Siempre llega la primavera... que la sangre...

Aunque cada año parece más corta, mi estación favorita al final llega, se posa y nos regala algunas semanas de tiempo apacible, paisajes hermosos y "sangre alterada", como indicaba aquel viejo dicho basado en la ciencia (en esa estación, debido al aumento de horas de luz, nuestro cuerpo cambia y estimula la producción de la hormona de la felicidad, la serotonina, entre otras). Lástima que la gasolina esté por las nubes, ¡ladrones!

En febrero pensamos en alguna escapada cercana. Recordé rápido una cita inusual: suelo perderme cada año el festival del motor Legends que celebran en el circuito Ricardo Tormo a principios de marzo. Esta vez me propuse acudir como fuera. Enseguida pensé en alguien importante, un gran amigo que como yo, siente muy dentro las viejas competiciones, incluyendo el viejo Mundial, sus máquinas y sus pilotos: Juan. Así que planeamos y acordamos vernos el viernes previo al evento en Albacete para el sábado por la mañana ir juntos a esa fiesta donde veríamos viejos grandes pilotos y míticas joyas, incluyendo las bellas Cagiva 500 y la legendaria Ossa (la auténtica) monocasco de Santiago Herrero. En esta ocasión (bueno, como en otras) asistida con maestría por el gran Freddy Sanjuan. La arrancarían y el fundador de Solo Moto (ya sabéis quién, verdad) incluso daría alguna vuelta al circuito con ella, ¡cómo para perderse la ocasión! Vale, todavía no era primavera pero casi, casi, y la sangre lo sabía (risas).

Después de una preciosa velada en la capital manchega, con Juan y su mágica hermana Carmen, de escuchar buena música con aquella excelente compañía, todo aderezado por buenas risas (fundamental para estar vivo), arrancamos con ganas por la mañana, después de un sabrosón desayuno, directos a la localidad de Cheste y su fabuloso circuito. Mencionar que el tramo Albacete-Requena es magnífico, ideal para rodar en moto por él, ¡¡menudas curvas!!, tomé nota y me lo dejé en "asuntos pendientes". Sí, en aquel sábado circulábamos en coches por motivos que no vienen al caso. Aparte de las motocicletas míticas que seriamos testigos de ver sabía que habia más alicientes: estarían varios amigos nuestros como Paco Motos o Gregg, por no hablar de Manu Varea y su familia, ¡el sábado se presentaba de diez! 

Empezamos fuertes, viendo varias motos míticas de la época del Criterium, pues esa era una de las partes más apetecibles del evento: recordar y escuchar los pequeños pero rabiosos motores de agujeros de aquellas Honda MBX, Derbi o Rieju, ¿os acordáis? En esos primeros minutos las vimos dentro de los boxes, en perfecto orden de revista, incluyendo las famosas de Checa y Crivillé.


Poco más tarde, tocó salir al pit lane aunque estaba medio prohibido. No importaba, era un día especial, teníamos que ver, escuchar y tocar las legendarias Cagiva 500 de la etapa de los años 90, las de Kocinski y Chandler para ser más exactos. Juan y yo las vimos rodar en su día en varios GPs (como el del Jarama 93, por ejemplo) pero verlas tan cercas, tocarlas, admirar sus angulosas líneas, sus preciosas proporciones y, más tarde, escuchar su rugido es difícil de describir. En tamaño no parecen muy grandes, pero rezuman belleza, potencia y competición por todos sus poros. Ganas nos daban de montarnos... Si me lo hubieran propuesto no hubiera dicho "no"...


Al final a alguna unidad le costó arrancar. Gracias a Sergio Fuertes (otro grande), delante de nuestras narices pudieron solucionar el problema y el motor bramó poderoso, regalando viejos efluvios de otros tiempos, para admiración y emoción de los presentes, antes de deleitarnos con varias vueltas a la pista valenciana. Pero, obviamente, no estaban solas, buscamos rapidamente la Ossa de Santi y Esteban Oliveras, esta vez sin carenado, decisión que fue criticada por algunos. Su actual propietario contestó más tarde que quería que se viera su fabuloso y adelantando (para su época) chasis monocasco de magnesio y que pudiéramos ver todos, también, su compacto y poderoso motor monocilíndrico con admisión por válvula rotativa, el corazón con el que se enfrentó nuestro bravo campeón a monturas mucho más potentes (Yamahas y Benellis, principalmente). No seré yo quién discutiera la decisión. Cierto que con carenado queda más armónica y compacta, más bella en mi opinión, pero poder ver tan hermosas tripas tampoco se consigue habitualmente. Aqui Juan con ella, demostrando que las leyendas terminan juntándose en ocasiones...


