.
 

Segundo entreno: Ajustamos el embrague y llego a la fila tranquilo, el punto muerto existe esta vez. Es increíble la de gente que hay mirando la salida, uno se siente piloto de verdad, los de MartiMotos están grabando todo en vídeo, vaya tela, al final salimos en las noticias dice alguno... Estoy tranquilo pero con muchas ganas y a la expectativa: como no vaya el motor redondo me tiro al mar. En fin, salgó a ver qué pasa.Ya en la primera zona rápida (la de los bolardos, donde nos sacan bandera amarilla) abro con ganas el acelerador y.... ¡¡la Ossa sale disparada!!, ¡¡como un cohete blanco!!..,  sin exagerar: que puto orgasmo, no necesito mucho más para saber que, de motor, hoy vamos a ir muy bien. Tomo alegre la subida sinuosa donde ves el mar, entre árboles, casi solo, estrujando la tercera, wowww, que divino placer, se nota que la moto va de cojones ahora, podria meter incluso cuarta pero sé lo que llega luego y no es plan estropear el domingo (dos curvas junto al palacio). La bajada, que el sábado era un bonito tobogán en media luna, rapidillo y excitante, como dije, ha sido bloqueada con numerosas chicanes, me matan porque exigen frenar duro, una pena, hay palmo segundos. Tengo que hilar muy fino en lugar de apurar a muerte, lástima. La curva de meta la hago en segunda pero me sucede como en Cintruénigo, con una segunda más larga entraria más fuerte, si la hago en tercera me estrello, no me apetece. Se termina el crono mientras pienso que la moto no ha corrido tanto en la vida. Termino feliz, contento, pero justo cuando me meto a la carpa, se bloquea la rueda trasera..... y no tengo una marcha metida, cojo el embrague, y nada, esa rueda no gira ni de casualidad.. ¿otro problemilla? pues sí.... el que condicionará luego las dos mangas.... por lo visto algo de las zapatas se ha roto, provocando ese bloqueo... peligroso, creo que San Brembo (paradójicamente) vino a verme porque si se me bloquea la rueda en marcha la hostia hubiera sido respetable. Solución de todos los presentes: ¡no  toques más el freno trasero!, ¡....ok! Dicen por megafonia como han quedado los tiempos, soy el 12 de ventitantos, vale, algo es algo.

Llega la hora de comer. Hay paella para los pilotos. Yoli y Rosa van a por las raciones. Yo solo bebo, no tengo hambre en estos saraos pero estoy tranquilito aunque imagino que lo del freno me va a condicionar, el delantero no va a ser suficiente, como siempre... por desgracia acierto. Aparte de los colegas sonrió viendo como se lo pasan las chicas con el personal, especialmente con Sammy Miller,  buenas risas se gastan con la excusa de las fotos (sin comentarios). Encima, de remate, veo a Nei que ha venido desde su tierra, ¡qué alegría! seguro que ya está disfrutando a tope, otra racing girl de cabo a rabo, ¡qué afición tiene esta chavala! Me tumbo en el cesped pensando que "agustito" estoy con todo lo que veo y siento, el sol ha salido y brilla con fuerza, el día es practicamente perfecto.


Primera manga. Yoli me empuja para arrancar... pero la Ossa, tras varios intentos, sigue muda, me extraña mucho... Seguimos empujando y nada, empiezo a preocuparme, faltan pocos minutos para salir. Montamos el show dando paseos pa'rriba y pa'bajo sin parar... empezamos a sudar como cochinetes, comienzo a sufrir por la rubia danger.... De repente mi padre grita "la pelotita, la pelotita!!!".. coño pues si, ¡¡se nos habia olvidado quitar la pelotita que guarda la entrada del carburador cuand paramos la moto!!, ¡si arranca con ella puesta me voy de rodillas hasta Lourdes!... lo siento por Yoli que está a punto del desmayo físico, madre mia, ¡que marathon no hemos metido por nada!, ¡lo siento, encanto!.... Pues nada, quitamos la jodida pelota y arranca practicamente al primer empujón. Salgo menos relajado de lo habitual pero bien, empiezo a disfrutar, el asfalto está genial, seran 5 o 6 vueltas. Olvido el "preámbulo" de la manga y empiezo a divertirme aunque no olvido que solo tengo el simple leva delantero. En la segunda vuelta alcanzo a mi predecesor en la salida pero me cuesta adelantarle toda una vuelta, al final lo hago en la curva del palacio, para no perder más tiempo. Me caliento un poco para "recuperar el tiempo perdido" y cuando llego a la bonita curva de izquierdas antes de los bolardos entro algo pasaillo y al frenar con lo que tengo me abro sin remedio, plash, golpeo y estallo literalmente una bala de paja (realmente son de serrín) y salgo volando un par de metros mientras la moto se queda clavada entre la bala y el arcén. Vaya show que he montado, carallo, miro la moto de arriba a abajo temiéndome lo peor, pero no, parece que está entera. Me ayudan dos banderas y arrancamos en pocos segundos, entre aplausos del público (mucho calor humano el sentido ese domingo). La moto parece que sigue bien, solo algo decorada por un poquito de serrín...Salgo rabioso y creo que pico mi mejor vuelta a la siguiente, que es la última de la manga. Entro a boxes y me rio, qué paquete soy pero qué poco me he aburrido en este ratillo... Me duele el costado derecho pero no lo comento que se van a preocupar. Creo que ha ganado esta manga Rodrigo, con su preciosa Ossa verde. No me extraña, vi su salida en una rueda, a todo gas (como la peli casi). Estas motos no frenan mucho pero como dice él correr corren, ¡y más si las manejan tios hábiles! La verdad que hoy no me quejo con la mía, han acertado con la carburación, corre como una endemoniada, ¡¡qué pasote!!

El show acrobático de Zamora es inolvidable. Qué talento, qué piruetas... las marcas que deja en el asfalto son increíbles. Los merecidos aplausos revolotean por el ambiente. La gente se lo está pasando en grande.
Segunda manga: Antonio me arranca la Ossa esta vez y escucho sus sabios consejos. Salgo mucho mas fresco que en la anterior intentando no repetir la pifia , voy a ser más prudente. Me da una rabia gigantesca no salir a saco pero no puedo arriesgar a otra caída y destrozar mi Herm-Ossa, lo siento pero es así, si vuelvo a casa con la moto rota se acabó todo esto casi definitivamente.


Esta vez salimos mezclados motos de 2T y 4T. Por lo visto se han basado en los tiempos de todas las categorias para ahora sacarnos más o menos "en orden". Oigo los Ducatones y la Benelli, una maravilla para los oídos... Tenemos de paragüeras un montón de chicas simpáticas vestidas con ropa de la época colonial. La que me toca me confiesa que le encantan las motos clásicas. Salgo bien, la moto sigue acelerando con muchos bemoles, juro que nunca he disfrutado tanto abriendo gas con la Ossa, ¡qué brutalidad!, me pone pinocho, y qué alegría para el alma ver que sube de vueltas sin ni un solo tirón o vacio, lástima que a la hora de pararla siga viendo un poquito a la Virgen. Casi a mitad de manga empiezo a escuchar el inconfundible bramido de una Ducatona detrás... Le tapo los huecos un par de vueltas pero termina pasándome a la salida de la curva antes de las chicanes. Aguanto lo que puedo y nos rozamos, salgo con la peor parte: me como una bala de paja (¡otra!, pero esta a ras de suelo...) mientras el Ducaton se escapa....  el lio lo aprovecha el chavalin cántabro de la Impala, Panin, que por lo visto venia no muy lejos y nos pasa a los dos facilmente, hace bien. Termina la manga, agradecido y sudoroso, contento en general aunque me queda una espinita clavada...


Fin de las hostilidades, el balance parece positivo: hemos disfrutado y aprendido algunas cosas, algo que me hace mucha falta y los amigos se lo han pasado en grande, ¿resultados? mediocres pero es lo que hay, al final once en la primera manga y trece en la segunda, de veinte y pocos, no es para tirar cohetes pero no supe ir más rápido sin arriesgar el body y la moto, y desde luego me he jurado no volver a correr sin cambiar el freno delantero. Por supuesto, me siento agradecido de poder haber corrido en un lugar tan bonito, rodeado de tanto público, con unos organizadores que se desvivieron para que el evento fuera un éxito (que lo fue) y por compartir evento con tanta gente diez, amigos, rivales y algunas leyendas vivas.¿Y qué más? muy bonito sin duda ver a las chicas de nuestro Team tan felices, tan marchosas, ver a Antonio y a mi padre en su salsa, rejuveneciendo por horas, dándolo todo, sin parar y encantados con el ambientazo. Añado una confesión: he visto al maestro más emocionado que nunca, más metido en el tema, quizá ahora se lo tome más en serio. Días después, desmontó la rueda trasera para cambiar los rodamientos y ver qué paso con el tambor. Por lo visto, habia un muelle de las zapatas roto, etcétera.. No importa ya, lo que está claro es que, como dice él, ¡volveremos al Sardinero!

