La magia perdida...


El pasado 20 de diciembre asistí, en solitario, al último concierto de Rosendo en su ciudad, nuestro Madrid. El artísta de mi antiguo barrio, Carabanchel, después de toda una vida tocando decidió, meses atrás, que ya era hora de finalizar sus numerosas giras, de dejar la carretera. La edad, como nos dijo en el concierto, que no pasa en valde. Su honestidad como persona y la lealtad a su propias convicciones siempre nos han emocionado. Disfrutamos a tope de su actuación, tocó un montón de temas, algunos incluso de esos que hacia tiempo no escuchábamos. Volviendo al coche, aparcado cerca del "Pirulí", me di cuenta que una nueva carpeta del archivador "de toda la vida" se cerraba, seguramente para siempre. El tiempo vuela, casi todo lo que nos gusta o nos gustaba va consumiéndose, como nuestra vida, en una cuenta atrás de la que nadie se libra. Rosendo Mercado, pa siempre. Gracias por tantas satisfacciones, maestro. Y pa siempre, Leño. Con él nos criamos, crecimos, y pudimos cantar en castellano por la calle, en los garitos, en el coche o en la ducha. Los buenos legados permanecen, no se olvidan pero... vamos perdiendo otra porción de nuestra magia, del viejo elixir que tonificaba nuestro propio mundo dentro del mundo..


Nunca fue mi intención aburrir al personal o repetirme más que el ajo pero estoy seguro que, por desgracia, alguna vez lo he conseguido. Sucede también que hay sensaciones, noticias o acontecimientos que parece empujarnos a movernos en círculos, por lo que toca en ocasiones (sin abusar) repetirse, rememorar, anhelar...

Llevamos más de una década pensando, en ocasiones, aquello de que "los viejos tiempos eran mejores", sensación que genera y afecta más al corazón que a la cabeza. En mi caso, sé que antes de ese periodo rara vez pensaba eso aunque ya en esos días echabamos de menos cierta libertad que ya no teniamos, a pilotos que ya estaban retirados, a modelos de motos que ya no se vendian, a aquellos descampados dónde jugamos de niño y que ya, tampoco, existían... Claro, eras más joven, tenias media vida por delante, apenas acumulabas experiencias, ¡cómo ibas a decir algo así de nostálgico y "viejo"!.. pero yo creo que además habia razones objetivas para sentirse relativamente contentos. Los maravillosos, para muchos, años 90 eran días un poco más racionales, más humanos, teniamos mejor rollo, menos prisas, mejor afición, menos prohibiciones, más motos japonesas maravillosas, menos etiquetas, más agilidad mental y vial, menos postureo, menos radares en nuestras carreteras... La gente, además, no se ofendía tanto como ahora por escuchar opiniones diferentes... o eso recuerdo. No, no era "jauja", nadie daba duros a pesetas, no, eran tiempos duros... pero más humanos. O al menos así lo siento yo dentro de mi. Quizá los psicólogos y los sociólogos puedan explicar si es normal en nuestra genética evolucionar mentalmente así según cumplimos años o, simplemente, es causa directa de que cada vez el mundo va más rápido, está más clasificado, programado y sancionado... y nos cuesta más adaptarnos, entenderlo, disfrutarlo... no lo sé.


La movilidad, como seña de identidad de nuestra famosa libertad, es básica para entender si tiene sentido añorar o no los viejos tiempos. Hay más factores, claro, pero hoy querría detenerme en el. Comparativamente creo que hemos empeorado, y bastante. Da igual que tengamos muchas autopistas, poderosos vehículos ultraseguros, Gps para torpes, todo tipo de información al alcance de un móvil... cada año parece más complicado aparcar, cumplir la ley, llegar a tu hora al trabajo.. Aunque vayas más o menos a velocidad legal, cada año parece que sufrimos más atascos, que pagamos más impuestos, que hay más falta de entendimiento cívico...  Ahora no es raro preguntarte dentro del casco si podrás o no aparcar unas horas tu moto en aquella acera, ¡quién me lo iba a decir hace muchos años, cuando era tan insconciente de meter en marcha mi bella SR 250 por la calle Preciados alguna vez! Por supuesto que necesitamos leyes y reglamentos para convivir pero no solo se trata de acumular más y más requisitos restrictivos, no es una cuestión cuantitativa, o al menos así lo veo yo, viejo nostálgico medio ácrata...

