Error de centralita biológica: ¡Sadae!



Que nadie se asuste. A mi también (no soy el único que lo publica en las redes) me han diagnosticado que empiezo a padecer SADAE: Síndrome de Atención Deficiente Activado por la Edad. Mi consuelo es que está en estado "incipiente", he leído casos peores, muchos peores...
 
Se manifiesta así:

Decido lavar la moto el sábado por la mañana, mientras estoy solo en casa, vestido con el reglamentario chandal que usamos para estos menesteres o para ir a por el pan...

Al ir hacia el garaje, veo que hay correo en la mesita de la entrada.  Decido echar un vistazo a las cartas antes de lavar mi bike.

Dejo las llaves del garaje y de la moto en la mesita, miro por encima las cartas que abro haciendo una mueca... pagos y más pagos...

Voy a tirar los sobres vacíos y los anuncios en el cubo de la basura y me doy cuenta de que está lleno... adivino que si no vacio el cubo quizá me caiga una bronca... (las camas ya las hice)...

Decido dejar las cartas en la mesita cagándome mentalmente en el IBI y en el seguro de la lata, soy tan listo que coinciden los dos pagos. Estoy dispuesto a llamar para cambiar el pago del seguro a semestral, hoy tengo tiempo...

Antes de hacer esa llamada, quiero bajar a la calle y tirar la basura. Salgo de mi casa con la bolsa de basura y las llaves.

Tiro de la puerta y me acuerdo que podia aprovechar y bajarme ya las llaves de la moto, pero me acuerdo que no he cogido ni el cubo ni la balleta nueva...

Mientras bajo por el ascensor me doy cuenta que las llaves que llevo en la mano no son las de casa... ¡sino las del garaje!

Llego al portal y me cago, esta vez, en mi puta calavera pensando como voy a entrar en casa ahora...

Tiro la basura resignado mientras descubro que esta chispeando y hace un viento de coj...

Mi vecino, el bueno de Angel, me saluda desde su furgoneta aparcada. Le devuelvo el saludo con pocas ganas mientras se acerca.

Me comenta que si he visto su nueva montura vintage, la Dominator del 92 o 93, que ha comprado de segunda o tercera mano recientemente. Le contesto afirmativamente con pocas ganas.

Me invita a ayudarle a ¡lavar la moto! Algo dentro de mi cabeza se rompe pero sonrió. Sin decir nada le sigo mientras recoje de su furgoneta el Gior (¡todo un clásico!), un cubo y varias balletas...

Entramos a su portal y bajamos al garaje comunitario. Le confieso que iba a lavar mi moto pero que se me han olvidado las llaves en casa... una pena, Gior y balletas teniamos para los dos...

Al mismo tiempo, absurdamente, busco y rebusco inutilmente en mis bolsillos sin encontrar las llaves que necesito...

Llegamos a su plaza y destapa su moto. La sacamos al lavadero improvisado que tenemos los moteros de la finca y el vecino comienza con la tarea.

Apenas dos minutos después baja su hijo y nos dice que su madre le reclama urgentemente. No se qué de la lavadora se ha roto y está saliendo más agua de la recomendable...

Angel, buen hombre, se asusta lo necesario como para tener el valor de pedirme que me quede con su moto y le espere un rato...

Afirmo en silencio otra vez y se van corriendo hacia su ascensor.  Miro a mi alrededor y no veo a nadie. Sin darme cuenta cojo la balleta del cubo y comienzo a lavar los plásticos y el tanque de la Hondita...

No sé por qué lo hago pero continuo con toda la moto, al menos estoy activo. El "hurón" del primero baja a por su coche y, con su gracia habitual, me pregunta jocoso si ahora lavo motos los fines de semana para sacarme un sobresueldo. Me cago mentalmente en sus muelas mientras digo, no sé por qué, que sí, que he empezado a hacerlo...

Arranca y se va rampa arriba, me quedo otra vez solo. Se me ocurre llamar a la parienta para saber cuando volverá a casa. son las once y cuarenta, quizá luego me de tiempo a lavar mi moto.