La vuelta a casa es una sesión de humor casi interminable. Solo contaré un motivo: en una glorieta Rosa nos hace una demostración de cuantas veces se puede girar sin parar: cuatro vueltas seguidas y seguimos buscando la salida, casi entramos en Lerma, pero no, casi salimos dirección Burgos pero por fortuna ¡tampoco!, volvemos a la casilla de salida y al final conseguimos poner rumbo a Madrid, el resto del viaje sigue por el estilo...

Para mi esta carrera suponía el “final de temporada”. Sabia que la hucha no llegaría para acudir a la prueba de Zuera o a la de Samper. Tocaba solo hacer recopilación. Algunos sentimientos a flor de piel se han guardado por el camino, es la parte que nos enriquece. Da igual si eres extrovertido o no, ahí están, dentro, latiendo. Algunos no los expresan publicamente, otros sí, otros son un poco pelmas y escriben hasta un blog. Pienso que, como siempre, no hay que dramatizar, tampoco trivializar. Es decir, no darle demasiadas vueltas. Quizá sea mucho más sencillo de lo que imaginábamos al principio o de lo que supone quién no entiende este juego: estás haciendo algo que te gusta con los medios que tienes. Siempre hay que ir a tope con lo que uno tenga, al menos es mi credo particular. Que no frena mucho, pues te jodes un poco, no arriesgues tanto; que no das con la carburación, no te desesperes y desmonta el carburador... sí, a veces, a todos, nos quedan esas espinitas clavadas cuando algo ha ido mal, pero es lo que hay, esas eventualidades están incluidas en el guión, no eres al único que le pasan asi que toca apechugar y tirar pa’lante. Si no te gusta vivir esas pequeñas injusticias mejor no te metas en estos jaleos, digo a veces. Creo que hicimos bien en enero en meternos en esta fiesta, aunque seamos los novatos no tardamos ni cinco minutos en "mimetizarnos" con el entorno y disfrutar. Lo bueno de este año de sensaciones multicolor es que hemos aprendido qué hacemos mal, no es poco...


Antes de terminar quería añadir dos cosas más. La primera, que uno de los motivos de haber disfrutado tanto este año jugando a las carreras ha sido haber experimentando esa gran camaraderia que se vive habitualmente entre los participantes, igual que la ayuda recibida por amigos y conocidos de manera altruista. Me recuerda a esas viejas crónicas de las carreras de antaño. Parte de aquel ambiente lo viví de niño y adolescente por lo que algo recordaba. Qué ligera paradoja que en el motociclismo, un deporte que requiere tanto dinero y ayuda externa al protagonista, ese sentimiento de compañerismo sea inversamente proporcional al nivel de la competición o del campeonato. Cuantos menos focos y dinero por medio, logicamente, más lo vemos. Hablo de esa maravillosa gente, anónima o conocida, que te ayudan y te soportan por afición o por el simple placer de hacerlo, sin esperar nada a cambio, que te echan una mano de manera desinteresada, restando minutos u horas a su tiempo. En definitiva, a toda esa buena gente que hacen cosas, algunas importantes, por amor al deporte, y que, incluso, hacen cosas gratis, no por dinero. En un mundo dónde casi nadie mueve un dedo sin esperar una remuneración a cambio ver acciones así es conmovedor, anacrónico, casi de otro planeta. En estos paddocks todavía se pueden ver y vivir esas sensaciones. De esas personas tenemos que aprender. Luego en pista, es otra historia, por supuesto, ¡como debe ser!, no mercy. A todos los que me habéis empujado, ayudado, soportado y acompañado, mil millones de gracias, jamás imagine algunas de las cosas que he vivido estos meses, gracias por estar ahi.

Y por último, quiero recordar a una campeona muy especial que se fue de este mundo pocos días después de la fiesta del Sardinero, evento que por lo visto vió en persona. Hablo de la gran piloto y persona María de Villota. La noticia me impacto. Creo que muchos pensábamos que lo peor de su tragedia había pasado ya. Se nos fue de repente, muy pronto, de manera súbita. Nos queda su recuerdo... y sus palabras. Os recomiendo el libro que iba a presentar justo en esos días. No es publicidad, es un consejo de amigo. Es un texto que plasma muy bien su espíritu combativo y su gran personalidad. Es un testimonio muy honesto, con una calidez humana increíble. Realmente no podía ser de otra manera. Toda una luchadora de la vida, íntegra y valiente. Parece que se nos van los mejores... ¡María, nunca te olvidaremos!

Osseando bajo el sol (parte I)

Hacía mucho tiempo que no me sentaba para escribir un rato largo. Algunos amigos me lo han pedido, sin duda me estiman demasiado (lo cual agradezco infinito aunque no comprenda del todo, ja,ja...). La verdad que últimamente el mundo real nos absorbe más de lo habitual. Creo que eso es bueno. Mejor vivir el libro, ya habrá tiempo para escribirlo ¿no?, bueno, siempre y cuando las páginas que vivamos nos interesen o enriquezcan el espíritu. Durante este verano no hemos variado mucho, no dejamos de imaginar planes en la misma dirección: la libertad de volar por la vida.  ¿Qué puedo contar desde la última entrada, allá por julio? Este año viajes pocos, teta y sopa no caben en la boca, esta temporada decidimos jugar a las carreras y en eso hemos estado, entretenidos, mucho. Horas en los talleres de los amigos, muchos recados, algunas ideas, pruebecillas, polígonos, retoques... La verdad que este año tan especial ha supuesto un “curso” acelerado de emociones, no solo de nuevas experiencias. No hemos cambiado de vida precisamente pero ha sido una novedad chulísima, agradable, aunque apañar estas máquinas parece que no tiene fin, madre mía, ¡cuando no es una cosa es otra! Sí, nos hemos divertido pero también sufrido un poco, lógico, nada que realmente merezca la pena es fácil, o eso creemos unos cuantos. En ocasiones se pasa frío, por dentro y por fuera, pero nos abrigamos con las experiencias, buenas y no tan buenas, porque hasta los palos calientan el cuerpo si uno es optimista y va llenando “la saca” de la memoria del corazón con lo vivido, por no hablar del calor humano que tenemos siempre alrededor, ¡por eso no puedo quejarme! Cuando en tu cerebro tu vida personal trasciende mucho más que tu vida laboral y te saca una sonrisa, la cosa pinta bien, ¡como para quejarnos! Por orden cronológico…

Llegó agosto pero no pudo ser. No pudimos correr en La Bañeza. El viejo sueño, palabras mayores, una de mis obsesiones favoritas. Cuando veo un vídeo con cámara onboard todavía se me acelera el corazón, y no es una metáfora. Con esa carrera no tengo arreglo  posible. Bueno, pues a los hechos: muchos inscritos en una categoría muy popular, la de 250, ¡no cogíamos todos!, lástima que no puedan hacer dos mangas (vieja idea, solución asequible ¿verdad? pero me contestaron que el ayuntamiento no les concede más tiempo…). Me llamaron por teléfono (como a otros, por lo visto) para comunicármelo, no hacía falta llegar allí, hacer los entrenos y ya configurar la parrilla en función del corte, no, la tijera comenzaba por los novatos que nunca hemos participado. Agradecí la temprana llamada, al menos no perdimos tiempo soñando y preparando la aventura. Por orden de inscripción seguro que fui de los primeros. Ok, no pasa nada... era un reto cojonudo, ambicioso, quizá un poco precipitado pero no me daba miedo probar y dar gas. La duda (o mejor dicho, curiosidad) era sobre todo conocer desde dentro esa magnífica pista. La incertidumbre y la emoción me acompañaban cada día hasta que sonó aquella llamada. En fin, a seguir pa'lante. Me prometieron que el año que viene nos dejaran acudir a la cita, correr los entrenos al menos, ya veremos qué pasa. ¿Y qué pasó cuando los amigos más cercanos se enteraron? pues de todo, ¡aluciné!... todos lo lamentaron, alguna quería hablar con el motoclub Bañezano incluso, temple ánimos y una tarde quedamos para tomar algunas birras (se abrió la veda) y pude comprobar de nuevo qué pedazos de amigos tengo. Me llevaron un diploma de "consolación" y una botellita de cava para el "campeón" rechazado..., qué grandes, no me cansaré de decirlo, alucino con MariLuz, con Rosa, con Yoli, con Bettor, con Tyto, impresionante... obviamente el cava terminó en casi todos ellos. Quizá sea mejor esperar, acumular experiencia y acudir en mejores condiciones. Quizá el destino sea muy sabio...


