Precioso rally Xtreme Challenge por Extramadura, gasss!!

Sí, tengo abandonado un poco el blog, se termina por fin el maldito verano y todavía no he llegado ni al inicio de la primavera. Todavía me pregunto, ¿tuvimos esta estación este año? honestamente, al menos por aquí la primavera fue breve, casi fugaz. Afortunadamente, cuando llegó marzo refrescaba todavía un poco, temperaturas agradables para riders y motores, y durante ese mes participamos en un rally conocido, casi de moda, el denominado Xtreme Challenge. Esta prueba se celebra en distintas fechas por diferentes ubicaciones del país. Un par de meses antes, más o menos, hablando con David "el primo", comentamos que se habían abierto ya las inscripciones..., lo tuvimos claro y nos decidimos enseguida a participar. Teníamos ganas de darnos una buena "paliza", ahora que por fin él vuelve a tener moto con matrícula y nos lo podemos permitir. Y allá fuimos un viernes, hasta Mérida, a mitad de marzo.

Para no chuparnos tanta autovía fuimos un buen tramo desde la zona Oeste hacia el valle del Tiétar para ya enganchar con la maldita autovía cerca de Talavera de la Reina. David y Tere en su fabulosa Fazer 1000, yo obviamente en mi ligera XSR, partiendo juntos desde el mesón del Puerto, antes de Pelayos de la Presa, para empezar la ruta con energía. Ibamos vestidos de cordura pero no esperábamos ni fríos polares ni lluvias, aunque sí un rally lleno de curvas, paisajes bellos y momentazos. La verdad, ¡acertamos! 

Antes de dejar los pertrechos en el hostal de la preciosa ciudad monumental, nos acercamos al punto de salida del rally, a las afueras de Mérida, junto a una gasolinera y varios concesionarios de motos. Enseguida percibimos el ambientazo que reinaba allí: carpas de diferentes marcas, donde se podían probar modelos y novedades, música marchosa, puestos de bebidas, risas flotando en el ambiente, gente simpática de la organización (nos hicieron hasta una entrevista), recogida de dorsales, etc, en fin, un buen mogollón de gente y motocicletas... Se notaba que el evento estaba bien organizado. Gente desde luego no faltaba. Había motos para parar un tren, o dos. De todo tipo, por supuesto, muchas trails asfálticas, claro, si no tienes una es complicado que puedas viajar en moto (risas por favor).

Me sorprendió (nos sorprendió, creo poder afirmar) el fabuloso recorrido de las cuatro etapas que desarrollaríamos a lo largo de muchas horas (habíamos elegido el rally largo). Algo intuíamos pero de madrugada todavía no lo sabíamos. Madrugamos un montón pero todo estaba bastante bien organizado. De noche todavía, y después de los desayunos correspondientes, salimos "a la aventura" en grupos de unas veinte motos aproximadamente. Como éramos tantos participantes los grupos eran numerosos y salíamos con cierto margen de tiempo para no colapsar las carreteras, aunque a esas horas estaban practicamente desiertas.

Comenzamos la ruta de la jornada de noche, a un ritmo comedido junto a otros participantes mientras nos alejábamos de Mérida hacia latitudes más "ausentes", dirección Puebla de la Reina, Valle de la Serena, etc, con una temperatura, digamos, agradable y sin viento. En una larga recta nos pasó una de las nueva Multistrada V4 (de esas que ya no son Desmo) y su baúl se abrió en marcha dejando muchos obsequios por el lugar. En un Stop le avisaron y se dio la vuelta. Confieso que no me dio mucha pena, el dueño de la Ducati minutos antes había sido el único que había despertado a los vecinos de una aldea con sus acelerones en vacío y lindezas varias...  algún autóctono despertó alarmado y cagándose en los motoristas, normal...


Las etapas para nuestra modalidad de rally PRO (solo había otro más largo, ULTRA) eran cuatro, ofrecidas en formato digital y en papel, en este último caso mucho más resumidas, claro, al estilo de un "roadbook" breve pero pintón. David enseguida se ofreció a usar el track digital lo que significaría que ellos irían delante, perfecto. Ya que el iba cargado con pasajero y su moto es más pesada, prefería que fuera marcando el ritmo. Eso sí, acelerando seguro que me metería algún buen "churro" porque, sí, íbamos a salir ligeritos si las condiciones del tráfico y el asfalto nos los permitían, cosa que pasó casi siempre, por fortuna.

La primera etapa fue muy divertida, por comarcales interesantes y desiertas, zonas anchas y despejadas, como he dicho antes a través de Puebla de la Reina, Campanario, embalse de la Serena, finalizando en lo alto de un cerro del pueblo Puebla de Alcocer, junto a su castillo, un lugar pintoresco y bien visible (la foto está más arriba). Desde luego la organización acertó con estos detalles. Paramos un rato pero sin tomar nada, ya serian las 8 y media de la mañana o algo más, con una temperatura perfecta. Vi tantas motos que me resultaba chocante que no hubiéramos colapsado algún tramo o algún pueblo...