Saco del bolsillo el móvil pero, nueva sorpresa, me doy cuenta que es la cartera, mi cartera, ¿donde coño está el móvil? Ahora recuerdo que lo dejé cargando apoyado en un brazo del sofá. Vuelvo a defecar en algo imaginario pero real...

Sopeso la posibilidad de subir a casa de mi vecina y pedirla las llaves que guarda de nuestra casa pero veo que su coche no está en su plaza, seguramente estará en el Carrefour...

Retiro el agua sucia del cubo y lo lleno de nuevo gracias al grifo que tenemos cerca. Solo me queda por lavar la horquilla, el basculante y las llantas, poco más...

Se abre la puerta del garaje y entra otro "simpático", el del X3, frena justo a mi lado y me mira con una mirada que ni Torquemada tenía en sus buenos tiempos... Este es capaz de denunciarnos por lavar las motos en el garaje... También me cago en sus muelas... simbólicamente solo.

Baja mi vecino apurado junto al niño y me dice que se va a Suministros Pereda a comprar no se qué junta para la lavadora. Se va echando leches antes de que cierren, es sábado y no abren por la tarde.

Me deja al niño que no quiere acompañar al padre (¡habrase visto!) Le pregunto qué tal está pero no contesta. Que si le gustan las motos y tampoco abre la boca.

Ya he terminado de lavar la roja Dominator, solo falta aclararla con un par de cubos de agua sin jabón. Luego no la secaré mucho, que se come el brillo y la moto está casi impecable, parece mentira con la de años que tiene...

Lleno el primer cubo y lo echo con cierta maestria. Vuelvo a llenar y el niño me pide echarlo él... no me opongo. Le indico con el brazo por dónde y se ríe mientras me lo tira a mi con habilidad...es pequeño, ¡no digo nada pero me acuerdo de Herodes!

La puerta del garaje vuelve a abrirse. Me preguntó quién cojones puede ser ahora. Es mi vecino del primero, ya regresa... Me mira sonriendo, no dice casi nada, no hace falta. Imagino que se está descojonando internamente...

El niño me ha puesto perdido pero decido zanjar el asunto. Guardaré la moto y le subiré a su casa. Luego... el destino proveerá.. ¡o no! Con un poco de suerte su madre me podrá prestar una toalla para secarme...

Dejo la moto en su sitio y me dispongo a echarla la Pitón y cerrarla la dirección pero, increíble, ¡no encuentro las llaves!

Miro y remiro y nada, ¡no hay manera de encontrar las putas llaves de la trail! Me pregunto si se las habrá llevado sin querer mi vecino, no seria raro, ¡las tenia él!

No me atrevo a dejar la moto sin atar... El niño se despide inesperadamente y sale corriendo hacia su ascensor... no me da tiempo ni a gritar "¡niño!"

Veinte minutos después, sintiendo yo ya un poco de frío, regresa mi vecino con sus juntas para la lavadora. Me recuerda lo McGyver que es y me da las gracias por lavarle la moto tan bien. La verdad que me ha quedado muy pintona.

Efectivamente, él tenia las llaves. Cierra la moto y me pregunta qué que voy a hacer. San Brembo se apiada de mi y en esos momentos llega mi vecina con su coche. Veo la luz.

Angel se va a su casa y yo espero a mi vecina. Minutos después me deja las llaves de "repuesto" y me seco por fin en mi baño mientras estornudo.

Apenas un minuto después viene la jefa y nada mas saludarme grita que hay agua en el parque del pasillo.
Con miedo miro y afirmo, ¡traia los pies mojados!

Me gano una bronca del quince y me recuerda que vamos a comer donde mi suegra. Echamos toda la tarde y me quedo sin opciones de lavar mi moto.

Confieso luego lo que me ha pasado y me recuerda que Ana, otra vecina, también tenia llaves de casa... vuelvo a defecar en mi calavera...

Recuerdo las cartas y los pagos y me pongo enfermo mientras bajamos al garaje una hora después para coger el coche y salir hacia Madrid.

El domingo llego al bar de siempre de Robledo, frente a la gasolinera, para desayunar con los colegas antes de irnos de ruta. Enseguida alguien me grita gracioso pero con razón, "¡a ver si lavas la moto, tio!"...


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GRACIAS A TODOS LOS QUE ME AYUDARON POR EL CAMINO...