De todas formas, fuimos a La Bañeza, y lo pasamos genial, aunque esta vez miré el circuito urbano con otros ojos. Fue estupendo volver al pueblo más motero de España. Y como no, destacar lo bien que lo pasamos el domingo con los valencianos del Team Moclava (¡¡como no!!) aunque ya la cena del sábado fue espectacular (básicamente por el elenco humano que formamos, eh, ¡que cenamos bocatas!): mi padre, el gran Luis Dios y señora, Tyto (¡gracias por la logística, tio!), nuestro querido Mudo (que por fin conocía esta fiesta de la moto), MariLuzPablo… y, tachán, tachán, nuestro piloto favorito de 250, el del mono rojo de Airtel: Paco (y señora), de hecho ellos se fueron más tarde, ¡y al día siguiente, a correr! El domingo fue otro día soleado y lleno de buenos ratos. Para empezar, con las sorpresas que nos encontramos en la calle de boxes: hermanos VareaManu y Elisabeth, por fin nos conocíamos en persona. La verdad que parecía que nos conocíamos de toda la vida, ¡grandes!, menuda saga, ¡canela fina! Enseguida hablamos de sus carreras, del Open Ducados, de vernos más pronto que tarde, de las inevitables clásicas, de volver a participar en alguna prueba... ¡Amén!


También me alegré cuando nos vimos con Abelardo y con Esteban Grande, ¡qué afición hay por esas calles en esas fechas! Lástima que el gran Champi Aneiros se lesionara en entrenos, al final fue otro espectador de la carrera. Allí estuvimos, babeando un poco... pregunté cosillas, por ejemplo, en qué marcha se hacia la ese que precede a la gran bajada, dónde se gana o se pierde el tiempo, ¡qué ganas de probar ese tobogán!... tomé nota de los veteranos, como soy un "becario" inofensivo algo me cuentan todavía, ja,ja... y es que esto de relacionarse y correr a veces junto a tanto veterano con más tablas que un galeón es la hostia. Algunos parecen que van despacio, no hacen grandes aspavientos, pero cuando miras los cronos dices “joder”.. son muchos años, tienen el tema dominado, se las saben todas, lógico. He rodado mil veces con veteranos alegres por carretera y unas cuantas en circuitos permanentes pero esto de las carreras de clásicas no lo había experimentado nunca, parece que en algunas cosas empezamos de cero. Pero más que sus condiciones como pilotos me ha llamado la atención, positivamente, algo que ya había detectado parcialmente, me refiero a su filosofía de vida. Nada nuevo bajo el sol pero siempre agradable de ver con qué alegría y desparpajo viven estos tipos. Carpe Diem!! Eso sí, siempre termino mirando el freno delantero que montan. No puedo evitarlo. No envidio nada más de esas preciosas monturas que suelen llevar. Culpa mía imagino, mira que cualquiera lo hubiera solucionado ya: habría ahorrado un par de meses o tres, o cuatro, y a estas alturas ya lo tendría pero yo no.. entre unas cosas u otras parece que no llega el doble leva. Aquí una foto estupenda de nuestro amigo Paco, una cara ya ligada a esta mítica carrera, imposible no esperar ver cada año al gran piloto del mono rojo, el valenciano de oro y boss de los Moclava:


Días después, con ganas, y muy bien acompañados, nos fuimos para Motorland, pero no al circuito mundialísta sino al pequeñito, el de karts. La cita prometía ser muy interesante. Para empezar, por la compañía, ¡por fin íbamos a rodar juntos cuatro buenos elementos!: Isma Ray con su Vespa amarilla del número PI, Pablete con la IMR 110 (nuestra joven promesa) y yo con la herm-Ossa. O sea, tres “familias” guapas y entrelazadas, todos Cariñosos, ¡ya tocaba vernos y compartir buenos momentos dentro y fuera del box! Cuanto tiempo sin ver a David y a Tere, menuda ocasión más buena se presentaba. Para empezar, agradecerles el estupendo catering que organizaron para no tener que salir del box en todo el domingo.


La verdad que el trazado me sorprendió. Muy entretenido y hasta con desniveles, ideal para  motos pequeñas como las nuestras. Me encantó. Antes de rodar el domingo pasamos una noche divertida…  a pesar de los malditos mosquitos, ¡cómo nos pusieron!
La jornada amaneció algo fría. Mi padre ya estaba con el traje de faena, atento a cualquier cosa. Cambiamos el aceite del motor de la Ossa, todo fuera por evitar los problemas de deslizamiento del embragüe. Por lo visto los aceites modernos son muy buenos pero contienen detergente y elementos antifricción, etc, sustancias que no le vienen nada bien a una clásica. Me lo contaron los sabios de Vitale semanas antes, tomé nota y la prueba llegó a finales de agosto. Gracias a Ray, que fue el primero en empujarme, arrancamos fácilmente. Los primeros bramidos inconfundibles del tubarro sonaron poderosos por el parking, mientras dábamos vueltas para calentar la moto y el cuerpo. Estos motores de 2T necesitan un rato para empezar a rendir, para "desperezarse".... Mientras, la Vespa tenía un cófano abierto, el del motor, dentro del box. Ahí estaban los tres involucrados (IsmaRay y mi padre) intentando dar con la carburación, mientras Pablete se vestía de romano y tomaba medidas en su pequeño cohete de carreras. Rosa y Yoli ya estaban por allí, ayudándonos en todo lo posible, como siempre.  El box emanaba calor y buenas vibraciones pero mi alegría duró poco el domingo. 


Al final de la segunda tanda cometí un error de idiota, moví el cuerpo entrando en una curva y descompuse la moto, se me cerró la dirección y caí de bruces justo en el ápice del viraje. Menudo estropicio monté, por poco sacan bandera roja. Cierto que después de la primera tanda revisamos el amortiguador de dirección ya que la moto iba muy suelta de delante, y parecía que estaba suelto de la pletina pero creo que el error fue mio al moverme para evitar rozar con la bota derecha, ¡sí, lo sé, peso mucho para una moto tan pequeña! Antes de comer ya estaba vestido de paisano, así que me centré en tomar tiempos y en pasarlo bien con la compañia, aunque no pude evitar volver a casa con un sentimiento agridulce en el cuerpo. Depósito y colín destrozados y chasis partido por la parte de atrás, ¡”bonito” balance! Me dolió más que si me hubiera roto un hueso porque cada error se paga caro, tiempo y dinero son dos cosas que no le sobran a casi nadie. Necesitaríamos soldar y buscar un artista para arreglar el depósito (que soltó en unos segundos varios litros de gasolina)… Al menos en esas dos tandas pude disfrutar de lo lindo, creo que nunca había rodado tan alegre, y comprobamos que, sí, que era cierto, con el aceite de motor adecuado el embrague ya no patinaba (el problema que vivimos en Cintruénigo parecía solucionado, ¡chapeau!) Aqui la divertida crónica de Isma en el blog de SuperPablo: http://dymotos.blogspot.com.es/p/entrenos.html


Al final, una cuanta atrás se puso en marcha ese día. El tiempo apremiaba, los viejos norteños del MC Pistón, con Josón a la cabeza, montaban un sarao que tenía una pinta bestial, ¡teniamos que ir a su cita de Santander! Al principio dudé si me admitirán, total, la inscripción era limitada y casi por invitación pero había que intentarlo, además, este año, lo organizaban en el paradisiaco paraje de la Magdalena, ¡casi nada! Me parecía tan exótico y hermoso que casi se me antojaba un poco irreal. ¿Correr en una “isla”, rodeado por el mar, alguna que otra gaviota en el horizonte (¿tipo Philip Island?), junto a esa buen agente del norte? Woww, no era precisamente una carrera “urbana”, ni un paisaje lleno de manzanas de casas y esquinas….. Teníamos unas cuatro semanas para recomponen la herm-Ossa.
Gracias a mi padre y a nuestra Yoli nos pusimos manos a la obra y se arreglo la fibra del depósito (no es de chapa) y la del colín, después se pintaron y, a falta del vinilo verde que no dió tiempo de poner, la Ossa quedó como una auténtica dama blanca. En paralelo, se soldó la rotura del chasis gracias al maestro Juan Antonio. Miramos con lupa el amortiguador de dirección y el soporte. Al final, por los pelos (y mira que me quedan pocos) dimos por cerrada la “revisión”  solo tres días antes de salir pitando hacia Santander. Eche un litro exacto de 98 con su correspondiente porcentaje de aceite Castrol y arrancamos. Mi cabeza bullía llena de dudas y esperanzas pero, después de un cuarto de hora, paré el motor y la volvimos a guardar algo alegres. Todo parecía en orden, We're back!