La segunda etapa fue más ratonera y los colores de las dehesas, pantanos y colinas empezaron a maravillarme de verdad. Nos encontramos con numerosas motos, casi siempre las adelantábamos, sin querer casi, aunque a nosotros, obviamente, también nos pasaban algunos figuras que iban a fuego. Al final no paramos apenas para hacer fotos de los paisajes y los tramos, como deseaba yo en principio pero David iba delante todo el tiempo, siguiendo el track de la prueba, y no era menester preocuparle si miraba por su retrovisor y no me veía... además, la ruta era muy agradable y no daban demasiadas ganas de parar. En esa etapa cruzamos varias comarcas y localidades como Sancti-Spiritus, Capilla, Chillón, Siruela, Puerto Peña, terminando la misma en la famosa localidad de Valdecaballeros (la recordaba por su central nuclear) donde paramos la mayoría a comer y descansar un par de horas casi, después de disfrutar, otra vez, de unos paisajes agrestes hermosos y una temperatura contenida muy agradable.

Después de comer, y haber encontrado por fin una gasolinera (literalmente "en el Quinto Pino") seguimos ruta por la etapa 3, dirección la zona de Guadalupe (nuestra querida zona racing extremeña), La Calera, y luego hacia el Pico Villuercas (y su base militar), una de las pocas montañas de Extremadura que puedes llamar con razón "montaña"... La ascensión fue muy agradable aunque el tiempo se estropeó un poco. Según íbamos subiendo a aquel pico que yo desconocía, veía bajar algunas motos, junto a algunos automóviles, mientras pensaba porqué la ascensión era solo "opcional" según la organización. Llegamos al pico, paramos por fin y no hacia calor precisamente. Había poco hueco para dejar las motos pero mereció la pena disfrutar de las vistas, ¡las más altas del día!


Cual fue nuestra sorpresa cuando, para descender, el track nos marcaba por otra alternativa: un camino estrecho de hormigón con mucha pendiente. Dudamos pero vimos a más participantes internarse por allí y el efecto "llamada" hizo lo demás. Curiosa bajada para usar y abusar del freno trasero. Con paciencia y gestionando muchas curvas cerradas por fin llegamos a la CC-97 hacia Cañamero, iniciándose una zona de curvas realmente preciosa, donde apretamos un poquito y disfrutamos del "rally" en su vertiente, quizá, más deportiva. Los neumáticos estaban tan calentitos después de unos trescientos kilómetros largos ya que parecía que íbamos sobre raíles, a pesar de los baches, suciedad y desniveles inesperados que a veces nos encontrábamos, hasta llegar al final de aquella etapa en Logrosán.

La cuarta etapa nos llevaría a meta pero hubo otro control sorpresa antes, en alguna parte que pudimos verlo y disfrutar de otra breve parada. Ya empezaba a ocultarse el sol lentamente cuando pasábamos por Garziaz, Ibahernando, Montanchez, etc, admirando a un rider (de la zona me contaron luego) que con su modesta pero preciosa Africa Twin de los 90 nos pasó a todos en un tramo muy técnico y revirado, a nosotros y a las Rs que llevábamos delante. Fue muy bonito verlo y disfrutarlo. Pensé en apretar e intentar seguirle pero no quería dejar a mis querida pareja compañera de ruta atrás. Enseguida paramos además, última parada, en un bar motero muy chulo donde, inesperadamente, su dueño me invitó al café con leche que le pedí. Parecía que quedaban ya apenas sesenta kilómetros para llegar al punto de salida, eran cerca de las seis y media de la tarde pero aquel ultimo tirón iba a ser más largo de lo que imaginaba, incluyendo algún tramo ya por autovía donde a David, en algún momento, le apeteció estrujar el motor de su Fazer de litro, despegándose de mi sin remedio en la lejanía... 

Con ganas de cenar algo, llegamos a meta, el mismo punto de salida de aquella madrugada. Ahora serian las 7 y media de la tarde o de la noche. Estábamos contentos, y casi risueños, buen balance, ruedas redonditas y un pastón gastado en gasolina... mejor no pensarlo... Hubo muchas mas anécdotas a lo largo del día pero sería infinita esta pequeña crónica si contara la mayoría... Luego haríamos cálculos y nos salieron un porrón de kilómetros para aquel día, 620 concretamente.

Posiblemente repitamos otro rally XTREME, están bien organizados y los tramos están bien estudiados, no están puestos a boleo. Me alegré mucho por haber, por fin, participado en uno de ellos y más en este de Extremadura, una tierra hermosa y llena de posibilidades para el motociclista, algo que no siempre está tan presente en nuestras mentes, acostumbrados más a hablar y pensar quizá en otras zonas más populares de nuestro país. Una ducha y visita nocturna a la precisa ciudad romana. Al día siguiente me tocaba volver a casa prontito, y por autovía casi todo el rato, mientras mi mente recordaba lo vivido el día anterior y cerraba el "informe" diciéndome... ¡volveremos!


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...