Vives en una gran ciudad, arranca la hora punta entre semana, mientras termina de amanecer. Sales por la mañana con tu moto, con la osadía, sí, casi osadía, de llegar al trabajo vivo. Son casi 50 kms de radial, circunvalación y callejeo, casi cincuenta minutos de trayecto, más de la mitad entre rebaños enormes de coches. Sí, hace casi diez años nos costó una lesión seria en una mano. Son cosas que pasan, está claro, bien asumido por todos pero... pero pasan los años y la cosa va a peor, ¡ese es el problema! Ahora llevamos como dos o tres temporadas en que ves coches que, sin atasco, oscilan o se bambolean entre carriles ante tu sorpresa. Van a 40, 60 o 90 por hora y te preguntabas, al principio, qué coño podía pasarle al conductor. En pocos días descubres que iba mirando el móvil, con la novedad, ahora, de estar leyendo ¡o enviando! Whatsapp.. claro, si te da un día y te manda a la mediana el malo de la peli serás tú, que eres motorista, por definición un descerebrado. Si solo es un rozón y luego le pillas en un semáforo te dirá el clásico "perdona, no te he visto". Cada año me dan menos ganas de sacar la moto por zona metropolitana. Vale que mi SBK no es la ideal para ir a la oficina, correcto (no por falta de agilidad, sino por sus altas prestaciones y gomas que se cuadran en cuestion de días) pero aunque vayas en un ágil scooter el peligro se ha incrementado, vamos a peor. Y encima cada día somos más...

Como sabéis muchos, en Madrid tenemos nuevas restricciones de circulación. Lo llaman "Madrid Central", un perímetro más o menos grande que abarca la zona centro de la villa. Vale, ¡algo hay que hacer antes de morir asfixiados! En eso siempre estaré de acuerdo. Los amigos que vienen a mi ciudad y ven la boina de mierda y polución que permanentemente la corona literalmente alucinan. Y claro, gracias a que llueve "tanto" estamos apañaos para mejorar la calidad del aire... Sí, como sabréis, nuestro ayuntamiento se ha cebado con los vehículos, esa gran industria que tanta pasta genera, olvidando lo que contaminan las calefacciones, el carbón, los numerosos autobuses públicos que todavía van con gasoil y están pesimamente mantenidos... Añadiéndose a esos "olvidos" clásicos, en grandes metrópolis con puerto y mar, como Barcelona, parece que nadie se acuerda de lo que contaminan los barcos, ¿será que piensan que la brisa marina lo soluciona? no lo sé pero me cuesta creerlo...


En Madrid, como en otras ciudades grandes, han pensado que los malos de la peli somos los motoristas y los que tenemos algún coche "antiguo" o los que tienen algún vehículo diesel. Ahora les ha dado por satanizar a los diesel, que no son precisamente mis favoritos, pero hay que ser muy ignorante (¿no tienen los políticos docenas de asesores?) para meter en el mismo saco a los viejos diesel contaminantes y a los actuales... los que mandan apenas distinguen unos de otros, y ya de paso, como la mayoría ve las motos con malos ojos, pues venga, también las incluimos en el menú de la estupidez. No entienden que son parte de la solución, no parte del problema. ¿Tanto cuesta ver cómo se mueven en grandes capitales de otros paises buena parte de sus ciudadanos? Sin el uso masivo de motos pequeñas o medianas las ciudades llevarian décadas colapsadas... Mi querido Madrid, cómo has cambiado... Tanto que llevo unos años deseando vivir en un pueblo pequeño donde todavía se pueda respirar gratis, por decirlo de alguna manera... Y no es cuestión de colores políticos, dudo que otros cambiaran sustancialmente las cosas, esto va más de mentalidad y prepotencia. Cuando la primera es algo obtusa y la segunda generosa mal vamos... En resumen, para no seguir llorando, a partir de este sábado 16 de marzo, las motos podrán circular por el famoso perímetro pero con límites: será posible acceder y estacionar motocicletas, ciclomotores y vehículos de tres ruedas cuya etiqueta sea B o C desde las 7:00 hasta las 22:00. Fuera de ese horario, podrán hacerlo solo si aparcan la moto en un 'parking', garaje particular o reserva de estacionamiento no dotacional. O sea, al loro, ¿se acabó quedar a cenar por Madrid y aparcar la moto en la acera? pinta que sí... ¿Contamina mucho más una moto por la noche?, ¿tantas motocicletas se moverian bajo la luz de la luna?, esa parte no la entiendo, soy cortito, por las noches lo que contamina de verdad son las calefacciones, que yo sepa.