Lo ideal hubiera sido salir el viernes pero, para ahorrar costes, salimos el sábado en buena compañía, como siempre, yo repasando mentalmente mis prioridades para esta historia (creo que lógicas):
 1) Totalmente prohibido caerme y joder otra vez la moto (la incumplí en parte al final), 2) que todo el Team lo pase superbien (¡prioridad cumplida!) y 3) estar más delante que en Cintruénigo (este año) donde el embrague me la jugo y me retraso varias posiciones digamos "naturales"... (no lo negaré nunca, aunque hacemos todo esto para divertirnos tenemos nuestra honrilla ja,ja)
Ver a Yoli y Rosa con su cachondeo habitual y esas caras de felicidad es todo un bálsamo y representa el mejor anticipo de lo que nos esperaba a nivel humano. Estas chicas son de lo que no hay, de verdad que es increíble la energía positiva que trasmiten. Cargamos la moto en el voluntarioso furgo de Rosa (¡gracias encanto!) y salimos hacia el norte. Por San Brembo, como me gustaría esa vida de "gitano" recorriendo España y Francia, como poco, je,je... me encanta ver la moto dentro, empiezo a olvidar algunas cosas y empiezo a sonreír, siempre con esa preocupación clásica ultimamente de "¿Como irá el motor esta vez?"...


Después de repescar a la gran Pekas (alias Gemma, ¿o es al contrario?) en Sotopalacios (la unica que fue en moto, ¡con un par!) llegamos al mar Cantábrico, Santander city, ¡ciudad bonita y majestuosa! Pronto nos metemos en la península de la Magdalena, concretamente en la explanada verde que hace de boxes. Ambientazo y muchas caras conocidas, buen rollo, parece un paddock de los años 70... El asturiano Rodrigo, el favorito, está cerca, le saludo y charlamos un poco, él viene con su family en rulot, justo sale el tema de la carpa y ¡¡toma!!! me deja una que lleva de sobra, ¡estupendo!, ¡que bien nos viene! Va a llover, y hace viento, la montamos sin poner la lona, ¡gracias crack! Mi padre empieza a disfrutar de lo lindo. Antes de irnos, dedicamos un par de horas a arrancar la moto y poner los precintos. Mi padre empieza a disfrutar. Bettor y el amigo pasiego, José, aparecen por ahí, ¡qué buena tropa! y pedazo de cámaras de fotos que llevan, ya tenemos reporteros oficiales del evento. Antonio empuja y luego prueba la Ossa. Empieza a anochecer.. Cubrimos a la herm-Ossa con una manta blanca que llevamos (menos mal, que no me coja frío la pobre...) nos vamos... el sitio está vigilado, puedo dormir bajo techo con los demás. Echo de menos no ver a nuestros amigos valencianos pero, la verdad, les pilla retirado venir a la cita del Sardinero.
Llega la improvisada cena en un WOK. Antonio se lleva el record en zampar, mientras las chicas se parten con los chistes malos de mi padre y otras historietas impublicables que se cuentan entre plato y plato. Si no hubiesen carreras me iba de juerga con ellos pero regreso con el master a eso de medianoche al hotel. Haciendo zapping descubrimos la carrera de SBK en Laguna Seca, genial. Cuando dan el banderazo cerramos los ojos, el domingo empezaría exactamente a las 7h30...

Cuarenta años no son nada


Aunque suene a incrédula esperanza o pequeña desesperación, aunque suene a ‘nada tan lejos de la realidad’, creo que a veces sí es cierto: cuarenta años no son nada... o casi nada. Comenzando por lo más obvio, lo más realista: en varias décadas pasan tantas cosas que casi no reconocemos el mundo que nos rodea. No solo el mundo, también nosotros; solo hace falta mirarse al espejo… aunque no siempre lo que vemos es exactamente lo que hay o lo que somos…
El otro día me comentaba un veterano motorista lo mal que vivimos ahora, soportando como podemos un mundo lleno de prohibiciones y tonterias, ¡qué difícil es hacer cosas que hacíamos con naturalidad hace algunos años!, pues sí… supongo que es la realidad que hemos fabricado entre todos y lo que hemos permitido, por activa o por pasiva. Sí, el mundo ahora está lleno de prohibiciones y restricciones; qué difícil es salir a la montaña con libertad, no digamos acampar, hacer un fuego, rodar con tu moto de campo, bañarte en alguna famosa laguna como hacías de crio… Supongo que siempre pagaran justos por pecadores. Qué lejos quedan esos tiempos en que tantos niños salíamos solos a la calle, en las noches de verano, y no pasaba nada. Ahora ya hasta pensamos en el servicio de localización del móvil para cuando nuestra hija empiece a salir con sus amiguitas, ley de vida. Tantas prohibiciones, tanta inseguridad y sin embargo estamos medio globalizados para algunas cosas... y te preguntas sobre el concepto de “aventura”... ¿en qué ha quedado en estos tiempos de móviles, GPS, tablets, conexiones wi-fi y todo tipo de artilugios que hasta el más casto o purista aventurero utilizará antes o después? no es una crítica, es un comentario, una reflexión, cada uno tendrá logicamente su opinión pero es indudable que algunas cosas han cambiado y no todas nos gustan ¿Qué nos queda a los más "clásicos"?, ¿fabricarnos una "máquina del tiempo"? Es una opción, de hecho es la única opción que pudimos concebir algunos taraos hace unos pocos años. A veces la ponemos en marcha. Conozco quién la pone en marcha cuando va de tandas al circuito con su EXUP, su GPZ o su RD350, o cuando un amigo viaja con una moto clásica (teniendo en el garaje otra moto, mucho más moderna, cómoda o fiable, ¿verdad Luis Dios?) o quién se subió solanas al Cabo Norte en su Vespino, ¿verdad Valentín? Hay casos, no es dificil encontrarlos si se buscan...
Por nuestra parte, modestamente, hace menos de un mes volvimos a arrancar nuestra propia "máquina del tiempo". Viajamos por segundo año al pueblo navarro de Cintruénigo para jugar a las carreras. Habian pasado muchas semanas de incertidumbres, horas de trabajo y recados interminables, todo para que pudiéramos estar a tiempo y con la moto en condiciones decentes. Esto de las clásicas es muy entretenido, son motos con encanto y personalidad pero logicamente con una fiabilidad digamos también “entretenida”, parte del mismo encanto inicial que las rodea…
Alli estuvimos, y lo de los cuarenta no es simplemente una especie de aforismo o un símbolo. Yo con casi 41 tacos, mi padre con casi 69, Antonio y Paco por la mitad de esas cifras y la Ossa, nuestra querida “herm-Ossa” con casi 42… ¡toma ya, pedazo frente de juventudes! Qué alegría interior ver a mi padre disfrutar durante estos meses y, llegando la fecha, verle cada día más animado y centrado en mil detalles, disfrutando en el taller, en las charlas y en los entrenamientos. Han pasado menos de cuarenta inviernos pero hace muchos, muchos años haciamos lo mismo, las motos eran más pequeñas y solian tener ruedas de tacos pero, sí, el sentimiento era practicamente el mismo... solo por ello ha merecido la pena buscar y apañar nuestra propia máquina del tiempo. Gracias a él y a Juan y Oscar de MotosyMax (en Pinto) la Ossa ha vuelto a la vida, no porque estuviera "muerta" pero si algo dormida...


A veces, si nos lo proponemos realmente, los números del DNI son secundarios. Tal vez la clave sea muy sencilla: Creo que en la vida siempre hay que sumar y sumar, nunca restar nada de lo bueno que  hayamos sentido, nunca hay que destruir algo que ya fuimos y que funcionaba... solo adaptarlo a la nueva suma. Estoy convencido de que esta "idea", esta pequeña ecuación funciona.
Intentar vivir jugando a los cuarenta con estos juguetes carillos no es fácil, no todo es de color rosa, sudamos y nos complicamos la vida, a veces discutimos, nos dan collejas y hasta nos atrapamos en problemas que no vienen a cuento... pero merece la pena, sin duda alguna, además quién no suda un poco por sus juguetes poco juega. A todos los que vinisteis aquel domingo (Rosy, Bettor, Edu & Isma) daros las gracias de corazón. Menuda sorpresa cuando os vi, ¡casi me hago un recto mientras agigantaba los ojos! Y otro momento gracioso, divertido, entre mangas, cuando estábamos en el bar viendo la carrera de MotoGP por la tele... Ni Aquarius ni leches, una buena cerveza, junto a ellos, charlando, desenfadados, tranquilos, todos haciendo un corrillo de pie. De pronto aparece un plato de patatas bravas desde la barra y antes de que podamos probar una aparece por la puerta una señora del grupo de los amigos valencianos de Moclava (concretamente la adorable mujer de Juan) que me viene a buscar y me grita con cariño "nene, ¡que saléis ya!".. suelto "profesionalmente" la birra en el poyete de la ventana y busco mi moto después de una pequeña carrera dando grandes zancadas, otro de esos momentos impagables... como cuando tu madre te tiraba la zapatilla (¡y con qué punteria!) o te apremiaba a gritos para levantarte del catre de una vez, desayunar e ir al colegio... pero ahora con muchos más años, ja,ja