Cuando Jaime Alguersuari se puso su casco y arrancaron la Ossa la expectación llegó al máximo. Algunos corazones bombeaban fuertes, delicados pero llenos de emoción. ¡No todos los días se podía ser testigo de algo así! Suerte la que tuvimos los allí presentes, en pleno pit lane, algo casi inédito para los tiempos modernos. Antes de subirse a ella, Jaime nos señaló durante un momento con su dedo y nos dijo que éramos los "Ultimos de Filipinas", como el grupo de seguidores que tiene en Instagram. Quizá sea así, o quizá no, me han llamado tantas cosas en mi vida que no lo tengo claro pero sí tengo claro el sentimiento y la identidad que quería trasmitir con aquel comentario. Así es, maestro, ¡los últimos de los 2T, de la grasa, del empujón para arrancar, de los que ayudaban al rival en alguna ocasión, de las motos sin electrónica, cosas así, anacrónicas, pasadas de moda! Somos ya de otro mundo... una especie de zombies inteligentes que se niegan a morir en el mundo moderno. Bien.

Y si algo le tocaba cercano a Juan fue que su gran amigo Enrique Molina, viejo y gran piloto del Criterium, también iba a rodar con su antigua y preciosa Derbi. Había sido convocado junto a los Crivillé, Alzamora, Toni Vega o Carlos Checa, ¡casi nada! Estuvimos con él y su encantadora mujer casi toda la mañana, disfrutando del momento. Bonita foto la que les tomé:


Mis breves palabras con Carlos Lavado y su bella Yamaha (con ella se podía hablar un poco también, sí) en pleno Pit también fueron dignas de destacar. Le pregunté, algo guasón, si tenía ganas de salir a rodar (no hacía mucho calor precisamente) y me contestó divertido que no mucho, pero que... ¡no se lo contara a nadie! (Upsssss, perdón, Pana, ya lo saben algunos, no creo que te importe a estas alturas, je, je...)


Más tarde nos vimos con Paco Motos que me presentó al hermano de mi ídolo Ricardo Tomo, Pascual. Que buen rato pasamos, qué gran sorpresa. ¡Qué enorme es Paco, el hombre-moto que siempre está ahí, bombeando pasión e historia motociclista! Si no existiera... ¡habría que inventarlo! Realmente, no me daba tiempo a asimilar tantas sensaciones en tan corto espacio de tiempo. Luego también nos vimos con Gregg que venía con el equipo de oldies, ¡otro gran encuentro! 

También fue muy agradable encontrarme con Toni Vega, todo un caballero y un pilotazo. Y para rematar, frente al escenario donde, más tarde, se reunió a aquella generación del Criterium (incluyendo a Alzamora, Crivi, Sete, Checa, etc, más el gran héroe de Mazarrón, Pedro Acosta y su rival madrileño, Alonso López) nos vimos, por fin, con Manu Varea y familia, ¡cuánto tiempo! Manu y yo teníamos ganas de vernos. Nos fundimos en un abrazo sincero y prometimos vernos un poco más a menudo en adelante. Cómo nos hubiera gustado verle rodar dentro de la pista aquel día, ¡hubiera sido de justicia que se enfundara el mono! Algunos ya sabéis que por palmarés, trayectoria y ganas es una figura de nuestra historia, poco conocido sin duda comparado con lo que merece pero parte fundamental del legado del Criterium y de los Campeonatos de España de la época.


Ya casi era la hora de comer pero eso era lo de menos. Aun así, para aguantar, compré una porción de pizza y me coloqué en una silla frente al escenario. Imaginaba que estaría de lujo escuchar a sus protagonistas. Sabia que también me estaría perdiendo más acción en la pista pero no podía dividirme... 

Y así fue. Muy bonitas y acertadas las palabras que, enseguida, desgranó con sentimiento y su habitual épica, el fundador de Solo Moto. Recordó (¡falta hace!) la figura de Santiago Herrero y alguna de sus gestas encima de la Ossa. La emoción le inundaba y a algunos puretas también se nos quedó la garganta un poco seca. Sin épica no hay vida real, así creo yo, cuando encuentras a gente que lo vive parecido o más que tú la vibración sube y se deja notar, ¡normal! Así somos para bien o para mal...


También me encantó escuchar a Alex Crivillé, ¡cómo no!, si fue y es uno de los pocos ídolos que me quedan en el mundo del noble arte del motociclismo. Comentó, aparte de recordar los comienzos,  cómo todavía se sorprende al sentirse tan querido y admirado por la gente, ¡han pasado tantos años desde su último título! Eres muy grande Alex, yo también me emocioné al escucharte, nuestros aplausos fueron sinceros y merecidos. ¡Y era tu cumpleaños!

Y ahora, como en otras ocasiones, quizá será mejor dejar de escribir y publicar algunas fotos de aquel magnífico día. Añadir solo que me faltó ver a Edu Ferralla y Victor Ortega (que andaban por allí, lástima) pero las prisas que tenía para volver a casa me impidieron permanecer más horas. 

Al final, hasta Aspar se montó en la Ossa de Santi. ¡Pocas veces se ven tantas leyendas juntas! ¡Vaya evento realmente interesante! Recomendable... ¡mucho! Al fin y al cabo, ver y recordar el pasado de estos figuras es rememorar y recordar nuestros viejos descubrimientos, nuestras emociones, el mundo que saboreamos de adolescentes y un poco más allá... cuando todo estaba un poco más claro y el factor humano era el predominante, sin lugar a dudas, ¡gracias campeones!








NO OLVIDEMOS NUESTRO PASADO, ¡SIN EL NO SE ENTIENDE NADA!

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...