Y podríamos contar más putadas modernas legalmente establecidas, algunas más... Nuevos límites de velocidad ridículos (en calles de ciudades se estudia o se ha fijado ya, depende el lugar, velocidades máximas de 30 km/h), baches y puntos negros que siguen eternos por comarcales, nacionales y autovias, compañeros de afición que siguen cayendo bajo cuchillas asesinas sin ir haciendo el loco, nuevos radares portátiles que seguro habéis visto en foto o en directo docenas de veces ya... El caso, parece, es complicarnos la vida con restricciones que oscilan entre las mejorables a las directamente absurdas. Uno vuelve a pensar si, de verdad, el objetivo real de los políticos es jodernos la vida o, teoricamente, trabajar para que podamos convivir en paz y con cierta lógica...

En paralelo a todo esto, seguimos bajo el influjo de las modas comerciales con tinte ecológico. Ahora toca alabar los vehículos eléctricos como si su generación fuera espontáneo o megalimpia, evitando hablar en grandes medios de problemas asociados como el de los residuos, las baterías... Para circular por ciudad no parece mala opción, seguro, pero olvidate de tenerlo para viajar, falta infraestructura, autonomía... En todo caso si una familia se puede permitir dos vehiculos de cuatro ruedas supongo que la opción del ecológico para moverse por el centro de Madrid sí será lógico. Pero no los regalan tampoco.

Será que soy muy mal pensado pero me parece que el marketing sigue galopando por el mundo, todo sea por encontrar un nuevo nicho en el mercado, un nuevo producto a vender pintado de color verde para quedar "cool" o parecer que nos importa el medio ambiente, el vecino o el planeta. ¿Os acordáis de como acabaron con los motores de 2T?, ¿cómo veran nuestros nietos, dentro de varias décadas, aquellas carreras entre aberrantes motos de 500 cc y 4 cilindros de 2T?, ¿pensarán que eran unos enajenados mentales, unos delicuentes legales, unos soñadores peligrosos, unos auténticos kamikazes...?


Y pienso, para calmarme, como cualquier hijo de vecino con ganas, dónde puedo ir sin más restricción que las éticas, qué puedo hacer para seguir siendo un poco libre, dónde poder disfrutar sin que me multen, me paren o me fusilen. Y pienso en la sierra y en evitar los lugares "hot" que todos conocemos, ellos (los malos) también. Y por eso evito las peores horas aunque sin obsesionarme porque sería bajar los brazos... Y pienso como era el mundo cuando era joven. Cuando teniamos motos más humanas, más "conversadoras", sí, con alma y personalidad, con menos fiabilidad, con escasas prestaciones en ocasiones, sí... cuando el litro de gasolina era caro pero no era un robo descarado como ahora, cuando con un billete de 5000 pesetas hacias maravillas durante una semana, cuando en las concentraciones hablabas más y echabas menos fotos, cuando pocos gustaban de exhibirse publicamente para reafirmar su yo-personal...


De las carreras de ahora y de las de antes mejor no hablamos. Sí, sigo viéndolas, algunas todavía me excitan, y sigo defendiendo cuando toca del primero al último de los pilotos, todos merecen nuestro respeto, de cualquier categoria, de cualquier campeonato... pero detectas tanta mafia, tantos intereses, tanto postureo y tanto marketing que casi la mitad del tiempo las ves por inercia... Tuve la inmensa suerte de ver en el Jarama a los Spencer, Sheene, Mamola, Roberts, Tormo, Nieto... luego, gracias a la tele, disfrutamos de años de locura con aquellos americanos y australianos, con Sito y Garriga en 250, con Crivillé y Doohan cara a cara a finales de los 90... y aunque algunos no adivinábamos cuanto iban a cambiar el cuento aquellos grandes tesoros los teniamos al alcance de la mano. El progreso es imparable, dicen. Pero como dijo cierto pensador, que ahora no recuerdo, ningún progreso lo es realmente cuando no es un progreso humano.