Si estuvieramos solos todo esto seria imposible, sobra decirlo. Durante estos meses han pasado muchas cosas y debería agradecer su ayuda y su apoyo a muchas, muchas personas, pero como me da miedo olvidarme (aunque suene politicamente correcto así es) prefiero no redactar ningún listado, solo haré un par de excepciones con dos personas que han tenido una temporada complicada pero que, ahora, veo que comienzan a salir del túnel. Son dos amigas, dos auténticas racing girls, simpáticas y atrevidas, cariñosas y atentas, dos chavalas que no tienen sangre en las venas, ¡tienen gasolina! Una es Nei de Bilbao, la amante de los camiones, de las motos, de todo lo que sean carreras, dentro y fuera de los circuitos, una mujer con una sensibilidad especial para sentir muy dentro la competición y describir con hermosas y precisas palabras sucesos como la machada del otro día de Jorge Lorenzo en Assen. Qué arte, espectacular cómo resumió Nei todo lo que se vivió en ese Gran Premio. Otro ejemplo de pluma desperdiciada en este bendito país... Y de Rosa Arrate, qué decir, con esa pasión y ovarios que pone en la vida, siempre luchando y desprendiendo buen rollo y positivismo. Sus batallas empiezan a quedar atrás, estoy seguro, pronto volverá a salir el sol y una nueva temporada, más agradecida, se presentará ante sus ojos. ¡Te mereces lo mejor, motera, ya llegará! Y no puedo dejar de decir que si admirable es como aman las carreras todavía más alucinante es sentir como me animan y me apoyan en mis aventurillas, ¡como si fuera alguien!, asi que, qué voy a decir aqui, ¡que gracias por estar ahi! De la "reina del norte" no pongo foto suya que me pega pero de Rosa sí, aqui con una moto que ha conocido muy bien, le queda que ni pintada...


¿Y ahora?, ¿seguiremos cumpliendo años? ¡eso espero! Para empezar iremos con 41 a la próxima carrera, a ver si solucionamos el problemilla del embrague y mejoramos un poco. Si nos dejan, estaremos en la parilla de La Bañeza, nuestra catedral de las road races hispanas, luchando a tope, aunque quedemos el porras.  Alli veremos, como siempre, como las máquinas del tiempo existen y funcionan. Veremos motos de los setenta, algunas incluso más antiguas, pilotos de esa añada (y más antiguas cosechas), todo en un marco incomparable que, espero, dure muchos años. La clave no son esas motos antiguas sino sus pilotos, sus mecánicos, los aficionados que acuden a esas carreras urbanas, los vecinos que te ofrecen un vaso de agua o que te dejan o te alquilan su garaje... ¡¡gracias pilotos por mantener este arte!!, mientras todo ello exista seguiremos viajando en el tiempo de vez en cuando. Y eso es lo que he terminado de comprender este año, que esos viajes existen porque, con paciencia y esfuerzo, podemos fabricar la ocasión o volar hacia ese túnel atemporal que fluye muchas veces más cerca de lo que imaginábamos.

Si el día a día os asfixia o sentis la necesidad de recrear parte de vuestro pasado, si tenéis ocasión (tiempo, recursos, ambición, ayuda, amigos dispuesto a echaros una mano) no desaprovechéis la oportunidad de cambiar de registro, de viajar hacia vuestro horizonte favorito. Aunque durante meses veas el camino muy empinado, aunque te pasen en las rectas algunos como si tú estuvieras parado, ahora sé que antes o después funciona. Y da igual si son 40, 45, 50 o 70, todo esto no está dedicado solo a los cuarentones. Felicidades a todos los “maduritos” de corazón joven porque, como dice algún sabio, no hay nada como jugar como un niño teniendo la madurez y la experiencia de un adulto…

Crónicas intrascendentes pero inevitables...


Creo que no lo he contado en ningún post anterior. Durante el otoño pasado, a unos cuantos de la panda, de Madrid y de Barna, nos dió por divagar en serio para correr este año en algo que tuviera dos ruedas. En fin, nada nuevo bajo el sol, eso sí, con la diferencia que esta vez se nos ocurrieron más ideas que en otras ocasiones, ideas más asequibles podriamos decir. Así fue, aunque pronto recordamos que en este mundillo nada, absolutamente nada, es barato. Ni siquiera las motos a escala que venden en algunas jugueterias. Pensamos en la posibilidad de correr alguna prueba de resistencia en Vespa, de lo más barato y divertido que existe, sobre todo porque entre varios las facturas son más asumibles. Ya lo habiamos hablado durante el verano el polaco y yo. Cuando llego la propuesta, me animé enseguida, la verdad, aunque reconozco que la novedosa Z Cup de Kawasaki y, por qué no, la lejana opción de recuperar la Ossa 250 de Cintruénigo también hacian palpitar mi estómago. Pero, siendo realistas, lo de la Vespa era la primera opción, la más accesible y divertida. Lo demás parecia ciencia-ficción, sobre todo lo de pensar en verde. Al final, por prisas y por diversas circunstancias, no pudo ser, no pude meterme en esa bonita aventura de los scooters tuneados. Solo puedo dar las gracias a mi brother Isma por contar conmigo (como siempre) y animarme a enrolarme en su barco, también a los demás "normalitos" por confiar en mi para esa aventura, ¡lo pasaréis en grande, ya veréis! 

En noviembre andábamos tan pelados que era absurdo decir sí a ninguna propuesta, ni siquiera ibamos a ir a Cheste a ver el Gran Premio. Sabia bien lo que me perdia pero no podia decir otra cosa. A veces, aunque duela, hay que negarse incluso a las proposiciones más agradables... En el horizonte solo teniamos la ilusión de, por fin, probar junto a unos amigos, las pit bikes, allá en Recas (Toledo), la pista donde entrenan Alvaro Bautista y, sobre todo, Julito Simón.

Pasado ya nochebuena llegó la fecha. Sali del garaje con la Honda y descubri una niebla densa y alucinante. Enseguida noté que era de esas nieblas meonas que te empapan... me faltaban unos sesenta kilómetros y era temprano. Sin duda me habia confiado en exceso, el tiempo habia cambiado a peor. Iba en manga corta bajo la chupa, nada apropiado para lo que estaba ya notando en mis carnes... no tardé mucho en comenzar a tiritar un poco pero no iba a dar la vuelta. Lo de "siempre adelante" tiene estas cosas a veces, cuando la cago suelo tirar pa'lante y apretar los dientes. Al final, manda carallo, pasé más frío durante ese corto trayecto mañanero que en todo el finde de Arguis (la invernal de los Pirineos, famosa por ser la más veterana y una de las más duras). La escarcha se agolpaba en mi pecho y brazos, transformando la vieja Dainese en una especie de frío manto blanco. Me tomé dos cafés calentitos en un bar del pueblo esperando a los polacos y a Bettor, nuestro buen amigo y gran organizador de los pit bikes events. Más tarde iria la familia y más colegas a pasar unas horas con nosotros alli, perfecto. La jornada fue genial, sin un minuto de descanso y, además, aprendimos/recordamos algunas cositas. Me encantó probar estas motillos pequeñas y divertidas, aunque no podiamos usar el cambio para centrarnos mejor en las explicaciones y en las trazadas. También nos dejaron jugar a las carreras en el campo de tierra que hay justo al lado del circuito, para divertirnos y "para derrapar" (bueno, para caernos alguna vez al tocar el freno trasero sin talento alguno, claro).

Y llegó el nuevo año, el 2000+(12+1)...  Seguia parado en mi esquina, un poco jodido por varios motivos, con algunas ideas flotando en el aire pero con pocas esperanzas para este año. Estaba tocando fondo en un par de asuntos vitales. Pero a mitad de ese mes me llegó una gran noticia. De repente vi algo de luz al final del túnel, los apuros del pasado otoño podian desaparecer un poco. Para rematar esa racha dió la ¿casualidad? que contactamos con el dueño de "mi" vieja Ossita... Hubo ciertas negociaciones, o mejor dicho, buena voluntad, todo quedó atado de repente, ¡casi no me lo creia! Gracias a mi viejo compadre Julito todo esto se hizo realidad enseguida. En pocas semanas, comenzamos a rodar con la Ossa en el polígono; teniamos que reencontrarnos y comenzar a revisar su estado. El listado de cosas para ponerla minimamente operativa empezó a crecer. El día que por fin la redescubrió mi padre nos puso a caldo en menos de cinco minutos. Comenzó a ver detalles y defectos que no habiamos descubierto en varias semanas. La lista de "bugs" siguió creciendo. Y llegamos al mes de abril por fin, mes en que, en teoría, ibamos a probar mejor la Ossa, con motivo de las tandas que organizan nuestros amigos valencianos de Moclava en el circuito de Albacete. Aunque la configuración de la moto no era nada apropiada para rodar deprisa (desarrollos, carburación, etc) fue una jornada bien aprovechada porque aprendimos cuanto curro queda por delante. Como somos unos "expertos" en marketing, nos ha faltado tiempo para poner nombres galácticos a esta historia. Jugando facilmente con el nombre de la marca, al final, esta aventura la hemos denominado "proyecto Herm-Ossa". ¡Hasta Rosa, una buena amiga y gran persona, me ha creado un grupo de apoyo en Facebook, gracias encanto! Eso sí, solo pretendemos divertirnos, matar el gusanillo.. como dijo Paco meses atrás, ¡nos picó el mosquito de Castrol! pero es obvio que no aspiramos a nada importante. Eso sí, como queda mucha tela por cortar y nada es gratis, ¡se aceptan patrocinadores! Aqui la pequeña crónica que mandé a los más allegados y que, por lo visto, ha gustado:


Sábado. Como de costumbre, algunos tenemos que hacer equilibrios y bricolaje con el calendario y los horarios para estar en todas partes, a las duras y a las maduras, al final, de nuevo lo conseguimos, ufff, por los pelos pero sí, ¡conseguido! Cargamos la herm-Ossa por la tarde y salimos pitando a eso de las cinco y pico. Ni una gota de agua, ni viento, pero sí algo de fresquete a la vista.. aunque un tímido sol ilumina desde un cielo azul inmaculado. Nada más subir a la super furgoneta de Roska me parece que somos el Equipo A en su famosa furgoneta negra (aunque esta es una Mercedes blanca), seguro que os acordáis de aquella serie, ¿verdad? pues nada, no sé quién hará de M.A., ja,ja.... Detrás, la moto, los carenados (que desmontamos en el polígono el último dia de pruebecitas), las bolsas con los monos, la herramienta, la garrafa, los aceites A747 (una cosa que nos ha salido gratis, ¡gracias CASTROL!), los macutos, cinchas de sobra, el embudo, la moqueta, los engrasadores, el caballete, etc, y muchas ganas para despejar incognitas y renovar ilusión, esa ilusión que todos paladeamos cuando vamos en buena compañia a hacer algo que nos llena. Sé que no será coser y cantar la aventura de este añito, está claro, la moto es casi de serie pero tiene una base cojonuda... el punto negativo, ahora mismo, es que no va tan fina como el año pasado, no sé que narices tocaron este otoño pasado pero está claro que hay que carburarla como mínimo y mejorar el tren delante que va un poco suelto...

Por desgracia, ni tenemos todavia recambio ni mi padre, nuestro "Tecnic" favorito, está aún operativo. Mi madre está bastante mejor pero no tanto como para dejarla sola en casa día y medio. Lo primero es lo primero, no viene. Hablaremos mucho por la mañana en el box. En estos motores hay que andar muy fino con los chiclés y la aguja, no vamos a meternos en "experimentos" ni en la dinámica "prueba y error", hay más cosas que sí podemos comprobar en pista el domingo. También imagino que la horquilla y la pedazo corona que llevamos (apropiada para pistas urbanas, ratoneras, pero no para un circuito de verdad) nos limitará en cuanto a ritmo o prestaciones pero no vamos precisamente para hacer tiempos sino para rodar y aprender cómo esta, realmente, la herm-Ossa... Además, ¡¡sobra decirlo!!, ¡totalmente prohibido besar el suelo!

Llegamos al hotelito pronto, solo hemos hecho ¡¡una parada!! por el camino (¿qué hubiera pasado si viene el peligroso Tábano?) y después de un pequeño susto debido a que se encendió en el cuadro la palabra "HIGH" del aceite de la furgo (debe haber exceso). La luz se enciende y se apaga, sobre todo cuando hay un radar fijo, ¡¡!!, más risas... Pues nada, hotel Castilla una vez más, subimos, colocamos los trastos y vamos al Carrefour para comprar la cena... como de costumbre, sin querer, la armamos en el centro comercial de turno, esta vez por el jamón de muestra (poco quedó ante la atónita mirada de algunos ciudadanos, no estaba el que custodiaba la pata). Descubrimos unos cuantos melones y, obviamente, cierto pelirrojo tira pa'llá (Julito) jaleado por nosotros mientras hacemos alguna foto curiosa... no muy lejos de los melones, Roska que viene con mucha energia de Qatar, se queda en la zona de los jamones y nos dice que va a pillar uno, ¡hala, con dos cojones!, como se nota donde hay clase... Compramos algunas latas, algo de pan y unas botellitas... serán para ellos, yo paso de beber antes de rodar, aunque sea un paquete tengo mis costumbres, quiero tener activas todas mis escasas neuronas.

La vuelta al hotel es un puto caos y, os aseguro, sin exagerar, que recorrimos la bonita ciudad manchega un par de veces como minimo.. cuando preguntábamos la cagábamos, y como el tom-tom va a su bola pues eso, que casi llegamos a La Roda o a Murcia... Cerca de las once llegamos al hotel para subir todo lo que hay que subir mientras se guarda la furgo en el parking. Preparamos la cenita: Antonio y yo nos ponemos a cortar el jamón en el lavabo del baño, la peste a cerdo empieza a saturar el ambiente, quizá la señora de la limpieza, al día siguiente, se pregunte quien o qué ha dormido en esa habitación... Abrimos una de mejillones y Julito se encarga del "fue" y el pan... Tyto saca también su navaja, muy apropiado en estas tierras, mientras bebemos un fenomenal vino que ha traido mi compadre, ¡¡incluso hay 103!! pero el brandy está reservado para el chofer de la aventura.

Salimos de marcha solo un par de horas. Es divertido, hace un frio que pela pero las chicas van super arregladas, la mayoria con minifaldas, en auténticas manadas, sin tios, todo un espectaculo... y una tentación, tenemos que agarrar a algún "viudo" en algún arrebato... pero también hay risas con algunas de ellas, buen rollo, sanote. Con las camareras, que tienen mas curvas que una guitarra española, un poco más de lo mismo pero se corta el buen rollo cuando nos ofrecen gratis unos chupitos con un contenido de color azul que no nos quieren decir qué es... ni oliendo tenemos una pista, insistimos y se ponen "farrucas"... les comentamos educadamente que al menos nos lo cambien por otra cosa, quizá unos tequilas pero dicen que nones.. pues nada, nones, nosotros pasamos de meternos veneno al cuerpo. Antes de irnos Tyto que es el tio más educado y simpático del mundo hasta que deja de serlo, alinea los chupitos de color azul y se los devuelve a la más borde, indicándola que se los beba ella o sus amigas del otro lado de la barra. Luego sale el tema de Badoo y las últimas experiencias de algunos sin pareja...., madre mia, qué risas, cierto veterano alucina con este asunto, nos partimos de risa en la calle mientras preguntamos a algunas chicas si saben algo del tema, ja,ja.. como dice Roska vivimos en unos tiempos demasiado poco románticos para el gusto de algunos clásicos, eso de quedar para f**** sin más, no sé, no nos cuadra pero, bueno, la vida sigue. Entre el Badoo y el "Wanadoo" (como dice Julito) ya tenemos otra coña que dura otra hora larga ya en el hotel... algunos conectados a la citada web, ja,ja.... yo me voy a domir pensando en la herm-Ossa y en cómo aprovechar bien el domingo... (aunque suene a frase de libro). Julito y Roska comparten cama... ¿os lo he dicho? al final son camas de matrimonio, joderrrrr, ¡que fallo!, vaya tela...  De Tyto solo puedo contar cosas buenas, el tio se lo curró de lo lindo los dos días, aqui una bonita foto en su honor, ¡gracias máquina!


Domingo... Llegamos no muy pronto, el frio pela las orejas pero sale el sol, el día se va abriendo, y ni una chispa de viento... Ya están todos alli, en la primera tanda, saludamos a Paco y a los demás veteranos de Moclava, casi todos re-desayunando, ja,ja, qué grandes: Juan, Angel y Alberto Verduras. Descargamos rapidamente la furgo y parecemos un equipo de verdad, cada uno a su tema, enseguida engrasamos y montamos los carenados mientras intentamos ordenar el box que tenemos para nosotros solos (me prestan una silla, fallo nuestro olvidarnos de ellas). Miro a nuestros vecinos y descubro a algunos pilotos punteros de La Bañeza y del Cto. de España..., madre mia, esta gente además de tener buenas manos llevan unos pepinos dignos de estudio. Hacemos la mezcla y salgo... el día es estupendo para rodar, no hay excusa en ese sentido. Salimos pero enseguida noto que la moto no va fina... en el polígono no podia estirar mucho, aqui obviamente sí. La moto "corta" pronto. Entre el desarrollo y la carburación el ritmo es lento, mediocre. (No me creo que, luego, hagamos vueltas en 2.04-2.06, me parecen tiempos muy optimistas, tampoco me preocupa mucho la verdad). Eso sí, el freno delantero (de serie) no se corresponde con el motor que llevamos pero en esta pista no hace falta usarlo mucho, salvo para tres curvas, sobre todo en el garrote. Al final de recta, por primera vez en mi vida alli, apenas rozo la leva, mientras no dejo de quitar dos dedos sobre el embrague (aunque la mezcla es conservadora, al 3%, para evitar sustos)... un embrague que iba duro y que tuvimos que engrasar, por cierto. Habria que abrilo para echar un vistazo.