Tendremos una maravillosa electrónica en los vehiculos actuales que nos hará, por lo visto, la vida más segura (y más aburrida) pero eso no nos mejora como especie, no nos hace más habiles ni más humanos, ni más fuertes... Para mi, justo consigue lo contrario. A veces intento trasmitir estas ideas y estas alarmas a las nuevas generaciones, no con afán de adoctrinamiento, sino para que se comprenda (al menos) que libertad y seguridad siempre serán términos antagónicos. Que hay que disfrutar de los pequeños momentos, de avanzar por la campiña o los desiertos, de seguir disfrutando de las charlas con conocidos y desconocidos sin necesidad de etiquetarse en una red social, de beber una buena cerveza incluso antes de montar en moto (por una cerveza la mayoria no nos volvemos locos al volante o al manillar), de enamorarse de una brisa, de una curva o de una mujer maravillosa si así lo sentimos, o de una montaña... aunque esté prohibido...

Dudo que se recupere la magia perdida pero considero una pequeña obligación vigilar y evitar que se pierda en mayor medida, todavía se puede defender su existencia practicando con el ejemplo. Obviamente si pienso eso es porque creo en ella como algo bueno. Hay quién bajó los brazos cuando comenzó a acumular patrimonio, dejó su corazón aparcado por una cómoda vida burguesa con mil argumentos racionales, sí, no falla. De ese grupo, algunos nos mirán y nos llaman inmaduros, irreponsables... no entienden cómo no vendimos la moto al tener hijos o para comprar una fabulosa cocina automatizada. También los que, desde el otro extremo, nos ven como "blandengues", y piensan que siguen teniendo veinte o treinta años y que cada día debe ser una aventura, sin ataduras... Nunca me identifiqué con ninguno de los dos extremos y sin duda no soy nadie para decir qué es lo correcto, solo sé lo que considero personalmente bueno y honesto. Y justo ahi, en esa tesitura es donde debe seguir hablando el corazón para obrar en consecuencia. Al menos ser fiel a tus valores, nada más, aunque el mundo siga cambiando a toda velocidad...


Evocar y reinvidicar que la vida del motorista, y la vida en general, merece la pena vivirse plenamente. A pesar de las numerosas prohibiciones, de los malditos impuestos, de los políticos corruptos y de la falta de educación de muchos ciudadanos de a pie que no terminan de aprender aquello, básico, de "mi libertad termina donde comienza la tuya"... Y si es junto a nuestras compañeras de dos ruedas, mejor. Para mi, si no tienes un avión, la moto es el último reducto que nos queda para sentirnos libres. Ergo seguiremos rodando...

Si, posiblemente sea un enfermo, un nostálgico pasado de rosca o similar, no me hagais demasiado caso, tampoco es mi intención amargaros la existencia, pero... no concibo arrancar una moto de campo con un botón. También echo de menos ir al quiosco todos los martes a comprar mi revista. Lo digital es un maremoto que ha traido muchas cosas buenas pero que ha acabado con buenas costumbres y con cierto sosiego para asimilar lo sucedido, con el viejo ejercicio de pensar y sopesar sin prisas cómo vivir. Sí, aunque lo importante siempre es mirar pa lante y trabajar por el futuro en ocasiones es difícil evitar cierta melancolía. Serán los años... Que San Brembo nos protega a todos de nuestros malditos enemigos, los enemigos de la libertad.


"...Nadie me importa ni todo lo demás
vuelo por encima de la realidad
todo me sobra y necesito más
quiero ser el dueño sin mirar atrás.
No hay condiciones a mi libertad
hago cuanto quiero con facilidad
nada me corta no me sé callar
llegaré el primero donde quiero no me puedo parar.
Crucifixión!
Soy perro viejo bastante animal
me he pasado el tiempo de aquí para allá
no pido nada nada puedo dar
si he de ser sincero todo me da igual.
Vengo de vuelta que tranquilidad
la puerta está abierta por si vas a entrar
dí lo que quieras te sabré escuchar
hay en este invento mucho cuento nada vas a cambiar.
Crucifixión..", Rosendo, 1985

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