La media hora pasa rápido y debido a la temperatura ambiente no se caliente mucho el motor (nada que ver con lo del verano pasado). En la siguiente tanda sale Roska, ¡qué estampa!.... le digo que si me la gripa me quedo con su furgoneta, je,je... Luego ya me quedo más tranquilo cuando me confirma sensaciones parecidas. Por cierto, hartos de empujar (solo en frio), usamos esta vez uno de esos arrancadores que tiene tanta gente (son radiales adaptadas como arrancadores) y descubro, cerca, a "Comandante". Le hago un tercer grado y me pasa mogollón de datos que desconocia sobre el motor, sobre todo para una carburación optima, todo queda apuntado en mi libreta verde. Llegan varios amigos (¡Juan!, y luego ¡nuestra Yoli!) y nos hacen la mañana más alegre y soleada. Echo de menos a mi Laura sobre todo, pero los examenes son lo primero.

La Ossita en las sucesivas tandas va mejor, más alegre, más rápida, debe ser que le hemos quitado un poco la carbonilla je,je, la bujía siempre sale pelin grasa, como era de esperar, bueno, no pasa nada, aunque en las rectas nos adelanta hasta el apuntador (curiosamente, entre otras, metemos rueda a una Kawa tuneada y a una Honda Bol d'Or preciosa; no me lo explico, irán de paseo, seguro). Muchas clásicas parecen volar, sobre todo la de los punteros, nos pasan en recta, sin exagerar, como si fueran una 600 moderna, es realmente increíble....y jode mucho pero toca sufrir... Paco me vuelve a avisar que esa gente aparte de ser buenos pilotos gastan muchos miles de euros en esos motores... cada poco tiempo... , ya, ya, que me olvide de pillarles el rebufo (por ejemplo), lo tenemos asumido... en algunas curvas los aguanto un poco pero en cuanto hay zonas rápidas, sobre todo saliendo de las curvas, desaparecen casi de mi vista... por ejemplo, saliendo de la curva de la cafeteria se piran como cohetes... De haber llevado una cámara de esas sobre el depósito hubiéramos alucinado luego al verlo detenidamente. En fin, no insisto que parece una excusa, ja,ja

Llega la hora de comer, de parada obligatoria. Más risas mientras probamos lo que queda de jamón... La mala noticia del día es que Juan, nuestro amigo veterano, en lugar de hacerse un recto en una curva después de entrar muy pasado se calza una buena..., se rompe una tibia (aunque hay otra versión: que gripó y salio por orejas)... el caso que se lo llevan directo al hospital de Albacete... "Comandante" también gripa su propia Ossa a final de recta, se enfada de lo lindo porque también va con desarrollos cortos. Coincidimos en el baño, de pie, reconoce que ha sido culpa suyo apurar tanto el motor en la recta.. suerte que trincó rápido el embrague y no salió volando...

Os podia contar más detalles, y enumerar los tesoros de dos ruedas que pudimos ver y sentir en pista, por ejemplo, varias Yamaha TZ, una preciosa Bimota SB1 (motor Suzuki) , Gilera, Suzuki RGV, Ducati, Honda, etc, aparte de todo el material nacional típico en clásicas: preciosas Bultaco, Impala, Ossa, etc, es decir, un curioso puré heterogeneo de marcas y modelos. Solo resta añadir que en una tanda de la tarde perdimos en marcha el tapón del tanque (andaba algo flojo, la verdad, iba a presión, no a rosca) en una de las curvas de la parte final de la pista. Para salir en la siguiente tanda, se solucionó con la boca de una botella de agua y cinta de embalar (by Julito), pero algo habrá que hacer para el futuro...


Resumen, temitas que confirmamos hace falta currarse... Por un lado, hacer la horquilla (ya nos avisó el vendedor), el aceite debe ser ¿café?, y de máquina.... además pierde por un retén, a saber como está todo lo demás dentro... en curvas rápidas se mueve que da gusto y en algunas incluso intenta cerrarse la dirección (falta también el amortiguador de dirección que llevaba)... Por otro lado, mejorar el freno delantero actual, algo factible y barato (cambiarlo por uno de verdad, de tambor, cuesta muchos euros, a partir de pufff.. ¿500?.. aún así, buscaremos algún doble leva de 180mm de diámetro). Se venden muchos grimeca (y otros de Honda) pero su precio es totalmente desorbitado, nada, están fuera de cualquier posibilidad.

Aparte de todo eso, falta carburarla, jugar con otros desarrollos y, en mi caso, perder más peso. Algún experto me dice que se puede perder un CV de potencia por cada cinco kilos de más del pilotillo... sí, a mi no me tienen que lastrar... Por fortuna, una preocupación menos: las cubiertas se han portado, delante Avon, detrás Bridgestone. Es increible lo bien que van, sus medidas son casi de risa para los estándares de ahora pero suficientes para la moto que hacen rodar.

Nos vamos para casa justo cuando la temperatura ambiente comienza a descender. El sol en unas horas se ocultará. Es inevitable mezclar deseos con realidad en nuestros pensamientos. La cosa está apurada. Para empezar, tendremos un buen follón para mover la Ossa de prueba en prueba, tocará alquilar furgo o algo asi, porque no tenemos bola y tampoco carro, y no podemos depender y molestar continuamente a los amigos. Pequeñas complicaciones que ya sabiamos surgirian, asi es la vida, el que algo quiere algo le cuesta. No me voy a quejar, solo ya la foto de arriba demuestra que no estamos solos. La próxima cita es el 5 de mayo en Castellón, intentaremos acudir a esa exhibición para ir haciendo kilómetros y, con un poco de suerte, acudir a la carrerita de Gandía a principios de junio.

Por último, agradecer nuevamente su ayuda al "equipo A" que se lo curró de lo lindo por simple amor al deporte y a los amigos que os habéis interesado antes y después de esa cita del día 7.... curioso, parece que ese número me persigue. Y gracias especiales también para nuestro Paco Motos, el infatigable amigo, piloto y organizador de estas tandas... por todo lo habitual y por algo más que solo sabe él y que no vamos a desvelar aqui...
Vs

Criaturas del Tiempo y del Espacio


Hace escasos días se cumplieron diez años del óbito de Barry Sheene, el piloto que parecía tener más vidas que un gato, mi ídolo y un tipo querido por millones de motoristas. Un cáncer sin piedad se lo llevo un diez de marzo. Parecía increíble, "hasta Barry Sheene murió, ahora ya me creo que todos terminaremos muriéndonos" dijo el gran Dennis Noyes. Pues sí, después de eso, todo era posible. Vivió y corrió muchas carreras pero se fue joven al final. Eso sí, nos dejó un impresionante legado, simbolizado quizá en su inmortal número siete. No solo dos campeonatos del mundo en 500, uno de 750 y varios subcampeonatos. Su actitud ante la vida y su coraje siempre me emocionaron. No fue el único piloto que nos emocionó pero sin duda las historias que me contaba mi padre de él, su particular carisma y verle correr en el Jarama a finales de los setenta fueron determinantes. En el verano de 1982, después de su terrible accidente en Silverstone, su leyenda se hizo aún más grande: sobrevivió al impacto y las radiografias de sus dos maltrechas piernas llenas de clavos y hierros dieron la vuelta al mundo. Algunos le daban por retirado... pero volvió a correr en 500 durante dos temporadas más. Recuerdo su cara en alguna de las fotografías, en la cama del hospital,  cubierto de yeso, fumando... y sonriendo, como siempre. Ese fue uno de sus mensajes favoritos: al mal tiempo buena cara, luchar y disfrutar hasta el final. La sonrisa eterna. Y no precisamente porque no viviera sinsabores a lo largo de su vida...

Pero no vamos a recordar penas hoy. Os voy a contar una anécdota que sucedió en nuestro querido Jarama, en uno de los GP de España de finales de los setenta. La protagonizaron mi amigo el Mudo, su madre, Carmencita y Barry (que chapurreaba el español). El diálogo fue así:

 -Pero hijo -preguntó con ternura Carmencita, nuestra mami favorita de los moteros- ¿qué hueso del cuerpo no tienes roto?
-Todos menos uno.. -contestó afable y en español Barry, apoyado en el suelo del box- ...¡pero no es hueso!
(Risas generalizadas)


Barry forever! Esos buenos tiempos pasaron, solo podemos rememorarlos de vez en cuando. El 2003 fue un año dramático para todos los amantes de las dos ruedas. También se fue prematuramente el joven héroe del TT, David Jeffries, cuyo mensaje en su epitafio resume perfectamente su actitud ante la vida y el sentir de, quizá, una inmensa mayoría de aventureros. También perdimos al admirado Katoh, el piloto destinado, por Honda y por sus incondicionales, a ser el primer nipón campeón del mundo de la categoria reina.


Mala temporada aquella de hace diez años... pero el tiempo es una flecha que no podemos detener. Los días pasan y cada temporada somos, obviamente, menos "competitivos", al menos en cuanto al "chasis". Parece inevitable sentir que el tiempo no corre, vuela. Parece inevitable sentir que somos criaturas del Tiempo y del Espacio. Van unidos pero muestran caras diferentes. El Espacio es la cinta en la que se mueve nuestra pasión. Es ese territorio que nos gusta conquistar siguiendo el afán de libertad y lucha que vivimos cada vez que olvidamos las demás dimensiones y rodamos en moto. El Tiempo es el contexto que nos envuelve, que nos mide, el que permitirá hacer balance al final. Si fuera infinito, si fueramos inmortales, si no pudieramos perder la vida cultivando nuestra pasión muchas de nuestras acciones tendrian escaso mérito, menos significado. Seria algo demasiado fácil y el universo no funciona así. Todo tiene un por qué. De nosotros depende cómo lo aprovechemos... por eso tenemos que VIVIR cada día porque cada jornada perdida no se recupera. Y pienso que no es solo cuestión de hacer muchas cosas, sino de portarse bien, de mirar sin ira, de no devolver siempre golpe por golpe, de intentar transitar y salir de este mundo con algo de clase y con la conciencia tranquila sabiendo que luchaste por ti y por los tuyos, intentando ser fiel a ti mismo y a tus convicciones. No siempre lo logramos, por supuesto, pero tenemos que buscar ese objetivo.

Uno de los pocos idolos de verdad que me quedan cerca, y vivo, es mi padre. Muchos lo conocéis. Intento no hablar demasiado de él, evitar ser pesado, pero hay momentos en que reflexiono sobre todo lo que ha vivido y pienso cuantos libritos podrias llenar con sus páginas vitales. Actualmente estoy terminando de pasar a Word un pequeño escrito de anécdotas y recuerdos que redacto en su Olivetti hace unos años, como "herencia" para sus nietos y amigos. Apenas recopila unas cuantas docenas de vivencias pero da gusto leerlo y observar las fotos. Recorre aventuras, carreras y viajes desde la década de los sesenta hasta los primeros años de este nuevo milenio. Menuda vida llena de experiencias. Cuando lo pienso, sinceramente, me cuesta hacerme una idea exacta. Vivió de cerca (como tantos) una trágica posguerra, vivió a pie de calle la fundación de marcas como Montesa, luego Bultaco... vió en el Retiro, y en otros circuitos urbanos, a grandes pilotos nacionales y extranjeros como SurteesTorras, Herrero, los hermanos Sirera, Cañellas, Busquets, Medrano, Bandilora, Hailwood, Pasolini, Bergamonti, Read, Taveri, Grace, Redman...

En los setenta, cuando dejó de correr, vivió el ocaso de la industria nacional, la emoción de los primeros motoclubs, las aventuras de los primeros viajes internacionales, el ambiente de esas jovenes concentraciones... Su Ossa fue la primera moto en la que fui de paquete, tan pequeño que solo me acuerdo de una ocasión, caia tanta agua que tuvo que dejarla en un garaje de Carabanchel, el que seria nuestro futuro barrio. Llegaron los años 80 y me enseñó a montar en moto justo antes de mi octavo cumpleaños. Me llevaba de paquete en su Vespa 160 o en su Guzzi, camino a Montjuic o a Andorra. Subimos juntos muchas veces a la caseta del monte Abantos, hice de pinche incontables tardes y mañanas en su garaje o en algún taller desmontando todas nuestras motos, una y otra vez, mientras ibamos con sus amigos a algunos Grandes Premios y a docenas de carreras urbanas. Intentamos ser piloto de motocross pero la aventurilla duró pocos años. Jamás me contó trolas. Al pan pan y al vino vino. No habia dinero para más fiestas, habia que aceptarlo. Salimos de ruta con mi Ducatilla y empecé a disfrutar de mis primeras concentraciones también como conductor. Esa década para mi fue mágica. Crecí entre gente asombrosa cuyo corazón y hazañas casi anónimas eran realmente asombrosas. No puedo explicarlo de otra manera. Pero no voy a aburriros más...

Ha dado la ¿casualidad? que termine este post el día 19 de marzo, el día del padre. Tenia pensado publicar este pequeño texto que preparó el mío, hace un par de años, sobre la década de los setenta y el inexorable paso del tiempo. Sirva ahora su publicación como sincero homenaje hacia él, mi héroe favorito de carne y uso, Luis Fernández Sainz, el que me hizo las orejas (¡junto a la mamá!) y el que me enseño tantas cosas que, torpemente, intento replicar en mi vida desde niño. ¡Gracias maestro!


"Un viejo amigo de juventud, Gustavo Cuervo, me pidió que contara para su libro, brevemente, mis vivencias motociclistas de la década de los setenta.

Aquella década se caracterizó por la convulsiva transformación política y social que sacudió este país y del que no fue ajeno el motociclismo. Este pasó de ser un medio de transporte eficaz y económico a icono de libertad y esparcimiento.

Nacieron nuevas formas de entender y practicar el motociclismo. Quizá la más significativa sin duda fue la creación de la reuniones y concentraciones motociclistas, encuentros entre motoristas de distintos lugares a fin de compartir experiencias y anécdotas en franca camaradería durante horas.

Cualquier excusa era válida para partir rumbo a Pons de Suert, Arguis, Andorra e incluso cruzar los Pirineos por el exigente puerto de Somport camino de Olorón St. Marie. Incluso me animé a viajar hasta Paris con mi OSSA 230 en el año 1973.

La proliferación de eventos propició la creación de peñas y motoclubs ruteros, como por ejemplo, el Pole Position, M.C. Pirineos, M.C. Turismo MCT o la Escudería Los Hierros. Así como el nacimiento de una solidaridad motociclista que aún perdura a pesar de los años trascurridos.

Entre mis muchos recuerdos puedo destacar, por ejemplo, la concentración de Andorra de 1974; fiestón de moteros y gamberretes, calle arriba, calle abajo, atronando y provocando una situación de "ciudad tomada" que todavía pervive en la memoria de los que la vivieron. Eventos como este nos enseñó la gran diferencia que, en esos años, había entre los motociclistas españoles y los europeos, concretamente los franceses. Allí acudíamos los españolitos con nuestra motos de dos tiempos frente las primeras tetracilindricas japonesas o italianas (frágiles Ducatis, Benellis o Laverdas…) pero compartiendo un mismo sentimiento y una misma pasión. Viajar hasta Francia era lo más cercano a vivir (y sufrir) toda una aventura. Rara era la ocasión en que nuestros viajes no eran salpicados por las consecuencias de aquellas frágiles mecánicas y duras carreteras pero, a diferencia de ahora, raro era ver a un motorista en la cuenta y no parar para echarle una mano. Fueron tantas ocasiones que ahora veo ridículo cuando a uno de nosotros parado en el arcén le sobrepasa otro y simplemente le toca el claxon. Nunca olvidaré el viaje a París o el lluvioso viaje a Nogaro con mi flamante Sanglas 500, con motivo del GP de Francia del 78 en compañía de un buen amigo de Zaragoza. Llovía tanto que llegamos muy tarde, sin posibilidad de encontrar una pensión con camas. El toldo de un restaurante cerrado nos sirvió de cobijo hasta que su dueño nos hizo señas para levantarnos de su puerta. A diferencia de lo que imaginábamos, el francés nos invito a su local, preparo varios pollos asados y nos dejó aparcar las motos en su garaje.


Dentro del mundo de la competición, a nivel internacional, la década comenzó con la triste desaparición del grandísimo Santiago Herrero en la isla de Man. Solo Angel Nieto y luego el gran Ricardo Tormo (junto al también malogrado Víctor Palomo) hicieron sonar nuestro himno en multitud de países del continental circus. Personalmente creo que fue una de las mejores décadas pues tuvimos la inmensa fortuna de ver en directo a nuevos héroes como Barry Sheene, Kenny Roberts o Christian Leon y saborear, todavía, el buen hacer de viejas leyendas como Agostini o Read. Si grandes fueron esos pilotos grandes fueron también ciertos trazados que quiero rememorar. Tuvimos la suerte de ver competiciones inimitables como las míticas 24 Horas de Montjuic o los primeros grandes premios celebrados en el glorioso Jarama como aquel en que Nieto perdió un título y gano otro en la misma jornada.



Tampoco quiero olvidar esas entrañables carreras en cuesta o de velocidad en circuitos urbanos como el de Cullera, La Linea o la del polígono de Guadalajara donde grandes maestros como Ricardo Tormo, Benjamín Grau o el mismo Nieto nos deleitaron con su maestría. Sin duda aquellos trazados presentaban sus limitaciones pero nunca volveremos a disfrutar de esa manera tan directa las carreras de motos.



Hoy, con el pelo blanco y algún achaque fruto de mi mala salud de hierro, puedo afirmar que en esa década trascurrieron los mejores años de mi vida motociclista.

Luis Fernández."

Feliz día del padre, papi!!!



GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...